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Sokolov interpretará piezas de Purcell, Beethoven y Brahms en la apertura del Festival Rafael Orozco

El pianista Grigory Sokolov.

Redacción Cordópolis

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La vigésima edición del Festival de Piano Rafael Orozco de Córdoba arranca el próximo lunes en el Teatro Góngora (20:00) con una de las grandes figuras del pianismo internacional, Grigory Sokolov, que ofrecerá un recital para el que ya no quedan entradas. La programación incluye once conciertos protagonizados por diez pianistas y un dúo pianístico de siete nacionalidades y se desarrollará hasta el 30 de noviembre en el Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco, la Mezquita-Catedral y la Sala Orive, además del citado teatro.

“La presencia de Sokolov en Córdoba no es solo significativa para el Festival Rafael Orozco”, destaca su director artístico, Juan Miguel Moreno Calderón, “por cuanto es reveladora de la importancia y prestigio de este evento, sino que será un hito en la historia de la vida musical cordobesa”. “El programa que interpretará”, añade el responsable, “con obras de Purcell, Beethoven y Brahms, es ideal para trazar un retrato certero de la fuerte personalidad musical de este artista genial”.

La primera parte del recital estará dedicada a Purcell, con obras como la Suite n.º 2, la Suite n.º 4 y la Suite n.º 7, y tras el descanso Sokolov interpretará 15 Variationen mit einer Fuge Es-dur über ein eigenes Thema op. 35 de Beethoven y Drei Intermezzi op. 117 de Brahms.

La naturaleza única de la música hecha en el momento presente es fundamental para comprender la belleza expresiva y la honestidad convincente del arte de Grigory Sokolov. Las interpretaciones poéticas del pianista ruso (recientemente nacionalizado español), que cobran vida con una intensidad mística en la interpretación, surgen del profundo conocimiento de las obras de su vasto repertorio. Sus programas de recitales abarcan desde transcripciones de la polifonía sagrada medieval y obras de Byrd, Couperin, Rameau o Froberger hasta la música de Bach, Beethoven, Schubert, Schumann, Chopin, Brahms y composiciones históricas del siglo XX de Prokofiev, Ravel, Scriabin, Rachmaninoff, Schoenberg y Stravinsky. Es ampliamente reconocido entre los pianófilos como uno de los mejores pianistas de la actualidad, un artista universalmente admirado por su perfil visionario, su espontaneidad fascinante y su inflexible devoción por la música.

Sokolov nació en Leningrado (hoy, San Petersburgo) el 18 de abril de 1950. Comenzó a tocar el piano a los cinco años y dos años después empezó a estudiar con Liya Zelikhman en la Escuela Especial Central del Conservatorio de Leningrado. Recibió clases de Moisey Khalfin en el Conservatorio de Leningrado y ofreció su recital de debut en esta ciudad en 1962. El prodigioso talento de Sokolov fue reconocido en 1966 cuando, a los 16 años, se convirtió en el músico más joven en recibir la Medalla de Oro en el Concurso de Piano Internacional Tchaikovsky de Moscú. Emil Gilels, presidente del jurado, defendió el trabajo de aquella por entonces joven promesa.

Mientras realizaba importantes giras de conciertos por Estados Unidos y Japón en la década de 1970, su arte evolucionó y maduró fuera del centro de atención internacional. Sus grabaciones en vivo de la época soviética adquirieron un estatus casi mítico en Occidente, evidencia de un artista a la vez completamente individual pero alimentado por el rico suelo de la tradición pianística rusa. Tras el colapso de la Unión Soviética, Sokolov comenzó a aparecer en las principales salas de conciertos y festivales de Europa. Actuó extensamente como solista con orquestas del más alto calibre, trabajando con, entre otras, la Filarmónica de Nueva York, la Royal Concertgebouw Orchestra Amsterdam, la Philharmonia de Londres, la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks y Munich Philharmonic, antes de que decidiera centrarse exclusivamente en ofrecer recitales. Sokolov realiza alrededor de 70 conciertos cada temporada, se sumerge completamente en un solo programa y realiza giras por toda Europa.

Sokolov muestra un gran interés por el mecanismo y la configuración de los instrumentos que toca. Pasa horas explorando sus características físicas, consultando y colaborando con técnicos de piano para lograr sus requisitos ideales. “Se necesitan horas para entender el piano, porque cada uno tiene su propia personalidad y tocamos juntos”, explica. La asociación entre artista e instrumento es de vital importancia para el flujo de ideas musicales de Sokolov. Ahorrando en el uso del pedal de sostenimiento, evoca todo, desde las más sutiles gradaciones tonales y texturales hasta los contrastes de sonido más audaces a través del puro brillo de su trabajo con los dedos. Los críticos suelen llamar la atención sobre su extraña habilidad para articular voces individuales dentro de una compleja textura polifónica y proyectar líneas melódicas sin fisuras.

El carismático arte de Sokolov tiene el poder de generar la concentración necesaria para que el público contemple incluso las composiciones más familiares desde nuevas perspectivas. Durante el recital, atrae a los oyentes a una relación cercana con la música, trascendiendo la exhibición superficial y el espectáculo para revelar un significado espiritual profundo. El arte de Sokolov se basa en los sólidos cimientos de su personalidad única y su visión individual.

Desde 2015, Sokolov es artista exclusivo de Deutsche Grammophon. Su asociación ha hecho posible la publicación de diversas grabaciones, todas ellas extraídas estrictamente de conciertos en directo. Una de sus grabaciones más recientes (2020) combina un doble CD con música de Beethoven y Brahms con un DVD de un concierto en vivo grabado en Il Lingotto de Turín con música de Mozart y Beethoven y dirigido por Nadia Zhdanova. Este año, el citado sello ha publicado Grigory Sokolov at Esterházy Palace, con obras de Haydn y Schubert.

La vigésima edición del festival contará también, el 30 de noviembre en el mismo espacio, con una clausura de lujo protagonizada por Elisabeth Leonskaja, otra figura del máximo relieve internacional. Otro plato fuerte será el concierto de Josu de Solaun y la Orquesta de Córdoba (dirigida por Carlos Domínguez-Nieto) en la Mezquita-Catedral, el 19 de noviembre.

El programa recoge también (10 de noviembre) a Hortense Cartier-Bresson, pianista y profesora del Conservatorio Nacional de París, el serbio Misha Dacic (11 de noviembre), Antonio Ortiz y la Camerata Gala (26 de noviembre) y varios jóvenes avalados por premios internacionales: la canadiense Anastasia Rizikov (18 de noviembre), el estadounidense de origen chino Angel Stanislav Wang (25 de noviembre) y el cordobés de 17 años Emin Kiourktchian (24 de noviembre), además de los españoles Leo de María (12 de noviembre) y Eclectic Piano Dúo (17 de noviembre). De estos ocho conciertos, todos se celebrarán en el Conservatorio Superior Rafael Orozco excepto el de Antonio Ortiz y la Camerata Gala, que tendrá como sede la Sala Orive. Todos los conciertos del festival son de entrada libre excepto el inaugural y el de clausura, en el Teatro Góngora, que tienen un precio de 12 euros en teatrocordoba.es o en la taquilla del Gran Teatro.

Más de 200 pianistas de 30 nacionalidades (entre ellos, figuras como Arcadi Volodos, Nikolai Lugansky, Boris Berman, Vladimir Ovchinnikov, Ludmil Angelov, Javier Perianes o Jorge Luis Prats) han participado en las 19 ediciones anteriores del festival.

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