Miopía en tiempos de excepcionalidad
El 13 de marzo se anunciaba una medida que, jamás antes, había desplegado sus efectos sobre todo el territorio. España se encaminaba hacia un Estado de Alarma, forzada por la propagación del Covid-19, que afecta ya, a 188 países. Llevamos 22 días confinados en nuestras casas. Desde la publicación del RD 463/2020, de 14 de marzo, el Gobierno no ha parado de darle forma a este estado de excepcionalidad, a través de Decretos, Órdenes Ministeriales, Documentos Técnicos…, que soportan el andamiaje legal para atender la situación de emergencia en la que vivimos.
Durante todo este tiempo, en la arena política, algunos han actuado con escasa seriedad, otros aparentan acompañar la acción del Gobierno, mientras en redes sociales muestran que la brújula que les guía tiene el norte cambiado. El país se ha llenado de expertos. Vivimos tiempos en los que, día sí, y otro también, eclosionan por toda la geografía “capitanes a posteriori”.
Llaman la atención aquellos que desde la responsabilidad pública viven en “su” normalidad, y el tiempo pasa. Llevamos tres semanas de emergencia, no sólo sanitaria sino también económica y SOCIAL y nos adentramos en la cuarta. Las medidas anunciadas por el Ayuntamiento para ámbito local, se implementan con retraso, eso sí, con semejante adorno, que tienen más de anuncio publicitario, que de firme voluntad política de lidiar con esta compleja y crítica realidad. La Delegada de Servicios Sociales comunicaba a los medios que refuerza con personal su Delegación, ya habían pasado 14 días. En “su” normalidad no contemplaba la obligación sobrevenida de disponer de asesoramiento jurídico, económico y financiero. Quizás no era consciente. El propio Ayuntamiento, vive su particular estado de excepcionalidad.
También el pasado lunes, se anunciaba un nuevo “Reglamento para Ayudas Económicas de Emergencia y Familiares”. Por fin, tras 17 días, las ayudas que el Ayuntamiento debiera estar desplegando sobre los barrios de la ciudad desde el minuto uno, disponen de un marco normativo para intervenir. Con el que ofrecer respuesta digna a las problemáticas sociales y económicas que afloran en la emergencia. Dicen que agiliza el procedimiento. Que diez días bastarán para resolver cualquier ayuda económica. No es pesimismo, la suma 17+10, nos colocan al borde del mes mínimo, para que el apoyo y soporte vital
de nuestro Ayuntamiento llegue a la ciudadanía. Tiempo habrá para hablar de la Ayuda Alimentaria.
Sepan Vds. que la presión está en los hogares de las familias afectadas y, sin duda, en las y los profesionales de los Servicios Sociales Municipales que trabajan en los barrios. Quienes de forma constructiva, les hicieron llegar su aportación técnica para abordar tan delicado momento y de necesidad para miles de hogares cordobeses. Esconderse bajo titulares de autobombo pudiera ser recurso en condiciones de normalidad. En la excepcionalidad, la gente espera de su Alcalde y Delegada del Área Social, competencia y capacidad. Recursos económicos y humanos para desplegar políticas públicas que den respuesta a las vecinas y vecinos desde su Ayuntamiento.
Al siguiente día de hacerse pública la reflexión del personal de los Servicios Sociales, las 15 trabajadoras sociales del Emple@, vitales en el momento de excepcionalidad, recibieron la comunicación de su cese. La miopía produce una visión borrosa o poco clara de lo porvenir, no sólo del presente. Quizás, también el revanchismo guíe la no renovación de estas profesionales. La decisión de darles las vacaciones pendientes antes de poner fin a su relación laboral, parece ignorar la emergencia SOCIAL y económica que sufre la ciudadanía. Ahora cualquier recurso humano cobra valor primordial ¿Desconocen la Orden SND/295/2020, de 26 de marzo, por la que se adoptan medidas en materia de recursos humanos en el ámbito de los servicios sociales? Compromiso y trabajo. La ciudadanía lleva tres semanas, con todos sus días y horas esperando la respuesta de su Ayuntamiento. Mañana comienza su cuarta semana de agonía.
Antonio Casas Aranda
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