Benamejí: cuna de los bandoleros de toda España y de un movimiento salpicado por los tópicos
En plena subbética, un pueblo de la provincia de Córdoba nos retrotrae a todo un movimiento que comenzó en el siglo XIX. Nos referimos sin duda al bandolerismo, una actividad que se extendió también a las provincias de Sevilla y Málaga. Sobre el bandolerismo de Benamejí se ha hablado, cantado, escrito y filmado mucho. Por ello, este pueblo es la referencia de todo un fenómeno social que ha quedado materializado en el centro temático La Duquesa de Benamejí.
Esta localidad es tierra legendaria de bandoleros, cruce de caminos, cuna y tierra cercana a otras cunas de bandoleros. El museo busca romper los tópicos y estereotipos que a lo largo de las décadas se han construido alrededor de la figura del bandolero. El historiador José Antonio Rodríguez Martín deja constancia de ello en su volumen El Tempranillo, dedicado a abordar este movimiento social y la figura de José María El Tempranillo, el bandolero más famoso y popular de toda España que recibió este apodo por la edad tan temprana con la que comenzó su actividad: a los 15 años.
En su libro, Rodríguez asegura que el bandolerismo ha adolecido de “la carencia de estudios rigurosos y la abundancia de textos que se han dejado llevar por fantasías románticas”. Además, denuncia, cómo un movimiento de tal importancia que comenzó en la Hispania de la época republicana “se le ha considerado un tema menor o un componente más del tópico folclórico que componen el torero y la maja”.
Para saldar esta deuda histórica, fue a finales de los 90 cuando la Fundación para el desarrollo de los pueblos de la Ruta del Tempranillo puso en marcha el proyecto Ruta del Tempranillo como un instrumento, además, para favorecer el desarrollo de los municipios que fueron clave en la vida de El Tempranillo: Jauja-Lucena, Badolatosa, Corcoya y Alameda. El profuso trabajo científico-histórico estuvo unido a la construcción de seis centros temáticos -Benamejí, Jauja, Alameda, Casariche y Badolatosa- que componen la ruta y que permiten un acercamiento certero a este cordobés y al bandolerismo, cuyo origen se encuentra en los grandes latifundios y las pésimas condiciones de vida de la mayor parte de la población. Sus escasas posibilidades de sobrevivir debido, principalmente, a la falta de comida llevó a muchos de sus habitantes a convertirse en bandoleros y a robar para luego compartir lo hurtado entre su familia.
Aunque El Tempranillo no fue el único: El Chato, Antonio Arjona el padrino de Benamejí o Luis Borrego son sólo una mínima parte de los bandoleros que fruto de la realidad crearon el mito. Eso sí: aunque muy pocas, el bandolerismo también tuvo presencia femenina, como Dolores Ortiz, Joaquina Pérez o Ángeles Sánchez y Aguilar.
El museo de Benamejí muestra cómo el bandolerismo influyó en todas las artes. La fotografía fue usada para difundir las imágenes de estos bandoleros y conseguir detenerlos. La música, la pintura, la literatura también han tuvieron el influjo de este movimiento. Destacable sin duda la impronta del bandolerismo en el teatro. Muchas han sido las historias que han inspirado a autores como Calderón o Lorca, aunque es la obra de los hermanos Machado, La Duquesa de Benamejí, la que ocupa toda una planta de este museo.
Esta es la obra cumbre del subgénero literario del bandolerismo. Aunque se inspira en personas, hechos y lugares reales, es una fantasía fruto del interés por el fenómeno del bandolerismo y su mitificación en la Andalucía del siglo XIX. El salto cualitativo llegaría en octubre de 1949, cuando el cine Rialto de Madrid acogió este mismo texto teatral aunque convertido en película. Con Amparo Rivelles en el doble papel de Duquesa y de gitana, tanto la actriz como la cinta obtuvieron un notable éxito entre la crítica. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, fruto de los tópicos extendidos, la ópera y la zarzuela -géneros considerados de música culta-, también encontraron fuente de inspiración en la figura del bandolero, con Carmen como mayor exponente de éxito y popularidad.
El bandolerismo y la obra de los hermanos Machado calaron, además, en la cultura popular. Cada mes de agosto, todo el pueblo se entrega a la representación de La Duquesa de Benamejí tal y como ocurre en Fuenteobejuna con la obra de Lope de Vega. En el próximo mes visitaremos Jauja, una localidad muy singular y destacada por ser el lugar de nacimiento de El Tempranillo.
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