El cultivo del bonsái: la milenaria tradición oriental arraigada en Córdoba desde hace décadas
Hace 34 años que la milenaria tradición oriental de los bonsáis echó raíces en Córdoba. Un grupo de amantes del cultivo de estos pequeños árboles constituyó en 1988 la Asociación Cordobesa de Bonsái y, desde entonces, cada otoño y cada primavera, muestran a todos los cordobeses el trabajo que realizan durante años y la singularidad de estas plantas. Unas plantas en maceta que, en tamaño reducido, muestran la grandeza de todo tipo de árboles, gracias a su cultivo con una técnica heredada de China y Japón.
En aquel primer momento, los practicantes de este arte en Córdoba “eran en su gran mayoría autodidactas, aprendiendo por el método de ensayo y error, con las dificultades que esto suponía”, explica a Cordópolis uno de los primeros socios de la asociación, Pepe Zamorano. Aquel primer grupo de aficionados quiso intercambiar conocimientos y experiencias, compartir técnicas y métodos de cultivo. Y así nació la Asociación Cordobesa de Bonsái que se marcó como objetivos promocionar el cultivo del bonsái como actividad cultural, generando un acercamiento entre las personas aficionadas a este arte y realizando actividades de difusión en Córdoba.
“A estos árboles puedes echarle todas las horas que quieras para cuidarlos. Ya son como tus hijos”, dice gráficamente Paco de la Rosa, presidente de la asociación. Entre decenas de ejemplares en su casa, prepara los mejores para la próxima exposición que tendrá lugar en unos días en el Jardín Botánico de Córdoba, en una de las ya habituales actividades de difusión de este arte en la ciudad.
Cientos de ejemplares formados durante años
Actualmente, entre todos los socios suman varios cientos de ejemplares de bonsáis. Cada uno de los árboles que cultivan requiere “una media de entre ocho o diez años para formarse”, practicando técnicas de poda y pinzamiento, o abonando con poco nitrógeno para que las hojas sean pequeñas, de manera que la figura del árbol sea la normal, pero en un tamaño mucho más reducido en maceta.
Acebuches, ficus, pinos, olivos, higueras, olmos...El listado de especies cultivadas como bonsái es tan largo como ávida la curiosidad de estos aficionados por 'crear' un ejemplar de cada una de ellas en tamaño pequeño. Centenares de ejemplares han visto pasar por las terrazas y patios de los socios de la exposición, en distintas etapas de su crecimiento y cuidado. Y una selección de los mejores árboles es la que cada primavera y cada otoño compone las exposiciones que desde hace más de tres décadas brindan a la ciudadanía cordobesa.
Desde la primera muestra realizada en diciembre de 1988 en el Jardín Botánico, estos singulares y pequeños árboles han sido expuestos en espacios singulares de la ciudad como este o el Palacio de Viana, en salas de arte o el Palacio Episcopal, entre otros.
Exposiciones en primavera y en otoño
Con el paso de los años, las exposiciones se afianzaron en el calendario cordobés, con una muestra en otoño y otra en primavera, dejando ver las diferencias de los árboles en esos periodos del año, con hojas perennes o caducas, y con los distintos colores de estas plantas que componen imágenes de gran belleza.
Y también se afianzaron los espacios para mostrar los bonsáis al público: el Patio Barroco de la Diputación de Córdoba para la exposición de primavera y el Jardín Botánico para la muestra de otoño. Justamente ahora, entre el 18 y el 20 de noviembre, tendrá lugar la exposición de otoño, para la que los integrantes de la Asociación Cordobesa de Bonsái ya preparan varias decenas de los mejores ejemplares.
Una actividad de divulgación de este arte milenario que ha ido acompañada también de talleres y cursos sobre la técnica de cultivo del bonsái, en colaboración con administraciones y entidades, a lo largo de estos años, así como la publicación de monográficos sobre el cultivo del bonsái y artículos al respecto.
Maestros nacionales e internacionales
Córdoba llegó incluso a ser la sede del Congreso Nacional de la Asociación Española de Bonsái, en 2008, y acogió a maestros nacionales e internacionales de este arte en distintos eventos organizados por la asociación local.
Algunos de esos nombres fueron Hotsumi Terakawa o Salvatore Liporace, “auténticos referentes en el mundo del bonsái”, señalan desde la asociación cordobesa, que ha invitado a los mejores “para que nos enseñasen nuevas técnicas y métodos de trabajo, para aumentar nuestro conocimiento y el nivel de nuestros árboles”.
Ahora, en unos días, los cordobeses podrán apreciar de nuevo la belleza de estos delicados árboles que llevan tras de sí años de cuidados. Vistosos, coloridos, pequeños pero con una gran fuerza, los bonsáis saldrán de nuevo a la calle para mostrar que han echado profundas raíces en Córdoba.
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