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El pianista argentino que conquista el mundo desde la emoción desembarca en el Orozco Piano Festival de Córdoba

Nelson Goerner.

Juan Velasco

14 de noviembre de 2025 20:01 h

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Nelson Goerner es uno de esos pianistas que parecen tocar desde el silencio. Hay en su manera de abordar el repertorio una mezcla de profundidad y naturalidad que ha hecho de él una referencia en el panorama internacional. Nacido en San Pedro, Argentina, en 1969, y residente en Suiza desde hace años, Goerner llega a Córdoba como uno de los grandes atractivos del 23 Orozco Piano Festival (OPF), donde ofrecerá un recital este sábado 15 de noviembre a las 20:00 en el Teatro Góngora.

Aclamado por su “arte del más alto nivel y su profunda poesía”, Goerner ha recorrido los escenarios más prestigiosos del mundo: Théâtre des Champs-Elysées y Philharmonie de París, Wigmore Hall de Londres, Teatro Colón de Buenos Aires, Hamarikyu Asahi Hall de Tokio o la Fundación Gulbenkian de Lisboa. Ha actuado junto a orquestas como la Filarmónica de Londres, la Orquesta de París, la Filarmónica de Los Ángeles o la NHK Symphony, bajo la dirección de nombres como Ashkenazy, Herreweghe, Salonen o Paavo Järvi.

Su carrera, sin embargo, tiene raíces humildes y profundamente ligadas a su país natal. Con once años ofreció su primer recital para luego ganar el Concurso Franz Liszt de Buenos Aires, lo que le permitió estudiar con María Tipo en el Conservatorio de Ginebra. Aquel salto fue decisivo: en 1990 obtuvo el Primer Premio en el Concurso Internacional de Ejecución Musical de Ginebra, un hito que le abrió las puertas de Europa.

Con una discografía que abarca de Liszt a Debussy, Brahms, Schumann o Albéniz, grabaciones multipremiadas y colaboraciones con artistas como Martha Argerich, Sol Gabetta o Renaud Capuçon, Nelson Goerner se ha consolidado como un referente de honestidad artística y profundidad emocional.

Goerner combina una técnica impecable con una visión interpretativa personalísima. Él mismo lo resumía así, en una entrevista reciente: “Lograr ese delicado equilibrio entre fidelidad a la partitura y visión personal es el gran desafío de un intérprete. Se llega a través del estudio profundo, del respeto y de la humildad ante la obra, dejando que fluya tu intuición y tu sentir. La verdadera recreación surge de la fusión del mundo del autor y el del intérprete.”

Su programa en Córdoba recorrerá territorios de intensa carga emocional, de la Toccata y fuga en re menor BWV 565 de Bach, a la Sonata D.958 de Schubert, pasando por la Fantasía op.17 de Schumann y la Rapsodia húngara nº 6 de Liszt.

A priori, no entrará en el repertorio uno de los compositores que ha marcado su vida, Chopin, del que Goerner ha grabado buena parte de su obra —recibiendo el prestigioso Diapason d’Or por sus Estudios y Preludios—. Sí que estará en Córdoba su interpretación de Schumann, del que decía hace poco: “Te hace asomar a profundidades que muchas veces no queremos ver. Es esencial perder el miedo y dejarse llevar por él; esa libertad te da una plenitud fantástica”.

Virtuoso sin artificios, Goerner entiende la técnica como un medio, nunca como un fin. Además, es un pianista que siempre suele dedicar tiempo a conocer el instrumento con el que actuará, así que lo normal es que pase la tarde del sábado confraternizando con su instrumento. “Cada piano es un mundo. Suelo estudiar tres horas en el escenario antes del concierto, para conectarme con él, con sus posibilidades tímbricas y expresivas. Un piano ideal no es el más brillante, sino el que te permite cantar, el que te da alas”, contaba al respecto.

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