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Sol dominical para la Pastora del Campo de la Verdad

Procesión de la Divina Pastora de las Almas | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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Amaneció la jornada del domingo soleada y con temperatura agradable. Invitaba al paseo por cualquier rincón de la ciudad, tomada por los cordobeses con ropa de domingo o deportiva para hacer lo propio. En el Campo de la Verdad, el paseo se iba a hacer más placentero acompañando a la Divina Pastora de las Almas, que a partir del mediodía recorría varias calles del barrio en su procesión anual.

Estaba prevista la salida a las doce y media, sin embargo se hizo esperar unos minutos la cruz de manguilla que guiaba el cortejo, breve, en el que la hermandad de la Vera Cruz contó con la presencia de jóvenes de otras hermandades de la ciudad como el Descendimiento, con la que la corporación del Lunes Santo comparte sede canónica, la Merced o el Socorro. Tras ellos iban la bandera Concepcionista y el bacalao de la propia archicofradía.

Había público esperando desde hacía rato en el paseo del Cristo del Descendimiento, adonde da la puerta lateral de la parroquia de San José y Espíritu Santo por la que la salen los pasos de la Vera Cruz y también la Divina Pastora. A la una menos cuarto asomaban desde la nave lateral del templo las maniguetas del paso de la Virgen, bella talla de Miguel Ángel González Jurado que se bendijera en 1995. Tras ella, en el paso, un granado en el que se apreciaban frutos, y a sus pies un cordero.

Con su diestra cogía la Virgen un báculo plateado y, como ya es tradicional, un pequeño nardo. Iba vestida con saya azul y un manto beige brocado en oro que le salía de los hombros, a los que iba prendida una mantilla también clara. Junto al pequeño risco sobre el que iba la Virgen aparecía un variado exorno floral a modo de friso alrededor del paso. Estaba formado por margaritas y liliums blancos y lisianthus rosas. En las esquinas iban cuatro fanales más por acompañar que por iluminar a la imagen, a la que en todo momento acompañó la luz del sol y el público, que caminaba con ella alrededor del paso o la esperaba en cualquier esquina o calle para verla pasar.

Sonaba el Himno Nacional y a continuación la banda de música María Santísima de la Esperanza comenzaba a interpretar un escogido repertorio que abrió con las marchas “Dulce Nombre de María” de José Juan Gámez Varo, “Pastora de Cantillana” y “Madrugá Macarena”. La Virgen bajó así a la avenida de la Diputación y cruzó hacia la calle Jesús para adentrarse por las calles del barrio que lindan con el parque de Miraflores. Así, continuó conforme la temperatura subía y el calor se hacía notar por Virrey Moya, Santo Cristo, Martín López, Espalda Santo Cristo y salió a espaldas de la Calahorra por Bajada del Puente para seguir por la plaza de Santa Teresa.

Iban pequeños costaleros junto al paso, en cuyo frontal y junto al llamador la archicofradía de la Vera Cruz colocó un relicario con la reliquia de Santa Rafaela María que posee y que el Lunes Santo va también en el paso de palio de la Virgen del Dulce Nombre. En los respiraderos se podían apreciar escenas como la de Jesús como el Buen Pastor, al frente, la Inmaculada Concepción en la trasera, y en los costeros Jesús Resucitado, la Asunción de la Virgen, los arcángeles Gabriel en la Anunciación, Miguel y Rafael y el Ángel de la Guarda.

La Virgen recorría el barrio mientras sonaban marchas dedicadas a la hermandad de la Vera Cruz como la reciente “Dulcis Virgo María”, de Miguel Ángel Urbano, que era la primera vez que sonaba tras un paso al llover el pasado Lunes Santo, y otras igualmente alegres como “Coronación de la Macarena”, “Como tú, ninguna”, “Madre Hiniesta”, “Hiniesta Coronada”, “Virgen de la Palma” o “Virgen de la Paz”, aunque también hubo lugar para momentos más recogidos como el que se vivió cuando sonó “Margot” dentro del templo tras la entrada de la Divina Pastora.

Fue a las tres de la tarde, hora a la que terminó la procesión después de recorrer las calles que rodean a la iglesia de San José y Espíritu Santo, como son Infante Don Juan Manuel, Batalla de los Piconeros y regresar al templo por la avenida de la Diputación y Paseo Cristo del Descendimiento.

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