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Pendientes del teléfono y sanciones por rechazar contratos precarios: la realidad de los sanitarios que se agrava en verano

Enfermeras andaluzas preparando un inyectable con la vacuna contra el Covid-19.

Alejandra Luque

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Escuchar a trabajadores sanitarios pertenecientes a la bolsa de empleo del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y a profesionales del gremio que se encuentran en paro es todo un ejercicio de lucha por evitar que el estrés se apodere de ti. Todos llegan a la misma conclusión: una verdadera ansiedad para poder trabajar, ya sea en hospitales o en centros de salud. Las vacaciones de verano y las sustituciones por bajas gravan aún más la situación de quienes, con mucha suerte, consiguen algún contrato estival.

Para este verano, las previsiones de la Junta de Andalucía en Córdoba es contratar a 1.354 sanitarios para cubrir las vacaciones de sus trabajadores. Aunque el Gobierno autonómico aseguró que se trataba de una cifra similar a la del año anterior, la realidad es que en la provincia de Córdoba se ha producido una reducción del 19%, pasando de 1.666 contratos a 1.354. Este descenso en los contratos se ha producido, en mayor o menor medida, en todas las provincias andaluzas.

De esos 1.354 contratos, según datos facilitados por la Consejería de Salud, 952 están destinados a Atención Hospitalaria y 402, a Atención Primaria. Se desconoce a qué categorías corresponde cada contrato, si se destinan más o menos recursos a Medicina o Enfermería, ya que la Consejería no ofrece estos datos. No obstante, las categorías de estos contratos son : enfermeras, matronas, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, auxiliares de enfermería, técnicos de Farmacia, técnicos especialistas, técnicos superiores en Alojamiento, cocineros, administrativos, auxiliares administrativos, celadores, pinches, médicos de familia, Servicios de Cuidados Críticos y Facultativos Especialistas de Área. Para el sindicato Csif, estos contratos “son ficticios y suponen un brindis al sol porque la Administración sabe de más que no va a encontrar profesionales suficientes para ello. Muchos de esos contratos que se anuncian no se realizarán, bien por falta de profesionales como en el caso de médicos o del personal de enfermería, bien porque se tratará de contratos de muy poca duración o en lugares de difícil cobertura”.

Los contratos empezaron el pasado 16 de junio, finalizarán el 31 de octubre y tendrán una duración diferente entre unos y otros. Los sanitarios que tengan suerte podrán disfrutar de un contrato de cuatro meses y medio a jornada completa. Esta es la mejor condición que rodea a los contratos de verano ya que los demás son a cuatro horas a jornada completa, menos de cuatro meses y hasta tres meses a jornada completa, menos de tres meses y reducciones de jornada. Ante ello, Csif pide unos contratos que generen “mayor estabilidad y con mejores condiciones laborales y salariales para evitar la fuga de los sanitarios a otros territorios” y ofrecer “un servicio sanitario de mayor calidad a la ciudadanía”.

Azahara es técnica de rayos y está en paro. Por ahora no ha recibido ninguna llamada del SAS para cubrir algún puesto vacante durante el verano, pero espera que se produzca. Desde que aprobó el ciclo formativo que la autoriza para ejercer la profesión, ha encadenado contratos precarios y ha estado en paro durante seis años. Fue entonces cuando decidió probar suerte en Mallorca, donde sí consiguió un puesto de trabajo como sanitaria. Cuenta a CORDÓPOLIS que fue en ese momento cuando recibió la primera llamada del SAS para trabajar en Cádiz, pero ya se encontraba en Mallorca.

Su vida laboral recoge numerosos contratos de un mes y de sustitución por bajas. “Necesito pedir una hipoteca pero tengo que presentar las tres últimas nóminas, pero es que yo soy fija discontinua”, explica esta sanitaria, que cuenta el estrés al que se encuentran sometidos los que, como ella, esperan una llamada del SAS. Y es que a la necesidad de trabajar se une la “obligatoriedad” de vivir pegada a una teléfono por el modo en que, desde Contratación del SAS, se comunican las ofertas.

