La poesía del corazón
Sentimiento, devoción y arte. Esos son los tres conceptos a los que inevitablemente está ligado el quejío que brota de lo más profundo. La flecha emocional, ésa capaz de reflejar el más intenso de los latidos, también es lírica. Mucho más en Andalucía, que desde tiempo atrás hace suya una expresión cultural y religiosa a través de no pocas voces. Lamentos flamencos a los que dieran forma las gentes de esta comunidad a lo largo de los años -y de los siglos- y que hoy por hoy es mucho más que una tradición popular. Una tradición que, por supuesto, no pierde su carácter espiritual. El fervor hecho canción es la saeta, que el domingo se encargó de ensalzar con brillantez la periodista Pilar Sanabria. La también destacada poetisa cordobesa escogió, como no podía ser de otra forma, el verso para recorrer la historia de este cante en una cita que además tuvo un especial significado: fue la primera mujer en pronunciar la Exaltación de la Saeta.
La parroquia de Santa María de Gracia y San Eulogio (Trinitarios) acogió la mañana del domingo el tradicional acto, que fuera recuperado tras años de ausencia el año pasado. Bajo la organización de la Federación de Peñas Cordobesas y la hermandad del Santísimo Cristo de Gracia, la cita estuvo protagonizada en esta ocasión por Pilar Sanabria. La periodista de Onda Cero escogió el verso, el cual domina al ser poetisa, para desarrollar una disertación delicada y con marcado carácter historicista. El suyo fue un discurso lleno de enseñanza acerca de la saeta. Así, realizó un relato en el que expuso “lo que se cree que son sus orígenes en Semana Santa, en época medieval con los cantos y las salmodias”. Un período en el que se entrecruzaron “las culturas hebraica e incluso árabe” con la cristiana. De ese entronque, “el pueblo andaluz creó la saeta flamenca”, detalló Sanabria a EL CIRINEO.
De esta forma, la periodista y poetisa trazó un interesante itinerario histórico de este cante en el que quiso poner de relevancia “la luminosidad de los andaluces para hacer suya cada tradición”. Pero además, Pilar Sanabria aprovechó para destacar que ésta fuera la primera ocasión en la que una mujer tomaba la palabra en la Exaltación de la Saeta, un hecho que supuso para ella “mucha responsabilidad”. Una responsabilidad que asumió con gratitud y una reflexión. “En los últimos años la mujer está cobrando muchísimo protagonismo en la Semana Santa, pero faltaba un poco también que una mujer estuviera ahí realizando la Exaltación de la Saeta”, expresó en ese sentido. La exaltadora no dejó de lado, ni mucho menos, las emociones su disertación, que dedicó a su madre, fallecida hace escasos meses.
Fue así como también brotaron los sentimientos en un discurso hecho “con el corazón” para resaltar el valor del popular y devocional cante. “La saeta es la banda sonora de la Semana Santa junto con las marchas procesionales”, indicó Sanabria, que bebió de la fuente documental pero también de la que supone en este aspecto el enclave en el que se levanta la parroquia de Santa María de Gracia y San Eulogio (Trinitarios). Por tanto, como no pudo ser de otra forma, recordó también la figura de María Zamorano La Talegona, cuya voz será eterna en el Alpargate y en Córdoba. El acto, que estuvo presentado por el profesor Juan Pérez Cubillo, contó con la intervención en el cante de Rafael Ordóñez, Anabel Castillo y Lucía Leiva. Ellos aparecieron como exponentes de un arte sin final, ése que es la poesía del corazón.
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