Las varas de medir

Estoy volviendo a casa sin ningún percance, sólo con el cuerpo cortado después de haber sentido las balas silbar por lo alto de la cabeza y las rehalas de perros pasar muy cerca del ganado.

Si lo ocurrido hubiese sido al contrario, si quien montease hubiera sido el cabrero y el propietario de las cabras el marqués de La Guardia, seguramente la montería que este sábado ha cortado una vía pecuaria al ganado -pese a que la normativa lo impide- no se hubiera celebrado. Seguramente, la vía pecuaria se hubiera llenado de agentes de medio ambiente para hacer cumplir la ley y quizás hasta el alcalde hubiera acudido a apoyar al ganadero.

Pero todo eso no ocurrió porque quien tenía que alimentar al ganado era un simple cabrero y quien monteaba es un noble.

Y, si todo esto es poco, a ello hay que añadir la usurpación y aplicación de herbicidas en las vías pecuarias de Hornachuelos y la dejadez de las administraciones públicas en este tema, mientras, al mismo tiempo, se permiten construcciones ilegales en vías pecuarias.

Cabe destacar que el Ayuntamiento de Hornachuelos es conocedor de todas las irregularidades, ya que todas las edificaciones tienen luz de la red eléctrica y agua potable de la red pública municipal. Las construcciones irregulares van desde un polígono industrial que corta por completo la Cañada Real Soriana -obra ejecutada por el propio ayuntamiento- hasta una casa rural propiedad de un exconcejal, así como una nave ganadera o el parque multiaventura, que también tiene usurpada parte de la Cañada Real Soria

Así es imposible el paso del ganado, teniendo que invadir en muchas ocasiones la carretera, con el consecuente peligro tanto para los conductores como para los animales y arriesgándose los ganaderos a ser multados por circular con el ganado por la carretera. Somos ganaderos de Hornachuelos y, ante la dejadez, nos están obligando a no poder salir con nuestros animales al campo y a tenerlos encerrados

Andrés Amaro es pastor trashumante