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Unos 4.000 pacientes reciben tratamiento integral frente a la Enfermedad Renal Crónica en Reina Sofía

Celebración del Día Mundial del Riñón 2021 en el Hospital Reina Sofía.

Redacción Cordópolis

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El Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba conmemora un año más el Día Mundial del Riñón poniendo el foco en la importancia de los datos, que marcan una tendencia creciente en las enfermedades renales, resaltando que el complejo hospitalario cordobés ofrece a unos 4.000 pacientes tratamiento integral frente a la Enfermedad Renal Crónica.

Tal y como ha indicado la Junta de Andalucía en una nota, según las cifras de la Sociedad Española de Nefrología, en la última década la prevalencia ha crecido un 30 por ciento, una tendencia que también siguen los datos referentes a la incidencia, que se sitúan en estos momentos en 152 personas por millón de población. Solo en la Córdoba, la Unidad de Nefrología del hospital atiende a cerca de 4.000 pacientes con diferente grado de daño renal y se estima que, en la provincia, unas 80.000 personas puedan estar afectadas.

En este contexto, el Reina Sofía hace un llamamiento a la importancia de los hábitos de vida saludables que son, según ha destacado la directora gerente, Valle García, “la mejor herramienta que tenemos para revertir los datos”.

En esta línea, ha señalado que “los profesionales, gestores, asociaciones y la sociedad tenemos que implementar acciones centradas en la atención integral del paciente y fomentar la educación sanitaria. Debemos implicar al paciente, a su entorno familiar y cuidadores en todo el proceso de su enfermedad y en la toma de decisiones sobre su tratamiento”.

Tratamiento

La Unidad de Nefrología del centro lleva años ofreciendo una cartera de servicios integral que ofrezca a los pacientes con enfermedad renal mantener la mayor calidad de vida posible. Esta idea es precisamente la que centra el lema de la campaña del Día Mundial del Riñón 'Viviendo bien con enfermedad renal' y que se ha personalizado en el testimonio de Antonio Miguel Granados, cordobés de 45 años que lleva un mes recibiendo diálisis peritoneal en su domicilio.

Según ha explicado, “me detectaron una enfermedad hereditaria, una poliquistosis renal en el año 2007. Desde ese momento empecé a venir al hospital para seguir revisiones en consultas y en el año 2019 empezó mi etapa en prediálisis. Inicié mi tratamiento de hemodiálisis en el centro en septiembre de 2020 y, posteriormente, me decidí a recibirlo en mi casa, tras la información recibida por mi nefrológa y enfermera”.

La directora de la Unidad de Nefrología, Sagrario Soriano, ha explicado que desde hace un par de años el hospital ha impulsado esta modalidad de diálisis que ofrece numerosas ventajas para el paciente y que solo requiere una formación previa que recibe en el propio hospital y la implantación de un catéter, por parte de Cirugía, un procedimiento muy sencillo.

Este impulso ha permitido que el número de pacientes que inician diálisis en domicilio sea en estos momentos un 20 por ciento del total de pacientes que comienzan a recibir diálisis (150 personas en 2020) y que el total de pacientes en esta modalidad se haya triplicado en estos últimos dos años, una cifra que “queremos seguir aumentando porque no podemos olvidar que nuestro trabajo no solo consiste en ofrecer un tratamiento, sino hacerlo aportando también la mejor calidad de vida posible para cada uno de nuestros pacientes”.

La Unidad de Nefrología del hospital ofrece una cartera de servicios completa que permite que los pacientes con enfermedad renal puedan recibir un tratamiento personalizado. Cada año, los profesionales de este servicio resuelven cerca de 11.000 consultas, atienden a 4.000 pacientes, 500 de ellos en diálisis y casi 900 viven en estos momentos con un trasplante renal funcionante.

