50 años en libertad: contar lo vivido en dictadura para defender la democracia

El Rectorado de la Universidad de Córdoba ha acogido este jueves el acto '50 años en libertad', una actividad cultural y artística para reivindicar los valores democráticos, ahora que se acaba de cumplir medio siglo de la muerte del dictador Francisco Franco. Un acto con un especial mensaje hacia los jóvenes y con una charla central intergeneracional donde, desde la memoria, se ha contado lo vivido en dictadura para hacer valer lo conseguido en democracia.

Antonio Deza, presidente de la asociación memorialista Dejadnos Llorar, que a sus 89 años ha vivido la dictadura, la Transición y la etapa democrática, ha sido la voz de la experiencia en un diálogo con Alba Saenc, historiadora divulgadora de arte y joven cordobesa ‘influencer’ en redes sociales, como integrante de las generaciones que solo han vivido en democracia.

“Después de ese periodo tan oscuro y negro que pasamos, estos 50 años que conmemoramos son de los mejores que ha vivido nuestra patria”. El terror y los fusilamientos tras el golpe del 36, y el hambre, las cartillas de racionamiento, la miseria, la vida en chabolas, los piojos, chinches, la tuberculosis o el analfabetismo, desgranan los recuerdos de la infancia y juventud de Deza y su generación, en los primeros años de la dictadura y la represión.

Una vida marcada por la tragedia

Su recuerdo familiar es de una época de “terror, de persecución y de muerte indiscriminada de miles de personas. Es difícil de comprender de dónde salió tanto odio”, rememora para hablar de cómo en su familia murió su padre en la guerra y fusilaron a algunos tíos. “La vida de niños como yo fue una tragedia. Por eso ponemos el alma en que eso no vuelva a suceder nunca”.

En esta charla, la experiencia se abre paso ante los atentos oídos de Alba Saenc y los jóvenes presentes que, como dice la joven, “en las aulas, la dictadura no siempre da tiempo a estudiarla en profundidad”.

En su mente, las condiciones infrahumanas de vida que escucha enlaza con películas recientes como El 47, donde se retrata las calamidades y miseria de emigrantes extremeños y andaluces a Cataluña para labrarse un futuro. Y escucha, sorprendida, cuando Deza recuerda el ‘milagro’ de abrir un grifo y que salga agua o ‘dar un pellizco en la pared’ y que el interruptor hiciese posible la luz en casa. “Si algo bueno tuvo aquella época es saber apreciar cualquier cosa buena”, recuerda desde su experiencia. Cosas que se dan por hechas para esas generaciones de jóvenes.

Un repaso por los años 60 y los primeros de los 70 ha cerrado el recuerdo de la dictadura, con la emigración de miles de españoles a trabajar fuera. Y cómo ya llegaba el declive del régimen y se percibía.

Años en los que, a preguntas de la voz joven Saenc, se rememora la censura que toda la sociedad vivía. Y cómo, llegó la Transición y actuaron los agentes políticos y sociales en ese momento. “Un periodo que ahora se critica, pero dio paso a 50 años de progreso y libertad, no se haría tan malamente”, valora Deza. “¿Se podía haber hecho de otra manera? Se podía, pero a ver cómo. ¿Se hizo bien? Ha dado lugar a 50 años de progreso y libertad, pues claro que se hizo bien”, asegura.

Enfrente, en el patio de butacas, jóvenes han expuesto cómo la formación educativa sobre la etapa de la dictadura y la represión no se ha aprendido tanto en colegios e institutos, sino más en casa. Y han valorado el poder conocer de primera mano la experiencia de alguien que ha vivido en dictadura.

Y compartiendo su generación, Alba Saenc ha expuesto cómo en las redes sociales también se puede compartir contenido de cultura y de historia, también para conocer realidades como la memoria democrática.

Historia con el ejercicio de la memoria de todo el periodo de dictadura y represión incluida. Y con la reparación, la verdad y la justicia que buscan los familiares de las víctimas de ese periodo -como Antonio Deza-, víctimas represaliadas del franquismo que aún hoy se buscan, por ejemplo, en los cementerios de Córdoba.

Jóvenes creando por la libertad

A la vez que esta charla intergeneracional, otros jóvenes han tenido también su espacio en este acto, creando y ofreciendo obras en directo, de música, escultura, moda y graffiti. En el mismo escenario, el joven diseñador José Perea, con su máquina de coser, ha creado un diseño en directo, con una gran volumen de tul blanco cubriendo parte del espacio. Un diseño conmemorativo de los 50 años de libertad que se ha lucido al final del acto.

Y, también en el escenario, Carril Bici, un joven grupo musical de Villa del Río ha tocado en directo canciones de la Transición y temas propios, defensores del mundo rural y la cultura andaluza. “Libre”, de Nino Bravo, precisamente ha sido el tema elegido para abrir el acto sobre estos 50 años de libertad.

En las salas anexas, la artista Eva Vega ha creado una escultura durante la celebración del acto, una obra para conmemorar estos 50 años y pensada en echar raíces fuertes para la democracia, que podrá ser utilizada como galardón en los premios Plaza de la Constitución que otorga a Subdelegación.

Y un gran mural ha sido la creación de Sake Ink, artista urbano de Baena, que con la técnica del grafiti ha mostrado los perfiles de cuatro personas, también con las raíces como identidad de la diversidad, en un trabajo hecho durante el transcurso de este acto de celebración.

Las autoridades presentes también han querido lanzar un mensaje para la celebración de estos 50 años y se han dirigido a los jóvenes especialmente. La subdelegada del Gobierno, Ana López, ha abogado por “felicitarnos por estos 50 años, pero seguir luchando para que siga con las generaciones futuras”. Y el rector, Manuel Torralbo, ha hecho un guiño a la Universidad: “Le sienta muy bien la libertad y muy mal las dictaduras”.