La cordobesa Pienso y Mascotas busca sobrevivir al concurso de acreedores tras pasar del 'auge online' en pandemia a la crisis

La empresa Pienso y Mascotas, empresa cordobesa especializada en la venta de productos de alimentación y cuidado para animales de compañía, ha entrado en concurso de acreedores tras acumular una deuda de más de 3,8 millones de euros. Según ha podido saber este medio, el pasado mes de julio finalizó la fase común del concurso y el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Córdoba ha acordado la apertura de la fase de convenio. A partir de este momento, los acreedores deberán estudiar el plan de viabilidad presentado por la empresa relativo a la quita de la deuda y a los procesos de pago propuestos por la mercantil.

La situación de la compañía es realmente complicada. El informe elaborado por la administración concursal ha revelado que la entidad acumula unos activos de 1,21 millones de euros frente a una masa pasiva de 3,82 millones, lo que arroja un déficit patrimonial de 2,61 millones de euros. La sociedad, que sirve a España, Portugal e Italia, ha entrado en concurso de acreedores debido a la caída de la demanda online tras la pandemia, la fuerte competencia en precios, la elevada carga financiera por la expansión y el encarecimiento de materias primas tras la guerra de Ucrania, lo que redujo drásticamente los márgenes.

La empresa, fundada en Madrid y trasladada a Córdoba, nació en 2012 con un modelo de negocio centrado en la venta de piensos, accesorios y productos zoosanitarios tanto en tienda física como en internet. Según la documentación a la que ha accedido este medio, el crecimiento fue constante durante sus primeros años, especialmente entre 2013 y 2019, gracias al respaldo de la banca. El año 2020 fue muy positivo para la sociedad debido a la pandemia, ya que sus ventas fueron, fundamentalmente, online. Las mismas crecieron más de un 60% con respecto al año anterior, lo que dio lugar a la concesión de más financiación por parte de las entidades bancarias.

Para continuar su crecimiento, la empresa -gestionada por uno de los fundadores iniciales, Francisco Castejón Riber- necesitaba un centro logístico mayor y surgió la oportunidad de comprar una nave en Rabanales 21 para levantarlos. En 2021, con la “vuelta a la normalidad” después de la fase más aguda de la pandemia, la demanda de los productos online descendió de una forma sensible y todos los competidores bajaron sus precios e incrementaron su inversión publicitaria para amortiguar esa disminución de ventas. Como medida para mitigar esta situación, la empresa trató de reducir los costes fijos de una forma progresiva y no tuvo más remedio que también bajar precios para no quedar fuera del mercado.

Para evitar la bajada de ventas y de margen, la mercantil adoptó dos medidas. La primera, desarrollar su marca propia. Esta tenía el doble de margen que la del mercado y no era tan sensible al precio porque Pienso y Mascotas era el único que la vendía. La segunda, abrir tiendas físicas, que era donde estaba volviendo parte de la demanda, el margen era mayor y había menor sensibilidad al precio. Sin embargo, el problema de los márgenes se incrementó con la guerra de Ucrania en febrero de 2022 porque al tener los piensos una composición importante de cereal, el conflicto hizo que el coste de esta materia prima subiera y, con ello, que los proveedores incrementaran mucho el precio. Esa subida no se traspasó en su totalidad al consumidor y al mercado, por lo que se redujo todavía más el margen.

En 2023, para mejorar la liquidez de la sociedad y reducir el endeudamiento bancario, Pienso y Mascotas vendió el centro logístico de Rabanales 21, permaneciendo en el mismo en régimen de alquiler. No obstante, el elevado precio del arrendameinto, unido a que las ventas no se recuperaron como se esperaba, la entidad ha abandonado finalmente este local, trasladándose a otro en Las Quemadas.

Un plan de viabilidad como última oportunidad

El plan de viabilidad presentado a los acreedores busca superar la situación de insolvencia y recuperar la estabilidad financiera. Fuentes de la administración concursal señalan que los principales acreedores han mostrado una acogida inicial positiva, aunque su aprobación -para la que es necesario el apoyo de más del 50% de las entidades afectadas- será determinante para la continuidad del negocio. De no producirse dicho acuerdo, la administración concursal advierte que la empresa se verá abocada a la liquidación.

Desde la compañía, que han confirmado toda esta información, han asegurado a este medio que, a pesar de esta situación, la empresa “es viable y puede seguir perfectamente” una vez superada la fase de desequilibrio financiero. Además, ha apuntado que la situación de la empresa se atribuye a “circunstancias ajenas” y factores de negocio, siendo la guerra de Ucrania uno de los elementos que “ha disparado un poco más la situación”Según los datos trasladados, la compañía cuenta actualmente con 15 trabajadores, “a quienes se les paga religiosamente”.