MEMORIA HISTÓRICA
La memoria hecha cómic sobre el horror de cuatro jóvenes cordobeses en Mauthausen
Juan Carmona Rivera, José Corrales Rivera, Rafael Fiñana Navas y Eustaquio Fernández Pedrajas eran naturales de los municipios cordobeses de Belmez y Alcaracejos y, con 15, 16, 17 y 18 años respectivamente, fueron deportados en 1940 al campo de concentración de Mauthausen (Alemania). Dos de ellos -Carmona y Fiñana-, murieron gaseados. Los otros dos, lograron sobrevivir. Ahora, para recordar su memoria y la de todas las personas que fueron deportadas a los campos nazis, un cómic rescata su historia para dar a conocer entre estudiantes el horror que vivieron estos cuatro jóvenes como ellos.
La idea de esta iniciativa partió de la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba, que trabaja por recuperar la memoria y la historia de todas las personas de la provincia que sufrieron el exilio y la deportación a los campos de concentración nazis. Con toda la documentación y testimonios obtenidos sobre la vida de estos cuatro jóvenes cordobeses, se embarcaron en la tarea para hacer un cómic que “llevara su memoria a los jóvenes actuales, a través de una herramienta que puedan utilizar en el último ciclo de Primaria, ESO y Bachillerato”, explica a Cordópolis la presidenta de la asociación, Cristina García.
De ella fue la idea original y la recopilación de la historia que sufrieron estos cuatro cordobeses. Luego, la periodista Luisa Navarro se encargó del guion y los dibujos corrieron a cargo de Pedro J. Colombo, autor también del cómic ‘El fotógrafo de Mauthausen’, con Aintzane Landa como colorista.
Deshumanización
El cómic sirve así de vehículo para recuperar la memoria de quienes fueron llevados a Mauthausen. Y en él se ve “todo lo que le ocurrió a estos cuatro cordobeses, desde su llegada al campo a la deshumanización al raparles el pelo y ponerles el traje a rayas, con el triángulo azul de apátridas”, explica García.
Se sabe que los cuatro llegaron en el primer convoy de civiles que llegó al campo de concentración, en agosto de 1940. “En los años 40, Mauthausen era un campo de trabajo, luego fue de exterminio”. Venían desde Angulema (Francia): “Todos los varones que tuvieran de 13 años en adelante, los llevaban a campo de concentración”. Allí, Rafael Fiñana y Juan Carmona fueron gaseados. José Corrales y Eustaquio Fernández sobrevivieron y volvieron -por la documentación que se conoce-, a Francia.
Antes, ellos dos formaron parte del denominado comando Poschacher de españoles y colaboraron en el rescate de los negativos de fotografías que se hacían en el campo, que fueron escondidos durante años y se pudieron utilizan en los juicios de Nuremberg, como cuenta la historia de ‘El fotógrafo de Mauthausen’.
¿Cómo se dibuja el horror?
Pedro J. Colombo ya tenía la experiencia de haber dibujado un cómic sobre Mauthausen: “Ya sabía que iba a ser duro”, cuenta a este periódico. A toda la documentación que ya tenía tras haber hecho El fotógrafo de Mauthausen se sumó la proporcionada por la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba, sobre los detalles concretos de los cuatro cordobeses protagonistas de esta historia, con sus números de matrícula y los triángulos azules que les identificaban.
Imágenes de cómo era el campo de concentración, de las barracas donde malvivían los deportados, de hospitales de la época o de los convoys donde llegaban a Mauthausen sirvieron de referencia para los dibujos de Colombo. “Lo primero fue leerme la historia y hacer un esbozo de cada secuencia, donde se intuyen los planos, si son generales, picados, primeros planos...”, explica.
Ese boceto sirvió para realizar las correcciones necesarias junto a las guionistas y, a partir de ahí, dibujar a lápiz todo el cómic y después a tinta. Un trabajo técnico que tiene detrás la “responsabilidad” de contar una historia dolorosa. “Ves los testimonios de la gente, de los familiares de quienes estuvieron o no salieron de aquel campo de concentración. Valoran mucho el esfuerzo de contarlo”.
Conectar con los chavales a través del dibujo
“He intentado ser lo más fiel posible a la historia y, a los dibujos, darle un toque más oscuro, intenso y duro”. Eso se traduce también en un trazo sencillo -“hemos intentado que no fuera muy barroco”- utilizando además unas pocas gamas de colores y jugando más con los volúmenes. “Tratamos de conectar más con los chavales”.
Porque ese es, al fin y al cabo, e objetivo de este cómic para llevar la memoria a los más jóvenes. La Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba tiene previsto presentar públicamente el cómic el 10 de junio en la Feria del Libro de Belmez (Córdoba). Los centros educativos podrán adquirir gratuitamente este trabajo y se enviará un ejemplar a las bibliotecas de los ayuntamientos de la provincia. Las personas particulares interesadas en adquirir el cómic pueden solicitaro en el correo stolpersteine.cordoba@gmail.com, para recibir indicaciones de cómo hacerlo.
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