La Fiscalía pide seis años para el cura de Villanueva acusado de abusos a una niña
La Fiscalía Provincial de Córdoba pide una pena de seis años de cárcel contra I. M. V, un sacerdote que sigue en activo como responsable de la parroquia de Espiel pero que fue denunciado por abusar sexualmente de una niña de diez años en Villanueva del Duque, donde era párroco. I. M. V., con antecedentes penales, será juzgado el próximo 11 de mayo por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba.
Según consta en la calificación de la Fiscalía Provincial, a la que ha tenido acceso este periódico, el acusado habría abusado, supuestamente, de una niña de diez años que ejercía las labores de “monaguillo” en su parroquia de Villanueva del Duque. I. M. V. llegó a ser detenido por la Guardia Civil tras la denuncia presentada por la familia de la niña. La titular del Juzgado de Pozoblanco, que dictó una orden de alejamiento aunque lo puso en libertad, dio veracidad a unos hechos que ahora son ratificados por la Fiscalía. El Obispado mantiene en activo a este sacerdote, aunque lo ha trasladado a Espiel, donde es responsable de su parroquia.
La calificación de la Fiscalía señala la “buena relación” entre el cura y la familia de la niña supuestamente abusada. Así, señalan que el sacerdote llegó a comer en casa de la familia en varias ocasiones y a “pasar cierto tiempo en su compañía y la de las hijas menores de la familia”. Así, “debido a esa buena relación, aproximadamente desde el mes de enero de 2015 una de las hijas de la familia y de diez años de edad comenzó a ayudar en las labores propias del acusado como monaguillo”, relata la Fiscalía.
De esta manera, “en el marco de dicha relación en ocasiones la menor se quedaba a solas con el acusado en la sacristía” y que incluso “llegó a acompañarlo” en su coche. “En fecha no concretada, alrededor del mes de enero de 2015 y hasta el 24 de abril de ese año, aprovechando la relación de superioridad que tenía sobre la menor, no solo por la edad sino por la estrecha relación que tenía con sus padres” fue cuando se produjeron, relata la Fiscalía, “diversas situaciones en las que el acusado le realizaba tocamientos, con intención de satisfacer sus deseos sexuales”.
En su calificación, el Ministerio Fiscal, señala cómo en una ocasión cuando el sacerdote y la menor estaban a solas en la sacristía “éste le dijo 'ponte de rodillas' comenzando a realizarle órganos genitales por dentro y por fuera de la ropa”, relata. En otra ocasión, los hechos juzgados supuestamente ocurrieron en el vehículo del sacerdote, donde el procesado le habría cogido a la menor “y poniéndola en sus genitales le hizo que se los frotara”. Ese día, supuestamente, los hechos se repitieron “al llegar a la sacristía de la parroquia” cuando el sacerdote puso a la menor “sobre sus rodillas y le hizo tocamientos en los genitales por dentro y fuera de la ropa”.
Finalmente, el 24 de abril se habrían repetido los abusos sexuales dentro de la sacristía, según señala el Ministerio Público. Ese día, cuando estaban a solas, el cura la habría sentado “de nuevo en sus rodillas”, le “agarró la mano y metiéndosela por dentro de sus pantalones le hizo que le frotase el pene al tiempo que él le metía la mano por dentro de la ropa y tocaba los genitales a la menor”, señala la acusación de la Fiscalía.
El Ministerio Fiscal sostiene que los hechos “son constitutivos de un delito continuado de abusos sexuales”, por lo que solicita que se le imponga la pena de seis años de cárcel, además de otros diez años más de prohibición de aproximarse y comunicarse con la niña y con sus familiares (padres y hermanas).
I. M. V. se incorporó como párroco a la iglesia de San Sebastián de Espiel, según informó el pasado 17 de agosto de 2015 la Diócesis de Córdoba. Cuando se conoció la noticia de la detención del párroco, el propio Obispado tomó la decisión de apartarlo de la iglesia de Villanueva del Duque.
El presbítero se despidió el pasado mes de julio de 2015 de sus fieles en Villanueva del Duque con una misa de acción de gracias, oficiada en los últimos días del mes pasado. Poco después, también acudió a dar el relevo al frente de la parroquia a su sustituto, nombrado también por la Diócesis de Córdoba.
El sacerdote ya estuvo en la cárcel condenado por atentado. En concreto, fue arrestado por la Policía Nacional en una operación contra el grupo ultraderechista “Milicia Catalana” que en 1989 atentó sin éxito contra el gobernador civil de Barcelona al que remitieron un paquete bomba que, finalmente, fue desactivado por los Tedax. El sacerdote, que por aquel entonces tenía 21 años, participó en el envío del paquete, de un peso aproximado de 1 o 1,5 kilos, que contenía de 200 a 400 gramos de cloratita y provisto de un mecanismo detonador eléctrico, que se activaría a la apertura del paquete contra la Delegación de Gobierno en Cataluña, según consta en la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona y ratificada por el Tribunal Supremo, a la que ha tenido acceso este periódico.
Después de su detención, el Obispado de Córdoba emitió una nota de prensa muy contundente en la que mostraba su “tolerancia cero” con los delitos de abusos sexuales. “La Iglesia tiene mucho interés en defender, proteger y salvaguardar todos los derechos de los menores y establece el criterio de tolerancia cero para los casos de abusos”, aseguró entonces la Diócesis de Córdoba en un comunicado. “Desde el momento en que las autoridades nos han notificado la detención de este sacerdote, el Obispado ha manifestado a los órganos competentes su voluntad de leal colaboración para que resplandezca la verdad de los hechos”, agregaron. “Rechazamos toda conducta delictiva en éste y en todos los campos, y estamos de parte de las víctimas”, aseguraron.
0