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Marín Hilinger desaparece al no pasar el concurso de acreedores

La iniciativa se desarrollará en el antiguo chalet de Manolete en la avenida de Cervantes | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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La constructora será liquidada después de no haber podido alcanzar un acuerdo con más de la mitad de sus acreedores, a los que debe 126 millones de euros

Marín Hilinger eligió instalar su sede en un lugar emblemático de la ciudad de Córdoba. Sus propietarios compraron el antiguo chalet de Manolete, en la avenida de Cervantes, en unos tiempos en los que la constructora se codeaba con los grandes del sector a nivel nacional. Ahora, la casa natal de Manolete, y las propiedades que aún posee Marín Hilinger, será subastada. La constructora no ha superado el concurso de acreedores y tendrá que ser liquidada. El Juzgado de lo Mercantil ordenará su venta por lotes para intentar sacar el mayor rendimiento económico posible con el que pagar a los acreedores parte de la deuda.

Fuentes judiciales han confirmado que ayer se celebró en Córdoba la junta de acreedores de Marín Hilinger. Los administradores concursales hicieron una propuesta de convenio a los acreedores, que lo votaron. Para que un concurso pueda salir adelante necesita que más del 50% de los acreedores estén de acuerdo en el convenio propuesto. Marín Hilinger no lo logró, pero por poco. El 46% de los acreedores aceptaron la propuesta de los administradores, con importantes quitas a la deuda. Finalmente, Marín Hilinger desaparecerá y será liquidada.

El concurso de Marín-Hilinger es el segundo más importante que ha tramitado el Juzgado de lo Mercantil de Córdoba, después de haber resuelto y liquidado el de otra de las grandes promotoras cordobesas: Noriega, que ha sido liquidada. En marzo de 2013, sus gestores solicitaron el concurso voluntario de acreedores al verse incapaces de pagar y refinanciar una deuda total de 126 millones de euros, según han confirmado a este periódico fuentes judiciales.

El concurso no ha sido sólo de la matriz, sino también de sus empresas filiales: Eurojisa y Promager. Además, también lo han solicitado los dos matrimonios de los dos socios de la firma: Ángel Marín y Enrique Hilinger.

Entre los acreedores de Marín Hilinger está el Ayuntamiento de Córdoba. De hecho, en el débito municipal está la construcción de la Ronda Norte junto a Mirabueno. Marín Hilinger firmó un convenio con el Ayuntamiento para ejecutar esta carretera, que serviría de acceso a los propietarios de Mirabueno. No obstante, paralizó las obras cuando habían superado el 30% de ejecución. Ahora, el Ayuntamiento al único que podrá reclamarle es al banco. Marín Hilinger firmó un aval con Cajasur de 12 millones de euros que el Consistorio intentó ejecutar. Los tribunales, finalmente, dieron la razón al banco, que argumentaba que a quien había avalado era a la empresa, y no a la junta de compensación de Mirabueno (donde Marín Hilinger tenía casi la totalidad de las acciones).

Marín-Hilinger estuvo a punto de ser comprada por Ángel de Cabo, encarcelado junto al ex presidente de la patronal española Gerardo Díaz Ferrán por comprar empresas a precios muy por debajo de mercado para liquidarlas y quedarse con todo su patrimonio. De hecho, se llegó a vender incluso que Marín-Hilinger pasaba a ser propiedad de Aszendia, la firma de De Cabo. Sin embargo, el acuerdo se rompió unos cinco meses después de venderse como hecho.

La firma fue fundada en el año 1979 por Ángel Marín y Enrique Hilinger, y ya entonces comenzó a dedicarse a la promoción y construcción inmobiliaria. La empresa desarrolló su negocio en Córdoba y en toda la Costa del Sol. A principios de 2000 dio también el salto a las provincias de Sevilla y Cádiz, aunque nunca perdió su referencia cordobesa, donde se empleó a fondo en la construcción de la urbanización de Mirabueno.

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