Seguimos...
Bueno, ya estamos aquí otra vez. Ya llevamos dos semanas entrenando y comiendo bastante bastante bien. El preparador nos ha puesto una dieta durante estos 14 días con mucho mucho verde. Sinceramente no conocía cómo sabían los guisantes, brócoli y alguna cosa más hasta ahora. ¡Ah! Y la avena... ¡Madre mía la avena! Sueño con la avena. Por ahora hemos sustituido las tostadas con aceite y jamón por desayunos de avena con claras de huevo y stevia... ¡Casi lo mismo ! Pero hay una cosa que sí es cierta, y es que no hemos pasado nada de hambre, salvo en ciertos momentos puntuales.
Personalmente he pecado un poco con alguna comida o cena pero casi nada. Además, debido a nuestra apretada agenda hemos podido entrenar dos veces en cada una de las dos semanas. Aún así, tanto Enrique como yo hemos perdido más de 4 kilos cada uno.
Ahora mismo los entrenamientos son relativamente suaves, aunque 'in crescendo'. En el próximo post pondremos un menú tipo de un día cualquiera y un entrenamiento tipo. A continuación, nuestro preparador, Álvaro Mendoza, explica un poco el trabajo que estamos haciendo y por qué lo hacemos.
“Partimos de que cada individuo es único y por tanto necesita un entrenamiento individualizado y adaptado a sus necesidades. Muchos piensan que la obesidad es tener demasiados kilos de más, acumulación de grasa y punto. Ojalá fuese así. La obesidad es una metabolopatía. Ésta causa estragos en el organismo en muchos sentidos. La obesidad produce una cascada de secuelas que forman un círculo vicioso:
- Los obesos no duermen bien, por tanto, tienen más hambre por la noche sobre todo de alimentos energéticos, para estimular la insulina y que les entre sueño.
- Sufren una pérdida de masa muscular por la baja actividad y por tanto padecen todos los problemas tanto funcionales como estructurales o endocrinos asociados.
- Su sistema endocrino está atrofiado; a más grasa corporal y menos masa muscular, aumenta la leptina y disminuyen la testosterona y hormona GH.
https://youtu.be/R1gxCwNrGi8
Por lo tanto, en nuestros entrenamientos nos enfocamos 'a groso modo' en ejercicios globales, de 10-15 repeticiones, con cargas medias, prioridad a la espalda, 6-8 ejercicios en circuito, 2-3 minutos de descanso entre series. Al principio y al final cardio 10-15 min. de bajo impacto, todo esto durante 3 veces a la semana. En general intentamos realizar ejercicios cómodos, procurando realizar una buena técnica. Es importante comentar que el entrenamiento aeróbico no es la base de los entrenamientos. Debe estar, pero no aumenta la testosterona ni la hormona del crecimiento, que es lo que buscamos en esta fase.
Ahora mismo estamos centrados en un entrenamiento de fuerza moderado para aumentar la betaoxidación, la TST, la GH y las catecolaminas, y así mejorar la resistencia a la insulina incluso más que con el trabajo cardiovascular.
El aeróbico que hacemos es suave y de bajo impacto (para mejorar la biogénesis mitocondrial). Además, debido al sobrepeso de ambos individuos y disfunción anatómica, hace probable que con altas intensidades aumentara la probabilidad de lesiones articulares de rodillas o cadera.
Concretando en cada uno de los individuos, Enrique tiene la biomecánica alterada: pisada (fascitis plantar), rotación interna tibial, no puede ejecutar bien las sentadillas, al igual que otros ejercicios básicos. Estamos enfocando parte de las sesiones iniciales a equilibrar musculatura y liberar musculatura acortada. Estéticamente podemos decir que se le nota bastante una importante pérdida de volumen, que esperemos vaya a más conforme avance el reto. Podemos decir que estamos bien encaminados hacia la consecución de objetivos.
Con Sergio, partimos de una base fisiológicamente más fuerte y estable, por lo que la intensidad de entrenamiento es más elevada. Esto nos beneficia permitiendo tener una posible adaptación y consecución de objetivos más rápida.
Dentro de cada sesión se individualiza teniendo en cuenta tanto la respuesta cardíaca (seguimiento continuo de frecuencia cardíaca) como por esfuerzo subjetivo percibido (escala de Borg)“.
En general, y en palabras claras, estamos bastante reventados aunque hay esperanza todavía para nosotros. Tanto Enrique como yo estamos contentos con los resultados que vamos teniendo, aunque es incluso más duro de lo que esperábamos. Sobre todo la dieta, que sabemos que es el 70% del éxito del reto. Pero seguimos. Qué ganas de que llegue el verano y podamos enseñar las abdominales… ¡O no! Ya veremos, pero lo que está claro es que no es nada fácil la meta que nos hemos marcado. ¡Hasta el próximo post!
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