REPORTAJE

Soluciones robóticas en el instituto creadas por los propios estudiantes

Es media tarde en el IES Rafael de la Hoz de Córdoba y una docena de alumnos tienen sobre sus mesas pequeños robots, placas microbit y ordenadores. Cursan 1º y 2º de ESO y, además de seguir sus clases, han creado ese material en un taller donde desarrollan soluciones robóticas para utilizar la tecnología en utilidades para su propio instituto.

Con el diseño de unas placas, por ejemplo, han conseguido que desde el aula el profesor sepa el aforo de los aseos del centro y si en ese momento están ocupados o hay alguno libre cuando un alumno le pide permiso para ir. Con otras placas han diseñado un método de alerta que avisa cuando el ruido en el aula supera el nivel deseado y advierte al alumnado de que hay que bajar la voz o guardar silencio.

“Lo que han hecho ha sido desarrollar un proyecto que dé solución a algún problema del instituto”, explica a Cordópolis su profesor de Tecnología, Computación y Robótica, Pedro Javier Cruz. Desde su departamento, se participa en el programa STEAM de la Consejería de Educación con el objetivo de acercar al alumnado al estudio de la robótica de forma que despierten su inquietud por el conocimiento dentro del ámbito de la ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas. Esto les permite desarrollar dinámicas de trabajo que ayudan a descubrir el talento y potencial de cada alumno.

De hecho, entre la quincena de estudiantes que han seguido este taller, hay quienes tienen altas capacidades y, todos, están altamente motivados para profundizar en el conocimiento de la robótica y las tecnologías.

Es el caso de Ángel y Antonio, que han trabajado también en crear unas placas con las que jugar a 'Piedra, papel o tijera'. “Antes, en casa me gustaba investigar sobre estas cosas, con algún programa de ordenador”, explica Antonio sobre cómo le atrae este mundo de la robótica y la ingeniería. Ángel ha trabajado en una placa diseñada para advertir cuándo falta luz y encender una simulación de farola. “Cuando no recibe luz, se apaga”, dice mientras muestra cómo funciona.

“Están tan motivados que, lo que yo puedo explicar en dos días en una clase, ellos lo cogen en diez minutos”, cuenta el profesor, que destaca la parte práctica donde el alumnado ve cómo con sus creaciones dan solución en determinados asuntos en su instituto.

Ángela y Sara tienen claro que, en un futuro, quieren dedicarse a esto. Al menos, eso piensan ahora cuando explican su proyecto de estación meteorológica. Las dos chicas forman parte de ese objetivo del programa STEAM de fomentar que las mujeres se incorporen cada vez más a carreras de este ámbito en la ingeniería, las ciencias, las matemáticas o la tecnología. Y, en su caso, parecen ir por buen camino.

Ellas han diseñado una placa que marca la temperatura dentro del aula y otra en el exterior al aire libre. “Cuando detecta un nivel mayor de 35 ºC, salta una alarma”. El uso de su creación se puede dirigir a controlar la temperatura que necesitan ciertas plantas, por ejemplo, o utilizarse en otros casos donde es importante conocer en todo momento el valor que marca el termómetro.

La puesta en práctica de todos estos conocimientos la han desarrollado dentro del programa Profundiza que, además, desde el punto de vista del profesorado representa una oportunidad para innovar metodologías y estrategias de aprendizajes.

El alumnado desarrolla su capacidad para resolver problemas mediante el pensamiento lógico y, a estas edades, se incide en despertar el interés de las niñas por el ámbito científico-tecnológico. Ellas y ellos, han logrado superar los retos marcados, mientras concluyen el taller entre ordenadores, placas microbit y pequeños robots deambulando por el aula.