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REPORTAJE

Un viaje por el techno, la ópera rock, la ‘chanson’ japonesa o los corridos mexicanos inspirados por el torero más pop

Exposición de Discos sobre El Cordobés en el Museo Taurino

Juan Velasco

27 de septiembre de 2025 20:40 h

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El escritor Fernando González Viñas lo definió a la perfección cuando dijo que El Cordobés era pop antes del nacimiento de la música pop. Y cronológicamente, se puede decir que es cierto: Manuel Benítez ya era un fenómeno en España y antes incluso de que tomara la alternativa. Lo hizo en el año 1963, el mismo año en el que un grupo de Liverpool cambió para siempre la manera en la que el mundo se relacionaba con la música.

Esa anécdota la cuenta Álvaro Cabrera, comisario de la exposición El Cordobés. Grandes Éxitos, que decora hasta mediados de noviembre las paredes del Museo Taurino de Córdoba con decenas de carátulas de discos publicados en todo el mundo con un mínimo denominador común: la inspiración que generaba aquel diestro cordobés que se convirtió en un auténtico icono pop a escala mundial, como prueban las tres veces que fue portada de la revista Life en los años 60.

Aquella década fue la cumbre de su éxito, que duró, no obstante, muchos años más. Y eso se percibe al descubrir que varias décadas después de su retirada de los ruedos, todavía había grupos en países europeos o latinoamericanos acordándose de su figura y componiendo canciones imposibles bajo su nombre. Algunas de ellas llamaron la atención de Cabrera, que ya era coleccionista de discos antes de reparar en la ingente cantidad de material que había dedicado a su paisano.

“La verdad es que poco a poco me fui topando con portadas en las que aparecía él, no solo en España, sino en Alemania, Japón o México. Hasta que entendí que aquello era un fenómeno global”, explica Cabrera en una charla con Cordópolis, horas después de inaugurar la exposición, que estará en el Museo Taurino hasta mediados de noviembre.

Un joven Manuel Benítez recibiendo el Trofeo Manolete en 1963.

Un fenómeno pop antes del pop

A finales de los años 60, la fama de El Cordobés traspasaba fronteras y categorías. “Tuvo que ser como los Beatles, Marilyn Monroe o el Che Guevara, un absoluto icono”, reflexiona el coleccionista, que explica que ningún torero o artista español ha aparecido en tantos discos y en países tan dispares como Manuel Benítez. Su figura fue un reclamo comercial tan potente que su imagen o su nombre ocupaban las portadas, a menudo relegando al propio artista a un segundo plano.

Lo curioso es que, incluso antes de tomar la alternativa, se le dedicaban pasodobles como Ole, Manuel Benítez ‘El Cordobés’ (1961). Sin embargo, la explosión definitiva llegó en 1966 de la mano de la cantante Dalida, quien convirtió la canción Manuel Benítez, El Cordobés —compuesta por Gérard Bourgeois y Jean-Max Rivière— en un éxito planetario al interpretarla en francés, italiano y español.

Exposición de Discos sobre El Cordobés en el Museo Taurino

Este tema fue la punta de lanza de una expansión musical sin precedentes. La composición fue versionada por artistas en Japón (Itoko Hayasaka), Turquía (Kamuran Akkor) y por orquestas de renombre como la de Franck Pourcel, que la difundió por todo el mundo en estilos que iban desde el jazz hasta los ritmos tropicales

Solo en aquella época se le dedicaron medio centenar de canciones distintas entre pasobobles, cantes flamencos y canciones pop. Con el añadido de que muchas fueron regrabadas, adaptadas o versionadas en varios idiomas, hasta alcanzar centenares de ediciones internacionales.

De una tienda de Irán a un disco mexicano que cuesta 400 euros

Eso explica que la labor rastreadora de Cabrera -a través de Discogs y en mercadillos- le haya llevado a localizar discos con la impronta del torero en lugares tan dispares como Turquía, Francia, Alemania, México, Argentina o Japón.

La anécdota más curiosa, según cuenta, es la de un vinilo que se publicó en Irán con la palabra “El Cordobés” rotulada en árabe. Tras una indagación con Google Lens, Cabrera descubrió que no se trataba de una canción, sino de la publicidad de una tienda de electrodomésticos bautizada con el nombre del matador, y que era la que había pagado para que se editara el disco.

