Así votó Córdoba: 2003
Hace casi 20 años, Córdoba como el resto de España tuvo otra cita con las urnas. Fue para conformar el ayuntamiento de cada uno de sus municipios, en un derecho que ya estaba plenamente consolidado después de casi cuatro décadas de dictadura. Por suerte, los tiempos oscuros habían quedado muy atrás. Adelante es hacia donde se miraba en cada campaña electoral, o lo que debería suceder -hoy día ocurre menos que nunca, es la deriva de la política nacional; y afecta al ámbito local-. El caso es que el 25 de mayo de 2003 se celebraron las séptimas elecciones municipales del actual período democrático, que en la capital depararon otro cambio significativo.
No fue en cuanto a la Alcaldía sino relacionado con la formación que logró el triunfo. Porque después de dos comicios en los que se impuso el Partido Popular (PP), volvió a ser la fuerza más votada la que hasta 1995 lo había sido tradicionalmente. Esto fue Izquierda Unida (IU, con Los Verdes y Coalición por Andalucía -IU-LV-CA-), al igual que su partido predecesor, el Partido Comunista de España (PCE). Con Rosa Aguilar con el bastón de mando durante los cuatro años anteriores, los comunistas pusieron punto final a una tendencia negativa y retomaron su papel protagónico en la ciudad. Y el perjuicio fue para su socio de gobierno en la última legislatura, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Rosa Aguilar, reelegida tras relanzar a IU
Dos apuntes curiosos hubo en esta cita electoral. El primero lo dejaron los candidatos de los principales partidos. No porque hicieran nada fuera de lo común sino porque, simplemente, eran los cabezas de lista. ¿Qué significa esto? Es sencillo de explicar y más de entender. Dos de los alcaldables lo eran por tercera vez consecutiva, lo que no suele ser habitual cuando no se tiene el poder. La otra también repetía, por segundos comicios en su caso, y era lógico pues tenía en sus manos el bastón de mando. En definitiva, Rosa Aguilar lideró a IU-LV-CA; Rafael Merino, al PP, y José Mellado, al PSOE. Es decir, todos se conocían a la perfección y eran perfectamente reconocibles por la ciudadanía.
El segundo de los apuntes fue el segundo descenso seguido en la participación de los cordobeses. Es verdad que las disminuciones fueron mínimas hasta ese momento, pero se produjeron. En ocho años se pasó de un 62,91% de votantes que acudieron a las urnas a un 61,57%. Sin embargo, como se vio en anteriores ocasiones, una mayor abstención no fue en contra de la izquierda. La idea establecida en este sentido volvió a quedar invalidada en la capital. No en vano, Izquierda Unida obtuvo en 2003 el mejor de sus resultados de toda la serie histórica, incluso llegada la fecha actual, desde que concurre bajo esas siglas. Como PCE, el dato de 1983 con Julio Anguita es imbatible. Lo cierto es que Rosa Aguilar consiguió el respaldo de un 42,74% de electores.
Con ese guarismo, IU-LV-CA se colocó de nuevo como primera fuerza y se situó con los 13 concejales con que contó entre 1991 y 1995 de la mano de Herminio Trigo. En teoría, la continuidad de la alcaldesa era un hecho. El PP, por su parte, se vio otra vez por debajo de la coalición, pero no por mucho. Los populares recibieron el apoyo de un 40,39% de los cordobeses y apenas perdió dos ediles para encontrarse con 12. Todo pasó factura al PSOE, que sufrió un descalabro que le devolvió a su peor dato, el de 1983. Esto fue quedar con sólo cuatro representantes en el consistorio, lo que ocurrió al verse limitado a un 13,14% del escrutinio. Tal hecho provocó que José Mellado, que había sido la mano derecha de Aguilar desde 1999, dimitiera y dejara su acta a los pocos días de establecerse el Ayuntamiento.
En cambio, el PSOE siempre gana en la provincia
Resulta curioso, cuando menos, el hecho de que el PSOE jamás haya conseguido hasta 2003 el triunfo en la capital. Y mientras en la provincia nunca le fue discutido. En 1983 se hizo con un liderazgo que, pese a tener altibajos, siempre mantuvo. No fue menos en 2003, 20 años después, cuando los socialistas siguieron con una clarísima hegemonía en número de concejales en el cómputo global. En este caso después de perder algún punto en el escrutinio. La formación reunió un 32,51% de los votos en términos totales. Pero como mandan las circunscripciones, los municipios en este sentido, la cifra de ediles repartidos por toda la geografía cordobesa apenas varió. Si en 1999 acumuló 418, en esta ocasión se hizo con 416. A todo esto, el guarismo general de representantes públicos bajó de los 900: fueron 893.
El rol de segunda fuerza más votada se lo disputaron el PP e IU-LV-CA. Y la distancia entre ambas formaciones fue muy ajustada. Los populares encontraron el apoyo de un 26,90% de los electores, y la coalición de izquierdas, de un 26,68%. Sin embargo, la traducción en concejales fue diferente, ya que los primeros sumaron 182 y su rival político, 170. Como dato de interés, el Partido Andalucista (PA) mantuvo su elevada presencia en ámbito provincial e incluso fue a más. Con un 8,06% del escrutinio, los regionalistas consiguieron hasta 76 ediles. Los 49 restantes fueron a parar a partidos de muy diversas siglas, la mayoría de índole independiente.
Fijada la vista en la Diputación Provincial, las elecciones municipales de 2003 tuvieron lugar después de un final de legislatura convulso. No en vano, el PSOE forzó la salida del presidente de la institución, Matías González, por la supuesta contratación irregular de su ex pareja. En 2002 abandonó su cargo y le suplió Francisco Pulido, que fue la persona que rigió el organismo con sede en el Palacio de la Merced tras los nuevos comicios. Los socialistas ganaron un escaño para situarse con 13, mientras que IU-LV-CA arrebató el segundo lugar en representación al PP al aumentar su cifra a ocho. Los populares, mientras, cayeron de nueve a seis diputados.
0