Miguel y Carmen Granados son dos de estos pacientes, ya que recibieron un trasplante en el año 2010 y en el 2012, respectivamente. Miguel es el padre de Antonio y debido a su enfermedad hereditaria (una Poliquistosis hepatorenal), tras un año de diálisis tuvo que recibir un doble trasplante, de riñón e hígado, que le ha permitido vivir con una aceptable calidad de vida.

Carmen Granados es la tía de Antonio, la misma enfermedad hereditaria que le llevó a necesitar un trasplante renal. Su situación fue diferente porque la función de su riñón se deterioró más precozmente y precisó tratamiento con diálisis en el año 2008. Su hermana Maria Dolores Granados, informaba que “podía ser donante de mi hermana y no me lo pensé”. Finalmente Carmen se trasplantó de donante de su hermana en el año 2012.

Solo en 2020 el Reina Sofía ha realizado un total de 69 trasplantes renales, de los que uno ha sido de donante vivo. Según ha explicado la doctora Soriano, “nuestra unidad inició el programa de trasplante renal de donante vivo en el año 1.985 y, desde entonces, se han realizado un total de 51 injertos en esta modalidad”.

“Es un tipo de trasplante que aporta muchas ventajas al receptor y, por ello, tenemos que seguir apostando y concienciando a la población de la escasez de donantes renales, sobre todo donantes más adecuados para pacientes jóvenes, en los que la donación de vivo es la mejor opción”, ha agregado.

Conscientes de que la enfermedad renal suele ser asintomática en los momentos iniciales y que, cuando los síntomas aparecen, suele estar muy avanzada, la Unidad de Nefrología impulsó un programa coordinado por el nefrólogo Rafael Santamaría en colaboración con los profesionales de Atención Primaria y que permitiera detectarla de forma más precoz.

El programa, circunscrito dentro del Plan de Salud Digital, ha permitido desde junio del pasado año dar respuesta a las necesidades de salud de la población a través de una comunicación continuada. Así, mediante la 'actividad de teleconsultas' (240 en la actualidad) con los profesionales de Atención Primaria se han priorizado diagnósticos, se han agilizado derivaciones urgentes y se han adelantado tratamientos.

Se han podido establecer más de un centenar de diagnósticos precoces y se ha mejorado la atención. Según Valle García, “esta herramienta es una manera de facilitar la colaboración con otros centros a través del impulso de la telemedicina y ha supuesto un gran avance en la atención al paciente especialmente en un momento como el que vivimos, de pandemia”.

Otra de las estrategias de mejora de la Unidad de Nefrología ha sido el impulso de la investigación a través de los grupos que el servicio tiene activos en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic).

Contratos de investigación

A pesar de la pandemia, durante este último año el servicio ha obtenido varios contratos de investigación, uno de ellos financiado por el Instituto de Salud Carlos III (Programa Juan Rodés) --adjudicado a una investigadora nefróloga--, y dos contratos financiados por el SAS, para dos investigadores doctores, una investigadora básica y otro investigador clínico. Además, han recibido dos contratos de investigación postdoctorales para jóvenes investigadores.

En cuanto a los proyectos de investigación financiados, destacan cuatro dependientes del Instituto de Salud Carlos III, que se centran en el estudio de los factores de riesgo y complicaciones de la Enfermedad Renal Crónica. Y también, a nivel regional la Junta de Andalucía ha financiado otro proyecto que se centra en los mecanismos implicados en la progresión de la enfermedad renal.

Para fomentar esta concienciación, el servicio de Nefrología ha organizado tres talleres centrados en la enfermedad renal dentro del proyecto de Escuela del Paciente Renal. La programación, que se desarrolla todos los miércoles, se centran en la diálisis peritoneal y persigue ofrecer a los pacientes un mayor conocimiento de esta técnica.

Los encuentros han sido organizados en colaboración con la Escuela Andaluza de Salud Pública, la Asociación de Pacientes Renales de Córdoba y los profesionales del servicio de Nefrología.

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