Más allá de lo pintoresco, lo sorprendente es la amplitud de géneros musicales que se acercaron a la figura del torero. Desde una vanguardista pieza de jazz llamada El Cordobés y firmada en 1966 por la compositora estadounidense Annette Peacock y el pianista canadiense Paul Bley, hasta un tema de garaje mexicano de 1965 que se ha convertido en el “santo grial” del propio Cabrera: un LP inencontrable de una banda protopunk mexicana llamada The Tepetatles y que alcanza precios de hasta 400 euros en el mercado de segunda mano.

Aunque el viaje sonoro da para dividir la exposición por géneros. El principal fue el pasodoble, la banda sonora natural de la fiesta, siendo probablemente el torero con más piezas dedicadas en la historia, incluyendo composiciones del célebre músico mexicano Agustín Lara. Después llegaría la eclosión popera, que dio para temas como el instrumental de estilo surf ¡Olé, Cordobés! del grupo holandés Los Indonesios, además de las ya mencionadas innumerables versiones del hit de Dalida.

Disco de la ópera rock 'Matador', en la que Tom Jones (con sombrero cordobés) se puso en la piel de Manuel Benítez.

Techno, flamenco y una ópera rock con Tom Jones

El flamenco, por supuesto, no esquivó el fenómeno, con artistas como Dolores Vargas 'La Terremoto' publicando canciones como Flequillo de oro, mientras que sellos como Hispavox lanzaron LPs completos con fandangos, bulerías y tanguillos en su honor, interpretados por cantaores como Curro de Utrera o Pericón de Cádiz.

Y cruzó océanos y montañas. En México, Lolita la Tapatia le cantó el corrido Solo el valiente. En Portugal, el acordeonista Vinicio grabó Un tango per El Cordobés. Incluso un grupo de mariachis, Los Águilas, grabó un pasodoble en su honor en Yugoslavia en 1981. Más o menos por aquella época, se gestó el proyecto musical más ambicioso en torno a su figura: Matador, una ópera rock de 1987 basada en la biografía del torero, compuesta por Mike Leander (arreglista de The Beatles) y Edward Seago. La grabación del disco contó con la voz de Tom Jones en el papel de El Cordobés, y el musical llegó a representarse en el Queen's Theatre de Londres.

Para entonces, sus años de mayor fama ya había pasado. Sin embargo, seguía inspirando canciones incluso de música disco y prototechno en Alemania y Países Bajos, donde hay varias canciones con su nombre que se publicaron pensadas para destrozar las pistas de baile de una Europa que comenzaba a levantarse de la convalecencia posterior a la Segunda Guerra Mundial y la ocupación soviética. Y se replicó en la España socialista, en la que, en 1991, el grupo español de synth-pop Phoenix grabó los temas I love you torero / Cordobés, en cuya grabación se rumorea que participó un joven Alejandro Sanz.

En esta última década, sigue habiendo homenajes en países como Italia (de un grupo de hardcore), sin olvidar algunas menciones al diestro por parte de grupos antitaurinos de la escena noise.

Exposición de Discos sobre El Cordobés en el Museo Taurino

Una colección friki que no termina nunca

Cabrera reconoce que aún no le ha visto el final a su búsqueda, aunque, por el camino, se ha hecho ya con más de cincuenta piezas, conseguidas en mercadillos, ferias y plataformas de coleccionismo como Discogs o Todocolección. “Al principio compraba lo que encontraba barato, pero con el tiempo se convirtió en una especie de obsesión”, admite Cabrera, que ha escogido también las canciones que suenan en la muestra que se expone en el Museo Taurino.

Cabrera lamenta que Benítez, a sus noventa años, no está para asistir a la inauguración. Tampoco le hace falta, pues El Cordobés hace mucho tiempo que trascendió a Manuel Benítez. “Yo recuerdo que le preguntaba a mis hermanos mayores qué significó El Cordobés, y todos me contestaban lo mismo: fue como los Beatles”, concluye Cabrera. La exposición lo confirma: el torero que fue una estrella del pop global sin necesidad de cantar una sola canción.

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