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Lo que los ajuares domésticos dicen de cómo era la vida durante el esplendor califal

Cerámica califal.

Alfonso Alba

4 de octubre de 2024 20:23 h

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La cerámica califal es una de las muestras más fascinantes de la vida cotidiana en Al-Andalus, un legado que nos transporta a los siglos X y XI, cuando Córdoba se erigía como la joya del Califato y una de las ciudades más importantes del mundo islámico. En el artículo Algunos apuntes sobre el ajuar cerámico califal: Las cerámicas de Madinat Qurṭuba (Córdoba) y Madinat al-Zahra, publicado en la revista Antiquitas, los arqueólogos Cristina Camacho Cruz y Rafael Valera Pérez presentan un análisis detallado de las cerámicas halladas en los dos principales núcleos urbanos del Califato de Córdoba: la ciudad palatina de Madinat al-Zahra y los arrabales occidentales de Córdoba.

El estudio, que forma parte de un proyecto arqueológico más amplio, se centra en desentrañar la historia, la tecnología y los usos de las cerámicas que formaban parte del ajuar doméstico de estas ciudades. Este trabajo se convierte en una ventana al pasado, mostrándonos no solo cómo vivían sus habitantes, sino también cómo los objetos cotidianos reflejaban la sofisticación y el poder de una civilización en su máximo esplendor.

Córdoba fue durante el Califato de Al-Andalus un centro neurálgico de cultura, ciencia y comercio, con una población que llegó a superar los 500.000 habitantes. En sus arrabales, donde la vida diaria transcurría de manera más humilde, la cerámica era una parte esencial del ajuar doméstico. A unos pocos kilómetros, Madinat al-Zahra, construida por el califa Abderramán III, se erigía como símbolo del poder y la magnificencia del califato, destinada a ser un refugio de lujo y arte, y hogar de la corte califal.

El estudio comparativo entre ambos yacimientos arqueológicos revela tanto las similitudes como las diferencias en la producción cerámica. Mientras que en Madīnat al-Zahrā predominan piezas más refinadas y elaboradas, orientadas a la alta sociedad, en los arrabales de Córdoba las cerámicas muestran un carácter más funcional, pero no menos valioso en términos históricos.

La evolución técnica de la cerámica en Al-Andalus

Uno de los aspectos más destacados del estudio es la evolución técnica de la cerámica en la Córdoba califal. La reintroducción de la técnica del vidriado, traída desde Oriente, supuso un avance fundamental en la cerámica andalusí. Las cerámicas vidriadas no solo eran más resistentes, sino que ofrecían una mayor posibilidad de ornamentación, con decoraciones que iban desde motivos geométricos hasta representaciones vegetales.

Durante este periodo, los artesanos locales supieron fusionar las influencias orientales con las tradiciones locales, creando un estilo único que aún hoy es admirado. Las técnicas de vidriado “verde y manganeso” destacan como una de las más avanzadas de la época, y fueron utilizadas principalmente en cerámicas de mesa y otros objetos de uso cotidiano. Estas piezas reflejan el alto nivel de sofisticación alcanzado en Al-Andalus, y su influencia se extendió más allá de sus fronteras, llegando a Europa y otras regiones del Mediterráneo.

El ajuar cerámico recuperado en estos yacimientos incluye una amplia gama de piezas, desde simples vasijas para el almacenamiento de alimentos hasta objetos más decorativos. En los arrabales de Córdoba, las piezas parecen haber estado orientadas principalmente al uso doméstico, con formas y tamaños que denotan su funcionalidad para tareas diarias como la cocina y el almacenamiento.

Por otro lado, en Madīnat al-Zahrā, las cerámicas presentan una mayor variedad decorativa, con piezas que probablemente estaban destinadas a banquetes y celebraciones en la corte. Este ajuar refleja no solo la riqueza material de la élite cordobesa, sino también su gusto por el arte y la belleza, elementos que formaban parte integral de la vida en la ciudad palatina.

Vida cotidiana

El análisis realizado por Camacho Cruz y Valera Pérez también arroja luz sobre el papel que desempeñaba la cerámica en la vida cotidiana de los habitantes de Córdoba. Las piezas, además de ser funcionales, tenían un importante valor simbólico y social. En una ciudad como Córdoba, que estaba en contacto constante con el resto del mundo islámico y el Mediterráneo, los objetos cerámicos no solo eran útiles, sino que también servían como un indicador de la posición social de sus propietarios.

La presencia de cerámicas decoradas con técnicas avanzadas como el vidriado y la pintura con manganeso en los hogares de la élite cordobesa muestra el poder de las relaciones comerciales de Al-Andalus con Oriente y otras regiones. El uso de estas técnicas también señala el deseo de los califas de mostrar su riqueza y poder a través de los objetos cotidianos.

La orientalización de Al-Andalus

El estudio de las cerámicas en Madīnat Qurṭuba y Madīnat al-Zahrā refleja uno de los fenómenos más importantes en la historia de Al-Andalus: la orientalización. Este proceso, impulsado en parte por la llegada de Ziryāb y otros intelectuales y artistas del mundo islámico, transformó no solo las artes y la cultura de Córdoba, sino también su vida cotidiana. Las cerámicas, con sus elaborados diseños y técnicas de fabricación, son un testimonio de cómo la cultura andalusí absorbió influencias orientales y las adaptó a su propio contexto.

La investigación sobre el ajuar cerámico califal en Córdoba y Madīnat al-Zahrā es de vital importancia para la arqueología islámica en la Península Ibérica. No solo aporta nuevos conocimientos sobre la vida en estas ciudades, sino que también permite una mejor comprensión de las dinámicas sociales, económicas y culturales del Califato de Córdoba.

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