Un maratón de piano a los pies de la Mezquita de Córdoba en honor a Rafael Orozco

La música ha vuelto a sonar esta mañana a los pies de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Entre turistas, curiosos y familiares, una treintena de jóvenes pianistas cordobeses ha inaugurado el Maratón de Piano Rafael Orozco, una cita que por quinto año consecutivo abre el Festival Internacional de Piano “Rafael Orozco” con el talento emergente de la ciudad.

El preludio se ha iniciado con la suave calidez de los acordes del Children’s Corner de Debussy, y a partir de ahí, el entorno de la Puerta del Puente se ha convertido en un escenario improvisado donde la música hacía mucho más agradable la visita por el kilómetro cero del turismo en Córdoba.

A título previo, el director del festival, Juan Miguel Moreno Calderón, ha recordado durante la presentación que el programa de este año es “especialmente atractivo”, con nombres de gran peso en el panorama pianístico internacional. “Festivales como este son fáciles de iniciar si hay una buena idea y apoyo institucional”, ha señalado, “pero lo difícil es mantenerlos en el tiempo. Alcanzar 23 ediciones es un logro colectivo”. Moreno Calderón también ha destacado el crecimiento del apoyo y del presupuesto en los últimos años, lo que ha permitido afianzar la cita a nivel internacional. Este año participarán 15 pianistas de ocho nacionalidades.

Tres horas diarias y pegadas al piano desde los cinco años

Entre los protagonistas del maratón están Elena Vaquero y Cristina Díaz, dos estudiantes del Conservatorio Profesional Músico Ziryab que comenzaron juntas a tocar el piano en la escuela Tararea cuando tenían cinco años. “Empezamos las dos allí y luego pasamos al conservatorio”, cuentan a este periódico, mientras apuran el tiempo antes de subir al escenario.

No se lo han puesto fácil a sí mismas: Elena ha interpretado un estudio de Chopin y otro de Czerny, mientras que Cristina se ha enfrentado al tercer movimiento de la Sonata nº27 de Beethoven. Aunque confiesan que aún saben poco sobre la figura de Rafael Orozco —“solo que fue un pianista cordobés muy importante”—, su entusiasmo por la música es evidente: “Tocamos unas tres horas todos los días”, dicen con una sonrisa que resume el esfuerzo y la ilusión que comparten.

De un órgano de Mickey Mouse, a un estudio de Bortkiewicz

También han participado Álvaro Córdoba y José Joaquín Núñez, ambos de 17 años y estudiantes del mismo conservatorio. Álvaro, que comenzó a tocar a los ocho, está en su último curso y ya piensa en dar el salto al Superior: “El año que viene, si Dios quiere, seguiré con la música. Y hoy voy a interpretar el primer movimiento de una sonata de Mozart, una obra compleja a nivel técnico y expresivo, porque lo más difícil es sacarle colores al piano”, explicaba.

A su lado, José Joaquín, un chico vivaracho recordaba con humor sus primeros pasos: “Yo empecé con un organillo de Mickey Mouse y me gustaba sacar las cancioncillas de oído. Luego entré en el conservatorio y hasta hoy”. De Mickey Mouse a un estudio de Sergei Bortkiewicz hay un buen camino. José Joaquín se traba más al pronunciar el nombre del compositor ucraniano que a la hora de sentarse a tocar su pieza, que define como “una obra corta, pero intensa, con un pasaje final bastante complicado”.

Un festival con historia

El Festival de Piano Rafael Orozco (u Orozco Piano Festival, en las últimas ediciones) nació en 2002 con el propósito de honrar la memoria del gran pianista cordobés —uno de los intérpretes más destacados de su generación— y situar a Córdoba como un referente en el mundo del piano.

Dos décadas después, es el festival de pianismo más longevo de España, y cada mes de noviembre reúne a intérpretes de prestigio internacional y a ganadores de los concursos más importantes del mundo, desde Leeds a Varsovia o Moscú. Más de 300 pianistas de más de treinta nacionalidades han pasado por sus escenarios, consolidando un público fiel que espera con entusiasmo cada nueva edición. La de este año, arranca oficialmente el 29 de octubre, aunque, como suele ser habitual, hay actividades previas.