El comedor de Trinitarios alerta del repunte de usuarios durante el verano y de la escasez de sus reservas
Hace ocho años que la Fundación Prolibertas decidió abrir en agosto el comedor social de Trinitarios en Córdoba. Hasta 2015, la asociación estimaba que el cierre durante este mes estival era lo adecuado para ofrecer un descanso tanto a voluntarios como a trabajadores tras un año intenso de trabajo. Este año, agosto se ha convertido en un mes muy fuerte de asistencia, con cifras similares a las que se produjeron en la pandemia. Esto ha provocado que las reservas del comedor hayan menguado hasta encontrarse en un estado “lamentable”, reconoce el delegado de la Fundación en Córdoba, Eduardo García.
Según los datos ofrecidos a Cordópolis, el comedor social está atendiendo en verano a una media de 140 personas diarias, a quienes se les facilita tanto comida como cena. Esta elevada demanda provoca que las reservas vayan reduciéndose considerablemente, ya que, además, las donaciones en especie también han descendido.
Los alimentos que necesitan una reposición urgente son leche, atún y embutidos para preparar los packs de cenas. Las reservas de esta conserva ya están agotadas y la leche es un bien de primera necesidad para las familias que atiende la Fundación. No obstante, en este comedor social, todos los alimentos son bienvenidos, así como las donaciones económicas al número de cuenta ES2502370210309161818847.
García recuerda que desde que irrumpió la pandemia por el coronavirus en marzo de 2020, el comedor empezó a registrar cifras muy altas que no han bajado. Fluctúan según las temporadas pero lo cierto es que, “actualmente, estamos como en época de pandemia”. El Banco de Alimentos Medina Azahara es uno de los principales abastecedores de comida de este comedor, por lo que García agradece el continuo llamamiento de ayuda y colaboración que realiza esta institución a la sociedad.
Además de este incremento de comidas y cenas, García señala que el centro de día ha registrado otro “repunte importante con respecto al año pasado”, ya que, actualmente, unas 50 personas acuden diariamente a este centro cuando en 2022, por esta fecha, lo hacían entre 15 o 20. La falta de vivienda y las altas temperaturas están detrás de la causa de este aumento, aunque García matiza que “el año pasado también hizo días de mucho calor y no llegamos a estas cifras”, por lo que el número de personas con necesidades habitacionales ha aumentado en Córdoba.
Entre los usuarios de esta Fundación hay mucha diversidad. “Muchas son usuarias habituales, otras han regresado, algunas vienen de paso y otras tantas están buscando empleo”, enumera el delegado, que constata que hay usuarios que han vuelto a pedir ayuda a Prolibertas después de un año sin necesitar de su asistencia. Las hay también que, a pesar de cobrar el Ingreso Mínimo Vital, destinan buena parte de este dinero a pagar el alquiler de la vivienda y los suministros, por lo que les resulta muy difícil poder hacer la compra.
La necesidad que la Fundación ha constatado entre sus usuarios le ha llevado a alargar algunos días el horario del centro de día, así como a aumentar el servicio de ducha durante este mes de agosto, pasando de dos a tres días. Además, y gracias a un convenio con el Ayuntamiento de Córdoba, un total de nueve usuarios acude dos días a la semana a la piscina de La Fuensanta para sobrellevar el verano.
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