Advierten de que el sobrepeso es un factor de riesgo importante para personas jóvenes ante el Covid
Realizar una alimentación saludable es “de gran importancia” para conseguir un estado nutricional óptimo y el aumento de nuestras defensas“, según ha indicado la nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba Lourdes de la Bastida, quien ha recordado la estrecha relación que existe entre el sistema inmunitario y Covid-19, por lo que ”hay que cuidar la alimentación antes, durante y después de la infección“.
Según ha indicado la institución hospitalaria en una nota, Lourdes de la Bastida ha explicado que el sobrepeso y la obesidad “empeoran el pronóstico de la infección por Covid-19 y en personas jóvenes es un factor de riesgo importante”. Las personas con obesidad severa tienen “más riesgo de hospitalización, y de sufrir mayores secuelas por coronavirus”.
La nutricionista ha resaltado que, ante este problema de salud, es importante realizar prevención para reducir este riesgo y también evitar las complicaciones de la propia obesidad como son la diabetes o la hipertensión, entre otras.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. En España se estima que en el año 2019, uno de cada cuatro hombres y una de cada cinco mujeres padecía obesidad, es decir, un índice de masa corporal (IMC) mayor o igual a 30. El perímetro de cintura mayor de 88 centímetros (en caso de las mujeres) o de 102 (para los hombres), se considera también factor de mayor riesgo cardiovascular.
Actualmente se encuentra en el mercado una oferta muy amplia de productos alimentarios que se adaptan cada vez más a las necesidades de cada individuo, y según el origen y conservación de los alimentos se pueden clasificar en productos frescos, en conserva, congelados, elaborados, cocinados y envasados, incluso listos para consumir.
La nutricionista ha señalado que se debe “priorizar el consumo de alimentos frescos y de temporada”, pero debido al estilo de vida actual a veces no es posible y la elección de algunos productos envasados puede ser una alternativa. Así, “cuando elegimos un alimento o producto envasado es importante tener en cuenta su calidad nutricional, principalmente si lo vamos a consumir con frecuencia”, ha dicho.
Para valorar la calidad nutricional, lo más importante es mirar el listado de ingredientes, siempre están ordenados de mayor a menor contenido, y posteriormente el valor nutricional del producto en su conjunto.
“Hay que prestar atención cuando se muestran los porcentajes de los ingredientes, ya que esto nos orienta sobre su cantidad en el producto”, según Lourdes de la Bastida. Por ejemplo, en los fiambres de pavo, a veces el contenido de pavo no llega al 50 por ciento, seguido de otras sustancias como almidón, grasas, azúcar o aditivos. Esto quiere decir que al menos la mitad no es carne, lo que empeora la calidad del producto. Por lo general, los productos que contienen menor número de ingredientes suelen ser más saludables.
ETIQUETADOS
Por otro lado, hay que tener cuidado con los términos utilizados en el etiquetado que pueden ser confusos para el consumidor. Por ejemplo, productos calificados como bajos en azúcares, grasas, calorías o sal. En estos casos hay que mirar el listado de ingredientes y comprobar su calidad y cantidad, pues de nada sirve reducir el azúcar si se añade una cantidad enorme de grasa o como en el caso de los yogures desnatados, que algunos contienen azúcar añadido, gelatinas o almidones que empeoran la calidad nutricional.
De la Bastida ha destacado que el sistema inmunitario se puede mejorar con la alimentación, consumiendo alimentos principalmente antiinflamatorios como son las frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales, e intentando disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados, bollería industrial y bebidas azucaradas.
Asimismo, debido a la importancia de la vitamina D en el sistema inmunitario, es recomendable incluir en la dieta algunas fuentes dietéticas de esta vitamina como las sardinas, salmón, caballa, huevos, leche, quesos y yogures, además de la exposición solar controlada.
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