El proceso es el siguiente: una vez detectada la necesidad de un trabajador, desde Contratación se llama, por orden decreciente, a los sanitarios que están en la bolsa de empleo. La normativa obliga al administrativo a realizar hasta tres llamadas al trabajador en el caso de que en la primera y en la segunda llamada no esté disponible por cualquier motivo. Si tampoco contesta a la tercera llamada, Contratación pasa al siguiente en la lista. Este proceso de selección ha llevado a Azahara a poner una hoja de reclamaciones ante el Registro del Hospital Reina Sofía.

“Es una ansiedad constante. ¿Tenemos que estar disponibles desde las 8:00 hasta las 21:30? En mi caso me han llegado a llamar muy temprano, sin saber, obviamente, que iban a hacerlo. Los que hacen este trabajo no saben qué podemos estar haciendo en ese momento las personas que estamos al otro lado del teléfono. Hacen las llamadas muy seguidas por lo que en una hora ya tenían asignados todos los contratos de mi categoría, por ejemplo”, denuncia esta trabajadora, que pide, además, un mayor equilibrio entre los contratos dirigidos a promoción interna y a los de turno libre. No obstante, Csif defiende que los primeros “han seguido formándose para intentar mejorar dentro de su empresa” y que el porcentaje de contratos “está regulado y aprobado en la Mesa Sectorial de Sanidad”. 

La respuesta que el sanitario dé a esta llamada también tiene una consecuencia. Si el trabajador, acepta, el trabajo es suyo. Sin embargo, la normativa prevé diferentes sanciones si rechaza la oferta. Si el trabajador no la acepta, pasa a “no disponible” –es decir, no recibe llamadas del SAS- durante tres días si la oferta es de corta duración a tiempo parcial, de 30 días si es de corta duración a jornada completa, de 90 días si es de larga duración, de 120 días si se trata de mejora oferta corta duración jornada completa desempeñando corta duración jornada parcial. A una de estas sanciones se enfrentó una compañera de Azahara, que rechazó un contrato de 15 días para el hospital de Cabra. “Al precio que está la gasolina, no le salían las cuentas entre lo que cobraba y lo que gastaba en ir allí”. Otros sanitarios apuntan a Cordópolis que, una forma de eludir las sanciones “es coger el teléfono y si la oferta que escuchas es muy precaria, pones excusas como ”perdona, no te oigo bien“ y cuelgas el teléfono”. En ese caso, la sanción es de unos pocos días.

Esta situación también la ha vivido Fátima (nombre ficticio), que actualmente trabaja en el SAS. Desde que entró en un hospital de la capital, siempre ha encadenado contratos por bajas o reducciones de jornada. Después de finalizar el último contrato, recibió la llamada del SAS para trabajar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Reina Sofía, cubriendo una reducción de jornada. En total, suponía trabajar un día a la semana, pero rechazó la oferta. “Así no se puede trabajar. En esta unidad hay aparatología muy complicada y pacientes muy delicados. Trabajar solo un día te dificulta aprender a usar todos los aparatos porque, a la semana siguiente, se te puede haber olvidado cómo se hacía. Estamos hablando de la salud de la gente. Hacer este tipo de contratos solo va en detrimento de la calidad del servicio que se da al ciudadano”, denuncia.

En ese sentido, las reclamaciones interpuestas por los usuarios del SAS dan una muestra más de la realidad. Según los últimos datos recogidos por la Consejería de Salud, relativos al año 2021, en Atención Primaria se abrieron 29.084 expedientes -9.337 más que en 2020- con 33.092 motivos –un expediente puede tener hasta tres motivos-. De esta cifra, el 98,6% de los motivos esgrimidos por los usuarios fueron reclamaciones por la organización, por la dificultad o tardanza para ser atendidos y por la calidad de dicha asistencia, por este orden.

