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Denuncia que perdió a su perro, sin chip, y que una protectora de animales le ha buscado otra familia

El perro Tesoro

Alejandra Luque

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Rebeca Martins, una joven de Montilla, ha denunciado a la protectora del pueblo, Dejando huella, después de que la asociación acogiera en sus instalaciones a su perro, que no tenía chip. La asociación afirma que una vecina vio cómo la familia lo abandonaba mientras que la chica lo niega y asegura que se le escapó durante una mudanza. El perro, que se llama Tesoro, ya tiene un nuevo chip, asociado a la familia adoptante, y desde la protectora aseguran que el proceso de adopción no se puede parar a no ser que los futuros dueños renuncien.

Según la denuncia que la joven ha interpuesto ante la Guardia Civil de Montilla, a la que ha tenido acceso este periódico, ella, su pareja y su hija se mudaron de la casa en la que vivían en Monte Alto (La Carlota) ya que no podían hacer frente al alquiler. Decidieron, entonces, vivir en Montilla, pero fue el pasado mes de noviembre cuando regresaron a La Carlota. Durante la mudanza, la joven afirma que el perro se escapó. “Es muy pequeño y delgado y cabe por todos los sitios”, explica a CORDÓPOLIS. La protectora, sin embargo, asegura que fue una vecina quien dio parte a la protectora diciendo que “habían dejado el perro allÍ”.

Tras la pérdida, denuncia la chica en su escrito, estuvo llamando a protectoras de animales. En conversaciones con este periódico, afirma que “desde el minuto 1” llamó a la protectora de Montilla donde le aseguraron “que el perro no estaba allí”. Entonces, dejó de buscar allí y acudió a otras asociaciones, incluso, a Sadeco. Además, cuenta, todos los días publicaba un post a través de un grupo de Facebook de animales perdidos en Montilla para saber si “alguien sabía algo”. El día 31 de enero recibió un mensaje de una vecina a través de Whatsapp confirmándole que el can sí se encontraba en las instalaciones de la asociación. La joven decidió llamar de nuevo a la protectora, donde le confirmaron que “está reservado para adopción” ya que no tenía chip.

En la denuncia, la joven ha aportado fotografías e imágenes que demostrarían que el perro sí tiene una familia, aunque no chip, hecho del que se arrepiente ya que, además, supone una infracción administrativa. “Sé que me equivoqué no poniéndole el chip pero no podíamos pagarlo”, explica Rebeca, que afirma que recogió al perro “del cubo de una basura con tan sólo una semana”. “Ahora sí tengo recursos económicos y le puedo poner el chip”.

Por su parte, la protectora asegura que tras constatar que el perro no tenía chip, la Policía Local lo derivó a la asociación. “Esperamos unos días para ver si el dueño aparecía. Como no ocurrió, lo pusimos en adopción”, cuentan desde la asociación, que reconocen que “una chica nos escribió el pasado viernes diciendo que su perro se había perdido”. “Nos mandó unas fotos y le dijimos que estaba en la protectora desde noviembre y que estaba en proceso de adopción. El perro no tenía chip y, por tanto, tampoco dueño”, concluyen desde la asociación.

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