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El escándalo en Infraestructuras amenaza la estabilidad del equipo de gobierno

David Dorado e Isabel Albás, antes del Pleno del pasado jueves

Carmen Reina / Alfonso Alba

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Este lunes, en los despachos y pasillos de Capitulares, en el Ayuntamiento de Córdoba, funcionarios, políticos y asesores se reunían en pequeños corros para escuchar las declaraciones del concejal delegado de Infraestructuras, David Dorado, durante el fin de semana, en el que hablaba de un fallo en cadena en el Consistorio o decía, en declaraciones a Radio Córdoba, que había sido él quien estaba destapando la corrupción municipal. El escándalo que sacude a su competencia desde el pasado jueves ha abierto, además, una crisis dentro del gobierno municipal, que ve amenazada su estabilidad con la unánime petición del cese de Dorado por parte de toda la oposición.

El escrito que la Fiscalía de Córdoba ha enviado a un juzgado para que se investiguen presuntos delitos de prevaricación y falsedad documental en contratos de 2020 del área de Infraestructuras del Ayuntamiento, comienza apuntando que fue el propio delegado de Infraestructuras, David Dorado (Cs), quien pidió expresamente que el técnico del área sobre el que recaen los indicios de estos delitos fuera quien se ocupara de los contratos investigados. Fue Dorado quien el 29 de septiembre de 2020 solicitó poner al técnico en cuestión “como responsable de una serie de contratos (...) A partir de ese momento, se ocupará de los contratos de proyectos de inversión de alumbrado público del cuarto trimestre de 2020”, consta en las diligencias de Fiscalía, consultadas por este periódico.

Los 18 folios de la Fiscalía que siguen a este hecho inicial ponen de manifiesto supuestos delitos de prevaricación, troceo de contratos para evitar un mayor control, documentos falsos confeccionados con datos que no corresponden a la realidad y vinculaciones familiares con las empresas adjudicatarias, apuntando al técnico en cuestión y la coordinadora general de Infraestructuras. Por eso, que fuera el propio delegado de Infraestructuras quien solicitase poner al frente de los contratos al técnico cuestionado y, al fin y al cabo sea responsable político de su área de gobierno, ha puesto en la picota en estos días a David Dorado, con peticiones de dimisión desde distintos flancos y que apuntan directamente a la estabilidad del gobierno municipal de PP y Cs, que está en minoría al frente del Ayuntamiento.

Desde que el pasado miércoles 17 de noviembre llegara al Ayuntamiento el escrito de la Fiscalía y se hiciera público al día siguiente, los socios de gobierno, PP y Ciudadanos, no han tomado ninguna determinación oficial sobre las personas a las que apunta la Fiscalía en su investigación. “Estamos estudiando el escrito para ver qué medidas tomamos”, decía aún este lunes la portavoz de Cs, Isabel Albás, que hablaba de que ambos cargos señalados por el fiscal están actualmente “al margen”, sin que conste que hayan sido apartados oficialmente de sus puestos.

Peticiones de dimisión

Mientras, desde los grupos de la oposición como PSOE, IU y Podemos han pedido en estos días reiteradamente la dimisión de David Dorado o bien que sea el alcalde, José María Bellido, quien le cese en su cargo. Desde Vox, grupo en el que PP y Cs se han apoyado para gobernar en este mandato, se ha solicitado igualmente que el alcalde apartase de sus competencias a Dorado, hasta que se aclare lo ocurrido.

De momento, David Dorado no ha mostrado intención alguna de dejar su cargo, según ha dicho en declaraciones a distintos medios de comunicación en los últimos días. Desde el PP, antes de mover ficha, esperan que sea el grupo de Ciudadanos quien ofrezca una determinación ante estos hechos, según han mostrado públicamente. Y desde Cs, hasta el momento solo señalan que están estudiando qué medidas tomar, de manera general.

El cese de Dorado, de producirse, volvería a poner en peligro la estabilidad del gobierno municipal, en minoría en el Salón de Plenos. Sería la sexta dimisión en Capitulares en lo que va de mandato, la cuarta dentro del gobierno municipal, tras la salida por diversas razones de Juan Miguel Moreno Calderón (PP), Laura Ruiz (PP) y Eva Timoteo (Cs).

De hecho, según ha podido saber este periódico, la marcha de Dorado no sería pacífica y en un hipotético cese el político no dejaría su acta de concejal, sino que podría pasar al grupo mixto. El propio Dorado insiste en que no está ni investigado ni procesado por esta causa. La portavoz de su grupo municipal, Isabel Albás, dejó caer este lunes que “se estudiará” si se toman o no responsabilidades políticas.

Un concejal del equipo de gobierno en el grupo mixto complicaría la gobernabilidad municipal. El PP y Ciudadanos suman ahora mismo 14 de 29 concejales en el Pleno del Ayuntamiento. El cogobierno necesita del apoyo de Vox para sacar adelante las ordenanzas fiscales y los presupuestos. Y la marcha de Dorado al grupo mixto dejaría al cogobierno con 13 votos de 29. Los dos de Vox seguirían siendo necesarios para alcanzar la mayoría absoluta de 15, pero su apoyo sería más caro que hasta ahora. Una abstención, por ejemplo, haría imposible que el cogobierno sacara adelante sus asuntos más importantes.

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