En el ámbito de Atención Hospitalaria, la situación no es mejor. Aunque en los hospitales de Andalucía se formularon en 2021 menos expedientes que en 2020, se registraron 39.689 y 42.532 motivos. De esta cifra, el 96,2% de los motivos fueron reclamaciones por la dificultad o tardanza para recibir asistencia, la organización y la calidad de dicha asistencia, por este orden.

La actualización de la bolsa de empleo, otro escollo para la contratación

Otros trabajadores del SAS cuentan los problemas que les acarrea que la bolsa de empleo no se actualice a año vencido, sino cada 31 de octubre, ya que el retraso en  la incorporación de cursos y experiencia laboral hace que los sanitarios no disfruten de sus puntos hasta un año después.

En mayo, los sanitarios deben aportar toda la documentación acreditativa de los cursos realizados y el trabajo desempeñado, siempre en el ámbito público ya que el SAS no tiene en cuenta el trabajo en el sector privado. El registro de los requisitos y de los méritos se realiza únicamente por vía telemática, va por tramos de apellidos y el plazo que se establece es de diez días. Una vez finalizado este proceso, se establece el corte de octubre de 2021 de la bolsa de empleo.

Asimismo, otros empleados llaman a tratar con “cautela” que no haya más trabajadores en la bolsa de empleo y la Junta “tire de estudiantes y extracomunitarios” para los contratos de verano. “La lectura de esto no puede ser triunfalista ya que no se trata de que todos los sanitarios estén trabajando porque hay muchos que se han ido de Córdoba porque no encuentran trabajo”. A ello se suman los recién graduados, que no aparecen en la bolsa hasta que no se abra en octubre, por lo que, para trabajar en el ámbito público, deben entregar su curriculum en el centro en cuestión. En ese sentido, la categoría de Enfermera ya ha agotado todo el personal disponible en la bolsa y el SAS ha puesto en marcha una cobertura excepcional para que, sanitarios en activo, se ofrezcan para cubrir los puestos vacantes.

Sobre esta cuestión, Csif considera “un parche” la contratación de médicos extracomunitarios, al tiempo que reclama “medidas estructurales en la política de personal del SAS que eviten tener que improvisar y tomar medidas in extremis como está ocurriendo”. “Desde CSIF entendemos que estos profesionales que proceden de países de fuera de la Unión Europea son perfectamente válidos para desempeñar su trabajo en el sistema sanitario público. Lo que criticamos es la falta de previsión y el parcheo al que, desgraciadamente, nos tiene acostumbrados el SAS en su política de personal. En este sentido, la sanidad pública tenía ya dentro a profesionales que, debido a la falta de estabilidad y precariedad de los contratos que se les ofrecían, decidieron emigrar a otros países y a otras comunidades autónomas o empresas privadas en las que se les ofrecía mejores condiciones”.

El centro de salud de La Fuensanta, el único que abre en verano por las tardes

El Plan Vacacional de Verano de la Consejería de Salud tampoco ha traído buenas noticias para los usuarios de Atención Primaria al ver que, de nuevo, solo un centro de salud abre por las tardes hasta el 19 de septiembre. Se trata del que está ubicado en La Fuensanta, que desde el 4 de julio es el único que ofrece este servicio en horario vespertino.

En 2021 también era el único. Los cambios vinieron en 2019, cuando el cordobés Jesús Aguirre ya estaba al frente de Salud. En el verano de 2018, los centros que abrían por la tarde durante el verano eran el de La Fuensanta, el de Alcolea y el de Santa Rosa. En 2019 y en 2020, Aguirre los redujo a dos: La Fuensanta y Alcolea. Sin embargo, en 2021, se ordenó que solo abriera el primero, al igual que ocurre durante este verano, que lo hará de 15:00 a 20:00.

El resto de centros de salud prestarán el servicio en horario de 8:00 a 15:00. Además, durante el verano, los centros de Urgencias disponibles serán el ubicado en el Sector Sur y en Castilla del Pino (en horario de 15:00 a 8:00) ya que el tercer punto, en el centro de salud de Levante Sur, aún no se ha puesto en marcha, situación que ha sido denunciada por el Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Córdoba.

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