Roma
El yacimiento arqueológico de Córdoba, entendido como yacimiento único, es el de mayor importancia de occidente, dada su complejidad y su continuidad temporal ininterrumpida.
Desiderio Vaquerizo, Catedrático del Área de Arqueólogía de la UCO.*
Además, podemos afirmar que el yacimiento arqueológico de Córdoba, incluyendo su núcleo principal y los arrabales de poniente, hasta Madinat Al-zahra, se constituyen como el de mayor extensión del arco Mediterráneo, solo superado en magnitud por Roma.
De estas dos afirmaciones se pueden sacar varias conclusiones, pero me centro en dos:
- El reciente hermanamiento con la ciudad de Roma se establece partiendo de un cierto equilibrio, al menos en cuanto a patrimonio arqueológico se refiere, y por otra parte,
- uno de los valores diferenciales de Córdoba como ciudad destino es su patrimonio histórico y más concretamente, su patrimonio arqueológico.
Lo que para algunos es un lastre para el desarrollo de Córdoba, otros vemos en ello uno de los motores clave que pueden coadyuvar a generar riqueza en la ciudad. Desde siempre se ha entendido que la posible aparición de restos arqueológicos en un solar, lejos de ser una hallazgo que aporta valor y distingue a ese emplazamiento y por consiguiente al edificio que se construya, es un obstáculo que impide sacar el máximo aprovechamiento edificatorio posible, y por tanto, una pérdida de dinero.
Tal como está legislado y ordenado el asunto de las excavaciones arqueológicas en la actualidad, recayendo el peso exclusivamente sobre el promotor privado, no se puede negar que estas operaciones supongan una carga económica a veces insostenible (¿para cuando el fondo de compensación para trabajos de arqueología... o algo similar?). Pero esto no quita para observar que, por lo general, no se saca partido a este tesoro encontrado si no todo lo contrario, se oculta, se tapa como algo de lo que avergonzarse. Es decir, se emplean recursos, económicos y humanos en trabajos de arqueología sobre restos que reducen los beneficios inmobiliarios, y sin embargo, después de tanto esfuerzo, no se emplea lo descubierto en aportar valor a lo construido.
Esta actitud generalizada, con honrosas excepciones, en el ámbito privado, también tiene su reflejo en el ámbito público y más concretamente en el ámbito político municipal. Definitivamente, no somos suficientemente conscientes del valor que atesoramos y del potencial que tiene aquello que tenemos bajo los pies. Y lo peor es que, dada la situación en la que nos encontramos, la arqueología va a seguir siendo la última de la fila a la hora de las aportaciones económicas. Aunque, si queremos dar un toque optimista a la cuestión, diremos que, dada la situación en la que nos encontramos, no hay de que preocuparse, pues los promotores están bajo mínimos y no hay peligro a la vista para el subsuelo.
Esperemos que el reciente hermanamiento con Roma nos haga caer en la cuenta de lo expuesto líneas arriba, y comencemos a interesarnos masivamente por nuestros vestigios de historia pasada, como asideros para coger nuevo impulso que nos permita despegarnos del pesimismo generalizado que nos invade.
*Vaquerizo explica que el objetivo del ciclo de conferencias ofrecido en Casa Árabe “Desvelando la Córdoba arqueológica: Qurtuba” es (trascripción del vídeo):
"Acercar a la sociedad cordobesa el resultado de nuestras investigaciones de los últimos quince años. Córdoba entendida por primera vez en su historia como yacimiento único, olvidando excavaciones concretas en solares, para entenderla como el yacimiento, quizás más importante de Occidente, que lo es, y lo digo sin ningún tipo de chauvinismo. Un yacimiento complejísimo que está ocupado desde el Calcolítico, al menos, ininterrumpidamente hasta nuestros días, y que es un ejemplo absolutamente paradigmático de ciudad superpuesta, es decir, de una ciudad que tiene todas las ventajas e inconvenientes de haber mantenido una ocupación permanente en el mismo solar desde su fundación."
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