Emacsa cumple medio siglo de vida
El 23 de enero de 1969 el Ayuntamiento de Córdoba convocaba sesión extraordinaria de su Pleno para tratar un único punto del orden del día: la propuesta relacionada con la transformación orgánica del Servicio Municipal de Aguas Potables.
La Comisión designada por el Servicio Municipal de Aguas Potables, responsable desde 1938 de la gestión del agua en la ciudad, expuso el estudio realizado sobre la necesidad de transformar el régimen de dicho servicio, llegando a la conclusión de que la modalidad a adoptar debía ser la de “Empresa Privada Municipal”.
Se buscaba así “la mayor agilidad que permite esta modalidad para la resolución de cuantos problemas de todo orden, incluso los de carácter financiero” pudieran darse en el desarrollo de sus funciones, tal y como recoge el acta de dicha sesión.
Aquel Pleno, presidido por el alcalde Antonio Guzmán Reina, se cerró con la aprobación por unanimidad de la propuesta. Era el comienzo de una nueva empresa que, bajo la forma jurídica de Sociedad Anónima, pasó a denominarse Empresa Municipal de Aguas de Córdoba, S.A.
El objeto social se fijó en estos términos: “el suministro de agua potable a la ciudad de Córdoba, para lo cual cuenta con los manantiales de agua propiedad del Ayuntamiento de Córdoba, las concesiones de aprovechamiento de agua que el Estado tiene otorgadas al Municipio, las instalaciones de tratamiento de agua y la red de distribución que posee el Ayuntamiento, así como todas aquellas concesiones que en lo sucesivo adquiera o puedan otorgársele”.
La primera sede social estuvo localizada en el edificio que ocupaba el Servicio Municipal de Aguas Potables, en la antigua Calle Cronista Rey Díaz, 2 (actualmente Librero Rogelio Luque).
Comenzaba así su andadura la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba, EMACSA, una entidad que en sus 50 años de vida ha conseguido situarse a la vanguardia en el sector, siendo asimismo una de las empresas municipales mejor valoradas por las personas usuarias, que le dan una puntuación de un 9,7 sobre 10 en el nivel de satisfacción.
EMACSA ha llevado a cabo importantes mejoras en infraestructuras y funcionamiento, siendo uno de sus hitos la creación y puesta en funcionamiento de la EDAR La Golondrina, inaugurada en 1991, ya que de esta forma se asumía el ciclo integral del agua; esto es, además del suministro de agua potable y el saneamiento, la depuración de estas aguas residuales, con lo que ello supone para la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.
Renovación de redes
En cuanto a redes, el desarrollo también ha sido notorio, sobre todo en los últimos años, en los que se ha apostado de forma contundente por la renovación de las instalaciones. Sin ir más lejos, en 2018 EMACSA ha renovado más de 28 kms de redes de abastecimiento y saneamiento, que en algunos casos son anteriores a la constitución de la propia EMACSA. En este sentido, el panorama actual nos devuelve cifras muy positivas en cuanto al número de averías, que en los últimos años ha disminuido de una cada dos días a una cada cinco días.
Si nos remontamos al principio, encontramos datos que hablan claramente de evolución. En 1969 la longitud de red de abastecimiento era de 374,496 kms, actualmente está en 1.250,275 kms. Por su parte, la red de alcantarillado era de 322,548 kms en 1982 -año en el que EMACSA asumió las competencias de saneamiento-, siendo hoy de 869,723 kms.
Protección social
Sin perder de vista que estamos ante un elemento vital, EMACSA ha intensificado en los últimos años la cobertura y compromiso con la ciudadanía cordobesa, para que nadie se quede sin agua por motivos económicos o sociales. En este sentido, la alcaldesa y presidenta de la entidad, Isabel Ambrosio, destaca el compromiso de esta empresa con la calidad y con la protección social. “Hablamos de agua,
hablamos de vida, por lo tanto vamos a seguir trabajando para que no haya diferencias en el acceso a un recurso vital“, ha destacado.
En este apartado, hay que señalar el nuevo escenario y la nueva oportunidad que ha supuesto la reforma de la LOUA de 2018 para los vecinos y vecinas de las parcelaciones, y que ha contado con el impulso decidido de la presidenta de EMACSA. Se trata de una situación con la que la empresa de aguas ha convivido durante largo tiempo y que requiere de la implicación de todas las administraciones y de los particulares interesados en obtener suministro.
En esta misma línea de protección social, se encuentra la bajada de tarifas de los dos últimos años, así como el Mínimo Vital, una fórmula puesta en marcha en 2017 con el objeto de garantizar el suministro a personas y familias en riesgo de exclusión social. Hasta el momento, se han concedido 1.050 ayudas que han beneficiado a 3.344 personas.
Con todo, cabe destacar que estamos ante una empresa que ha evolucionado, ampliando calidad y cobertura social. Demostrando compromiso con el cuidado del medio ambiente y apostando por la sostenibilidad del planeta.
Estamos ante 50 años de vida y de compromiso con la ciudadanía que serán conmemorados con un programa de actividades que revertirán en la propia ciudadanía y que incluye exposiciones, concursos, rutas guiadas, conferencias, etc.
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