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Córdoba flota sobre el violín de Paco Montalvo

Paco Montalvo durante su último concierto en la Axerquía | MADERO CUBERO

Alejandra Luque

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https://youtu. be/xD1xpBrhOJo

Vivir a Paco Montalvo. A Paco Montalvo no se le escucha, se le vive. Cada canción que se posa en las manos del joven cordobés la transforma en una melodía que te hace volar, suspenderte en el aire y sentir que todo flota.

Paco Montalvo consigue que el violín deje de ser el segundón. Lo convierte en protagonista después de haber sido el instrumento secundario que ha acompañado al flamenco a lo largo de su historia. El violín de Paco Montalvo se convierte en la voz del flamenco desde el momento en que el joven se sube al escenario. Ya lo hizo Paco de Lucía hace décadas, cuando dio a la guitarra su lugar protagonista. Hoy, Paco Montalvo sigue sus pasos.

Por primera vez en su carrera artística, el joven violinista se subía este sábado al escenario del Teatro de la Axerquía. Era el suyo el concierto más esperado del Festival de Patios. Y no es para menos. Su actuación en la pasada víspera de la Noche Blanca del Flamenco sentó precedentes. Más de 5.000 personas se concentraron en la plaza de Las Tendillas para escuchar y vivir al joven violinista.

En su actuación de este sábado -la primera de su nueva gira-, el cordobés deleitó al público con un virtuosismo que, cuando parece que se acaba, irrumpe de nuevo para acabar con un estruendo de aplausos. Cabeza y espalda rectas. Mirada en el horizonte. Y una sonrisa tímida que sobresale entre canción y canción del disco Alma de violín flamenco y entre los dos nuevos temas que el violinista dio a conocer en el concierto.

Como un juego, el violín llegó a sus manos con tan sólo cuatro años. Ahora, 20 años después, está reinventando el flamenco. Quién sabe lo que de esto opinarán los ortodoxos de este arte, pero la belleza que dibuja Paco Montalvo es innegable. Junto a él, un cuadro de flamenco puro compuesto por una guitarra clásica, percusión, palmeros y un bajo eléctrico que interviene en ocasiones.

Mención especial merece la bailaora que acompaña a Paco Montalvo en sus conciertos: María Canea. Ambos ofrecieron un espectáculo donde cada movimiento de la bailaora va perfectamente marcado por las caricias a las que Paco Montalvo somete a su instrumento. La rabia y la fuerza de María Canea, la delicadeza del violín de Montalvo; polos antagónicos que provocan una de las mejores experiencias que nunca antes ha vivido La Axerquía.

Y en esta primera toma de contacto del violinista con este teatro, el cordobés contó con la presencia del artista Alvaro Vízcaino -con quien interpretó la canción Córdoba de mis amores- y de El Pele, la raigambre pura del flamenco. La veteranía de toda una vida dedicada a esta género frente a una juventud que se abre puertas mediante su arco.

El Pele y Montalvo ofrecieron al público las rumbas Enamorao y Llámale amor, actuación que levantó al público, que agradeció al cantaor su presencia en el concierto. Montalvo se despidió de La Axerquía con Corazón partío, de Alejandro Sanz, “porque se acaba esta noche”. Vendrán muchas más. De eso no hay duda.

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