Tres años y nueve meses de cárcel para un preso de Córdoba por provocar un gran incendio en una celda de aislamiento

Un preso de la cárcel de Córdoba ha sido condenado a tres años y nueve meses de prisión por provocar un incendio en la celda de aislamiento en la que se encontraba, poniendo en riesgo al resto de reos de este módulo y a los funcionarios.
Así lo ha confirmado la Audiencia Provincial de Córdoba tras rechazar el recurso de apelación del preso. Según los hechos probados en la sentencia del Juzgado de lo Penal número 1, sobre las 20:50 del 2 de julio de 2020, el procesado -internado en el módulo de aislamiento-, prendió fuego al colchón y a la ropa de cama de su celda usando un mechero y con ánimo de menoscabar bienes del Ministerio del Interior.
Esto provocó importantes llamaradas y una gran humareda, activando la alarma de incendios. Los funcionarios de prisiones encontraron al preso inconsciente en el suelo de la celda, procediendo a trasladarlo a Enfermería y a extinguir el fuego. Como resultado, el colchón y la ropa de cama quedaron carbonizados, y la celda sufrió desperfectos que fueron tasados en 900 euros. Además, la densa humareda generó un riesgo para los funcionarios y otros internos de la galería, lo que llevó a la apertura de las celdas para permitirles salir al patio y salvaguardar su salud y seguridad.
La sentencia de primera instancia condenó al preso como autor de un delito de daños mediante incendio de bienes de dominio o uso público o comunal a la pena de tres años y nueve meses de prisión y a una multa de así como inhabilitación especial para el sufragio pasivo durante la condena y una multa de 2.700 euros. También se le condenó al pago de las costas y a indemnizar al Ministerio del Interior con los 900 euros tasados por los daños, más los intereses legales.
En su recurso, la defensa del condenado argumentó que no había informe pericial que acreditara la causa intencionada del incendio ni que se buscara perjudicar a un tercero, aunque sí sostuvo que la conducta pudo ser negligente al encender un mechero para fumar y por descuido incendiar el colchón.
En opinión de la Audiencia, las declaraciones de los funcionarios fue decisiva y fundamental, y de la misma se dedujo la intencionalidad del incendio. Durante la vista, estos trabajadores públicos declararon que se percataron del juego al mirar por la mirilla de la celda y ver cómo las llamas la tapaban, dando aviso al encargado del módulo. El resto de internos salieron y se emplearon casi una veintena de extintores, además de cubos de agua, debido a la intensidad del fuego. La virulencia de las llamas provocó que los cristales y azulejos estallaran.
Uno de los funcionarios manifestó, además, que vio dos o tres tubos de pasa de dientes, atados entre sí, y que se había calcinado el colchón, que era ignífugo, por lo que -a su juicio- el incendio había sido provocado. Los otros dos funcionarios que declararon también apuntaron al carácter intencional del incendio. Junto a estas testificales, la Audiencia ha hecho alusión al informe inicial de Instituciones Penitenciarias, que apuntaba a la intencionalidad del incendio.
0