Acaba en el Reina Sofía la formación en ecografía para diagnosticar y tratar secuelas de Covid
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha finalizado esta semana en el Hospital Universitario Reina Sofía la última sesión de la formación presencial en ecografía para diagnosticar y tratar secuelas del Covid-19 que se iniciaba en abril.
Así lo ha indicado la Junta de Andalucía en una nota en la que ha detallado este programa se dirige fundamentalmente a médicos de Atención Primaria en una primera fase, aunque se ha incluido un porcentaje de residentes para cada provincia y médicos de urgencias de cada hospital, ya que son la puerta de entrada de pacientes con coronavirus en atención hospitalaria. Para ello, se han adquirido cuatro simuladores, unos equipos polivalentes que permitirán el desarrollo de múltiples acciones formativas.
Esta iniciativa ha permitido la actualización de más de 14.000 profesionales en el manejo de ecógrafos a través de la simulación virtual y clínica en este curso específico de identificación de síntomas covid mediante ecografía. Se trata de una de las mayores formaciones en su conjunto que se están promoviendo en Europa y en la que destaca el esfuerzo inversor en formación. Además, y dada la situación actual de pandemia por el Covid-19, supondrá un refuerzo importante en diagnóstico y detección precoz de secuelas de esta enfermedad.
El programa se ha focalizado en los médicos de Atención Primaria a fin de tener referentes en ecografía en todos los centros de salud, siguiendo así un modelo de formación de formadores, por lo que, en una primera fase, ha estado dirigida a los médicos referentes de ecografía de cada centro.
Para la directora general de Personal, Pilar Bartolomé, “es una apuesta por una Atención Primaria de calidad y por el desarrollo de las competencias de sus profesionales, una estrategia prioritaria en el Servicio Andaluz de Salud”. Además, supone evitar desplazamientos a centros hospitalarios de pacientes y familiares.
La ecografía es una prueba sencilla, barata, inocua, incruenta, altamente sensible y reproducible, realizable en la cabecera del paciente, que puede ser de gran utilidad tanto para el diagnóstico del coronavirus como para la detección de sus posibles complicaciones y su pronóstico.
Esta tecnología diagnóstica permite explorar el estado del pulmón, ya que es conocido que es el órgano más afectado por esta enfermedad, pero también del corazón y los vasos sanguíneos. Esto último también tiene interés en el tratamiento del covid, puesto que, al contraer esta infección, también hay un riesgo aumentado de afectación cardiaca y enfermedad tromboembólica venosa, por la inflamación e hipercoagulación que tienen estos pacientes y por el riesgo que entraña que estén encamados durante un largo periodo de tiempo con una enfermedad aguda.
La ecografía se puede emplear para detectar otras complicaciones, como la trombosis venosa o la afectación cardiaca en pacientes que tengan signos como la hinchazón de una pierna, dolor torácico, bajada brusca de la tensión arterial o un aumento de la disnea no explicado por un empeoramiento de la afectación pulmonar.
La ecografía pulmonar es una técnica con sensibilidad y especificidad muy próxima al TAC para la detección de las lesiones pulmonares que ocasiona el SARS-CoV 2, y muy superior a la radiografía o la exploración física. En los hospitales, este tipo de pruebas de detección del alcance de la infección por covid-19 ya está extendido, por lo que su llegada a los centros de salud también significará un paso más para descongestionar el sistema hospitalario en los momentos de mayor presión asistencial.
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