Seis meses en la sala de montaje de una película que no va de Los Planetas
Parafraseando uno de los discos más míticos de la historia de la música española, el editor cordobés Javi Frutos ha pasado seis meses en el motor de un autobús. Ese autobús se llama Segundo Premio, una película que no va de Los Planetas y que han dirigido Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, quienes le confiaron un reto mayúsculo: editar una película musical que aspiraba más a sugerir que a contar realmente qué ocurrió cuando un grupo de Granada cambió las reglas del juego en el rock español mientras grababan su tercer disco.
Frutos, en realidad y casi sin quererlo, estaba en la génesis de la película desde el principio. El editor atiende a Cordópolis desde Granada, unas horas después de haber estrenado la película ante el público que más se puede identificar con ella, y recuerda que en el año 2008 coincidió con Cristobal García, productor de Segundo Premio, y que ya entonces hablaron de lo interesante que sería hacer una película sobre Los Planetas.
“La cosa es que Cristóbal montó su productora hace como cinco años o así, y justo el primer proyecto que él quería sacar adelante era esta película”, rememora Frutos sobre un proyecto que, como el disco en el que se inspira, se expuso a unas cuantas carambolas y cambios en el elenco inicial. A saber: el film lo iba a dirigir inicialmente Jonás Trueba, que se cayó del proyecto, y este pasó a manos de Isaki Lacuesta, uno de los cineastas españoles más laureados de las últimas décadas. Y, justo antes de iniciarse el rodaje, a la hija de Lacuesta, Luna, le diagnosticaron una leucemia que acabó siendo fatal, y que hizo que la peli acabara siendo codirigida por Pol Rodríguez.
“Esta película es para Luna, ella fue el motor para todos”, cuenta Frutos, que ya conocía a Lacuesta. Habían trabajado juntos en un documental para Movistar. Y ocurrió que para Segundo Premio se demandaba un editor andaluz. Así que entró de lleno en la película. Seis meses ha estado editando el film, una labor por la que recibió el premio al Mejor Montaje en el último Festival de Cine de Málaga, y que han resaltado casi todas las reseñas con motivo de su llegada a las salas de cine.
Instrucciones para montar una película que no va de Los Planetas
Y el reto era mayúsculo. Como fan de Los Planetas y como colaborador a las órdenes de Isaki Lacuesta, un cineasta para el que el montaje tiene un papel esencial. “Fue un reto porque Isaki tiene un gusto muy peculiar para su cine. Obviamente, es muy especial y muy diferente, tiene muchísimas referencias”, confiesa Frutos, que recuerda que, en el trabajo previo, visionaron muchas piezas de videoarte, así como un cortometraje francés de los años 60.
Ideas que se tenían que poner sobre la mesa para abordar una película que trasciende la idea del biopic musical al uso para entrar en otro terreno: “Queríamos que fuera una experiencia inmersiva. Y para ello el montaje tenía que transmitir la experiencia de estar viendo un concierto”. Así, el film intercala 15 canciones en directo, entre ellas todas las de Una semana en el motor de un autobús, más tres temas de Súper 8, además de Ciudad sin sueño, de Morente y Lagartija Nick.
“Uno de los primeros retos era buscar que esto no se hiciera pesado y, sobre todo que no fuera solamente para fans de Los Planetas, sino que llegara a todo el mundo y pudiera disfrutarla”, explica el editor, que junto a los directores, apostaron por un montaje más estético y estimulante y un ritmo muy ágil, capaz de desafiar al pensamiento fraccionado que se ha instalado en los espectadores y les impide ver productos audiovisuales sin echar mano del teléfono móvil. En este sentido, se buscó deliberadamente intentar meter al espectador en la película.
Eso sí, Frutos se ríe cuando le preguntan si se ve capaz de dar instrucciones para editar una película que juega a ser (pero no ser) sobre Los Planetas. “Yo creo que lo primero es quitarte todos los complejos y no hacer la típica película, sino intentar innovar y hacer lo que te pide el cuerpo. Porque creo que, cuando montas una película musical, tienes que tener muy en cuenta el ritmo. O sea, tienes que saber qué tipo de música estás mostrando o cómo quieres que se vea”, resume.
Lo dice alguien que, como fan de Los Planetas, ha logrado incluso lo que nadie esperaba: no aborrecer su música por el bucle en el que se entra en una sala de montaje. “Me daba miedo eso. Las pelis son tan intensas que al final le acabas cogiendo manía a todos, a los actores, a ti mismo, al director... Y pensaba que me iba a ocurrir, pero ha sido todo lo contrario. Antes de entrar a currar, muchos días me ponía la música de ellos justo para editar la secuencia que iba a tocar ese día. Y mi cabeza iba un poco imaginando cómo íbamos a montarla”, cuenta, todavía flipando con la recepción que ha tenido la película en toda España.
También en Granada. Una ciudad sin la que no se entiende Segundo Premio, a juicio del montador, y cuyo embrujo se aprecia más allá de Jota, Florent, Eric y May (los músicos que inspiran a los personajes, cuyo nombre ni se pronuncia): “La película empieza en Lorca, continúa con Val del Omar, después recoge el testigo Morente y acaba con Los Planetas. Básicamente, porque también todos van bebiendo unos de otros”.
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