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Muere a los 78 años Julio Anguita, referente de la izquierda española desde la transición

Julio Anguita | MADERO CUBERO

Juan Velasco

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Julio Anguita ha fallecido. El histórico líder de la izquierda española, exalcalde de Córdoba y excoordinador federal de IU, ha muerto pasadas las 11:00 en el Hospital Reina Sofía de Córdoba este sábado, donde había ingresado hace justo una semana tras haber sufrido una parada cardiorrespiratoria en su propio domicilio.

El paciente tuvo que ser reanimado e intubado por los profesionales del 061, que lo trasladaron el hospital, donde fue atendido en la unidad de Críticos, antes de ser trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). En un primer momento se le practicó un cateterismo y ha permanecido ingresado en situación crítica, con ventilación mecánica y pendiente de evolución.

Los partes médicos no han ido mejorando. Día tras día, su estado seguía siendo crítico y sin mejoría hasta que en las últimas horas su condición se ha vuelto irreversible y finalmente ha fallecido. Su familia y amigos han comunicado la muerte del político y han agradecido las muestras de cariño recibidas durante la última semana.

El primer alcalde comunista de una capital española en la transición

Hijo de militar, Julio Anguita (Fuengirola, 1941) era un joven maestro recién licenciado atraído por la política cuando el 3 de abril de 1979 se convirtió, para su propia sorpresa y para la de muchos, en el primer alcalde comunista de Córdoba y en el primero de una capital de provincia en la España postfranquista. Lo hizo ganando las elecciones en una ciudad en la que unos meses antes se había impuesto la UCD en las elecciones generales.

Aquel día, el PCE obtuvo en Córdoba más de 32.000 votos, y un joven Anguita se convirtió en alcalde con un gobierno de concentración que, con no pocas tensiones, aguantó todo el mandato. El alcalde comunista, no obstante, se volvió a presentar y reeditó la Alcaldía con una mayoría absoluta que le granjeó el sobrenombre de El Califa Rojo, pero que no le trajo un mandato pacífico. De hecho, en 1986 dimitió y renunció a presentarse de nuevo como alcalde, para convertirse poco después en candidato de IU a la Presidencia de la Junta de Andalucía.

En febrero de 1988 fue elegido secretario general del PCE y al año siguiente se puso al frente de Izquierda Unida -en ambos casos en sustitución de Gerardo Iglesias-. Como líder de la coalición de izquierdas, obtuvo su escaño en el Congreso de los Diputados durante las elecciones de 1989 y se mantuvo al frente hasta el año 2000, consiguiendo los mejores resultados electorales de la formación en 1996, cuando obtuvo el 10% de los votos y 21 diputados.

En aquellos años se opuso firmemente a la destrucción del tejido industrial, a las sucesivas privatizaciones y desregulaciones, y al Tratado de Maastricht, así como al proyecto europeo que éste representaba. Por su postura antipopulista comenzó a ganarse una fama de político huraño que prefería la reflexión por encima de la emoción, convirtiéndose así en la antítesis de lo que representaba Felipe González para el votante de izquierdas de la época. Aquella actitud le granjeó también unos cuantos enemigos dentro de su propio partido.

En el año 2000 abandonó finalmente la política activa. Lo hizo renunciando, además, a cobrar la pensión de jubilación como exdiputado y tras haber sufrido dos infartos en apenas cinco años, entre 1993 y 1998, que le llevaron a ser operado varias veces de sus problemas cardiacos. De aquellos primeros enfrentamientos con la muerte surgió el libro Corazón Rojo: la vida después de un infarto (2005), uno de los muchos que ha publicado desde que dejó la política activa.

“Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”

En 2003 recibió un enorme mazazo cuando su hijo, el periodista Julio Anguita Parrado, fruto de su matrimonio con Antonia Parrado, murió al ser alcanzado por un misil en un ataque del ejército iraquí a un centro de comunicaciones en Bagdad. Tras recibir la noticia, su reacción fue de nuevo ejemplar. Pronunció una frase para la posteridad: “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”, al tiempo que ejerció su derecho al silencio cuando recibió una carta de pésame del presidente José María Aznar.

Con la crisis de 2008, que él profetizó de una u otra manera en numerosos escritos y entrevistas, su figura volvió a ser reivindicada por periodistas y politólogos. Algunos lo hicieron incluso desde las antípodas ideológicas. Republicano convencido -suyo es el libro Conversaciones sobre la III República, escrito por la periodista de Cordópolis Carmen Reina-, Anguita se convirtió también durante aquellos años en consejero espiritual y el espejo en el que se ha querido mirar la nueva izquierda surgida tras el 15M.

En esta última etapa, el expolítico se posicionó varias veces a favor de la coalición de IU y Podemos. Lo hizo siempre bajo una coartada intelectual, manteniendo un papel reflexivo, crítico y analítico, el mismo que impulsó desde movimientos como Frente Cívico y el Colectivo Prometeo.

Licenciado en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Barcelona, las claves de su pensamiento estaban casi siempre en el análisis histórico desde una perspectiva marxista. Buscaba siempre una solución concreta para un problema concreto y sus augurios, ya fueran económicos, sociales o políticos, se cumplían con asiduidad.

En la última entrevista que concedió a este periódico, en julio del año pasado, Anguita reconocía que su mayor temor era mirar hacia el futuro: “Yo a lo único que le temo, ya a mis años, es a cómo va a vivir mi nieta. Es un desastre que nadie se preocupe de que España va a desaparecer (…) España va a desaparecer cuando los jóvenes españoles no tengan trabajo”, decía al respecto, profetizando la muerte del turismo.

También se pronunció sobre su legado con la sinceridad que siempre le caracterizó: “He sido muy temperamental para unas cosas y muy frío para otras. Tengo las dos cosas. (…) Simplemente que viesen mi vida política y si hay algo que merece la pena seguir, pues que lo hagan. Y aquello que no merezca la pena, que no lo hagan. Ya está”.

https://cordopolis.es/2019/07/28/julio-anguita-es-un-desastre-que-nadie-se-preocupe-de-que-espana-va-a-desaparecer/

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