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Ayudas a autónomos: cinco emprendedores ante su primera “bombona de oxígeno”

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

Juan Velasco

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“¿Que la ayuda económica es corta? ¿Que no es la apropiada? ¿Que no cubre todos los gastos? Pues obviamente no. No te los cubre. Es una bombona de oxígeno que te da un empujón más”. La que habla es Isabel, una autónoma de La Carlota. Isabel tiene un restaurante que trabaja junto a su marido, que también es autónomo colaborador. Dos cuotas. Dos ayudas. Doble sorpresa.

Los dos han cobrado los 661 euros que ha ingresado el Gobierno a algunos de los trabajadores autónomos que han visto sus negocios cerrados o amenazados por el coronavirus. Y es la primera vez que a esta pareja de autónomos les llega algún tipo de ayuda desde que en 2011 se dieron de alta para montar su negocio.

Su suerte: que lo trabajaban ellos y no tenían trabajadores a su cargo. Eso ha hecho que pudieran acogerse a la línea gubernamental, que solo permite el acceso a los autónomos obligados a cerrar por el estado de alarma o con una caída de ingresos del 75%. Sea como sea, bienvenida la ayuda, parece decir esta emprendedora, que va a dedicar la cantidad íntegra a pagar facturas y “a subsistir”.

Su caso no difiere mucho del de Pedro, un joven cordobés que trabaja como autónomo en Madrid, en el sector audiovisual. El inicio de la pandemia supuso la cancelación de las grabaciones previstas del programa de televisión en el que trabajaba como operador de grúa. En marzo, por tanto, sus ingresos fueron de 0 euros. Aún así pagó la cuota, para la cual tiene un descuento de la Comunidad de Madrid destinado a autónomos en sus dos primeros años de actividad.

“Sinceramente, me enteré de que me habían cobrado la cuota porque escuchaba a la gente quejarse”, explica Pedro, a quien el ingreso le llegó el viernes pasado. Lo celebró comunicándoselo a sus amigos en su grupo de Whatsapp. “A mí, 661 euros me parecen muy buena ayuda y yo doy las gracias. Por suerte, cuento con un dinero que había ido ahorrando por esto que te decían tus padres de que ”siempre podía ocurrir algo“. Bueno, pues ha ocurrido. Y esta ayuda me va a permitir pagar muchas cosas, entre ellas el alquiler de un piso en Madrid”, remarca.

Laura también lleva poco como autónoma. No llega a dos años. En Córdoba. Su cuota ya ronda los 200 euros mensuales. Trabaja en el sector de la joyería y cerró la tienda el 13 de marzo. Fue su prima, que es asesora, la que le dijo que ella podía acogerse al plan de ayudas, pues sus ingresos habían caído más de un 75% con el cierre del negocio.

Madre de dos hijos, con un marido que también trabaja en el sector, Laura agradece poder mantener algo de venta por internet, que evidentemente también ha caído muchísimo. El viernes recibió el ingreso, que considera “una ayuda que compensa un poco las pérdidas de tener cerrada la tienda”. “No es que llegue ni muchísimo menos a cubrir, pero algo ayuda”, explica al respecto.

A pagar “préstamos, cuotas, seguros e hipotecas”

José Antonio, empresario del sector de los eventos y el sonido pagaba una cuota más alta. Así que su ayuda, la primera que obtiene desde que se dio de alta en 2005, ha sido de 859 euros, que van a ir destinados a pagar “préstamos, cuotas, seguros e hipotecas”. Su temporada alta empezaba ahora, en primavera, cuando comienzan los eventos en Córdoba: bodas, bautizos, comuniones, patios, feria, cruces... Tenía previsto contratar a tres personas, como todos los años.

Así que siente algo de alivio al pensar que el coronavirus llegó un mes antes de que arrancara la temporada, y que ello no haya supuesto tres despidos. El futuro sigue siendo un mar de dudas: “No sé lo que va a pasar dentro de seis meses, porque es posible que no haya espectáculos hasta enero”, lamenta, confiando en que el Gobierno cumpla y devuelva las cuotas cobradas de marzo y abril.

Lo dice igual que el resto, despistado. La mayoría de los autónomos con los que se habla y que están inactivos ya no saben ni qué día cobraron, porque las horas se han dilatado y desconocen en qué día estamos, conscientes de que el confinamiento y la inactividad pesa por igual en los bolsillos y en las cabezas.

Gúmer, sin embargo, sigue saliendo a la calle y al almacén, pues su actividad, dentro del sector de la alimentación, se lo permite. Más de treinta años lleva como autónomo dedicado al reparto de embutidos e ibéricos, en su mayoría para el sector de la hostelería, uno de los más castigados por este parón. Cuando uno se imagina al autónomo español de toda la vida, se parece mucho a Gúmer, que lleva tres décadas trabajando en modo hormiguita, sin haber recibido nunca una ayuda o una prestación por desempleo hasta que aparecieron 661 euros en su cuenta el pasado viernes.

Sin embargo, reconoce que está en una situación muy delicada: “Este ingreso para mí significa muy poco. Algo te ayuda, es evidente. Pero mi problema no lo soluciona. Mi problema es que tengo un dinero en la calle muy grande del cual no cojo ni una perra”, explica Gúmer, que se ha quedado atrapado entre las demandas de sus proveedores y la falta de liquidez de sus clientes. En esa tesitura, ha tenido que pedir “una póliza de crédito para poder afrontar algunos pagos inmediatos”.

“Buena porque es la única que hay”

Al final, Isabel resume lo que significan estas ayudas mejor que nadie: “Es una medida buena porque es la única que hay”, explica. Y acaba tirando del hilo, ya que Isabel también es presidenta de la asociación de empresarios de su pueblo y sabe que “lamentablemente hay mucha gente que se ha quedado fuera”. En este sentido, recuerda que hay autónomos, los taxistas por ejemplo, que no han podido optar a esta línea porque son servicios esenciales que no han cesado su actividad y/o porque no han podido demostrar la caída en los ingresos de un 75% que demandaba el gobierno.

Y finalmente, incluso cuando la mera existencia de una ayuda específica al colectivo de los autónomos es una buena noticia, algo casi histórico, ésta palidece al compararla con las que el Gobierno destina a las empresas más grandes y a los asalariados.

“Si a un trabajador en un ERTE, que saben que no va a trabajar, le están abonando la seguridad social y le van a dar 500 euros, ¿cómo se explica que a un autónomo le des 661 euros y le obligues a pagar la cuota? Eso le deja con 300 euros y con eso tienes que subsanar todos los gastos del negocio y luego mantener tu casa con 0 ingresos”, concluye Isabel.

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