Un nuevo ginkgo en Córdoba en recuerdo de las víctimas de Fukushima
La Asamblea Antinuclear de Córdoba plantará este viernes un nuevo ginkgo, una especie de árbol japonés, en el Parque de Miraflores “en recuerdo de las víctimas y de las terribles consecuencias” del accidente nuclear de Fukushima (Japón), que tuvo lugar hace once años.
Según ha indicado Asamblea Antinuclear de Córdoba en una nota, un año más, la Asamblea Antinuclear de Córdoba quiere recordar el accidente acaecido el 11 de marzo de 2011 en la central nuclear de Fukushima a consecuencia de los daños provocados por el terremoto y violento tsunami posterior que asoló la costa este de Japón.
“A pesar de presumir de ser una de las centrales mayores y más seguras del mundo, todos los sistemas fallaron y las elevadísimas temperaturas alcanzadas por los reactores hicieron estallar la central expandiendo material radiactivo por la atmósfera, el suelo y las aguas”, ha subrayado la asamblea.
Tal y como ha expresado la asamblea, “todavía casi 50.000 personas se mantienen evacuadas lejos de sus poblaciones, en alojamientos temporales” y una “amplia extensión de territorio circundante continúa completamente devastada”, calculándose que “los trabajos de recuperación de la zona se extenderán más allá del año 2050”. Los efectos de la radiactividad se han manifestado en “un significativo incremento de cánceres entre la población y una elevada contaminación ambiental de las aguas y alimentos”, han añadido.
Once años después, el núcleo de los reactores mantiene temperaturas “tan elevadas que requieren inmensas cantidades de agua para enfriarlos. Esta agua tiene una elevada contaminación radiactiva y se ha acumulado ya tal cantidad que el gobierno japonés ha decidido comenzar a verterla al Océano Pacífico a partir del próximo año, con los gravísimos efectos que ello tendrá sobre la vida y la salud de todas las poblaciones circundantes y, en general, sobre todas las formas de vida en el océano”, ha afirmado el grupo antinuclear.
Este accidente nuclear, el mayor de la historia tras el de Chernobyl (Ucrania) en 1986, vino a demostrar una vez más “que la energía nuclear no es limpia, ni segura ni barata, ni sostenible, como quieren hacernos creer las grandes corporaciones eléctricas que tantos beneficios obtienen de ella”.
En este contexto, ha señalado que “precisamente ahora estamos viviendo una nueva oleada de información tendenciosa a favor de la energía nuclear con motivo de la crisis energética provocada por la guerra de Ucrania, argumentando que potenciar el mantenimiento y construcción de nuevas centrales nucleares nos haría más independientes del gas y el petróleo rusos”.
Al respecto, desde la asamblea han remarcado que los defensores de la energía nuclear “saben, pero no lo cuentan, que actualmente nuestro país importa de Rusia más de la mitad del uranio que necesitan las centrales nucleares para su funcionamiento”. “Tampoco cuentan que la construcción de una central nuclear requiere una enorme inversión y tarda entre diez y 20 años”, han lamentado.
Por todo ello “nos reafirmamos en que las centrales nucleares no son, en absoluto, una alternativa para la soberanía energética de nuestro país ni del continente europeo”, ya que comportan graves riesgos para la salud humana y el medio ambiente, que se mantienen durante siglos“, ha agregado.
“Por si fuera poco --ha continuado--, como estamos viendo en directo día a día, esta guerra ha mostrado que las centrales nucleares son un objetivo militar de primer orden, agravando la probabilidad y gravedad de un accidente con escape de material radiactivo”.
Presión del lobby nuclear
Es por ello que desde el grupo “rechazamos la reciente decisión de la Comisión Europea cediendo a la presión del lobby nuclear y catalogando a este tipo de energía dentro de las energías sostenibles para la transición ecológica, en contra de los informes de los grupos técnicos asesores, distintos gobiernos europeos, numerosas organizaciones científicas y sociales y hasta el propio Acuerdo de Paris contra el Cambio Climático”.
Por este motivo siguen “exigiendo el cierre de todas las centrales nucleares en el estado español, pues cuantos más años sigan abiertas, más prolongaremos el riesgo y aumentaremos la producción de residuos nucleares”. Asimismo, ha pedido que el Gobierno español “cancele los planes de ampliación del cementerio nuclear de El Cabril y fije un plazo para su cierre definitivo, abordando seriamente un plan de almacenamiento seguro de los residuos nucleares de media y alta actividad”.
Por todo ello, desde la Asamblea Antinuclear de Córdoba han hecho un llamamiento a la ciudadanía cordobesa para concentrarse este viernes, a las 18,00 horas, en la zona conocida como Jardines del Rocío, frente al Centro de Arte Contemporáneo, en el Parque de Miraflores de Córdoba.
En dicha concentración se plantará un nuevo ginkgo --árbol de los cuarenta escudos o nogal del Japón-- para continuar formando 'El Bosque de Fukushima', que cuenta ya con diez árboles, uno por cada año transcurrido desde el accidente.
Dicha concentración servirá un año más para “exigir la no ampliación del Cabril”, así como “su cierre”, y que “accidentes nucleares como el de Fukushima nunca vuelvan a ocurrir en ningún lugar del mundo”.
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