Javi Lara: “En el Córdoba CF di todo lo que me dejaron dar”
Si hay un deporte que, muchas veces, peca de exceso de distanciamiento, ese no es otro que el fútbol. La burbuja, tanto como económica como social, que se ha generado en torno a dicha disciplina hace que los grandes protagonistas de ese deporte se postulen como figuras de otras dimensiones. Protagonistas inaccesibles e inalcanzables para la masa de aficionados que, en determinadas cuentas, son los que sustentan su negocio. Una capa absurda e innecesaria de realidad que dificulta, cada vez más, la conexión entre público y deportistas. Una distancia que aumenta cuanto más alto sea el nivel que se práctica. Eso sí, siempre hay excepciones que nadan contracorriente. Ejemplos que huyen de esa farándula y que no pierden de vista el tacto de sus pies con el suelo. Y uno de ellos, claramente, es Javier Lara Grande (Montoro, 1985), uno de los futbolistas cordobeses con una trayectoria deportiva más dilatada, y que guardan aún en sí mismos la esencia del amor por el fútbol puro y duro. Sin parafernalias. El de barrio. Es de la pista de cemento o la cancha de albero y un puñado de amigos disfrutando. Eso sigue en su cabeza. En sus pies, sin embargo, está el día a día de un jugador profesional.
Son muchos los futbolistas que, presos de la citada burbuja, son incapaces que pasear por las calles de su ciudad. Por el contrario, a nadie le extraña ver a Javi Lara de vuelta en su pueblo. Donde se crio y donde regresa cada vez que tiene ocasión. Eso sí, la cotidianidad no se opone a la admiración, pues él también recibe halagos de sus paisanos, así como peticiones de fotos. Y las corresponde encantado. Un jugador que ha pasado por todas las categorías posibles, desde las bases del Córdoba CF, club que -pese a todo lo ocurrido- sigue en un lugar privilegiado en su corazón, hasta la Primera División, donde tiene el honor de ser el autor del primer tanto de la historia del Eibar en la máxima categoría, pasando por Tercera, Segunda B y Segunda División. Incluso ha sido (y es) un ídolo en la Superliga India. Ha probado el barro de los campos más austeros y la satisfacción de pisar el césped del Bernabéu o el Camp Nou. Ahora, tras dejar atrás una “increíble y única” etapa en Ibiza, está de vuelta en Montoro, donde accede a mantener una conversación de casi una hora con CORDÓPOLIS. Su vida, siempre ligada al fútbol, es la protagonista de un relato de glorias y tragedias. Un deporte que ama y que le ha dado algunos de los mejores momentos de su vida, y también algunos de los peores. Palabra de Javi Lara.
PREGUNTA. Bueno Javi. Estás ya de vuelta en Montoro, tu pueblo natal, y además nos encontramos ahora mismo en un sitio muy especial para ti.
RESPUESTA. Sí, ya por suerte estoy de vacaciones. Ha sido una temporada dura, como siempre en Segunda División, que es una liga muy competitiva y que se hace, a veces, larga, y ahora ya aquí en el pueblo, disfrutando de la familia, y aquí en el pabellón de Montoro, que estoy encantando que lleve mi nombre.
P. En definitiva, aquí empezó todo.
R. Sí, he pasado muchas horas aquí. Yo empecé jugando a fútbol sala con mis amigos y con mi hermano, y he tenido muy buenas tardes y lo he pasado muy bien aquí.
P. Para una persona que ha vivido la mayor parte de su vida fuera de su tierra, imagino que regresar, al final, es también un ejercicio volver a llenar el baúl de recuerdos.
R. Sí, es verdad que las nuevas generaciones cada vez me cuesta más trabajo reconocerlas, pero sí que es verdad que siempre me he sentido muy querido en mi pueblo por su gente y estoy encantado de estar aquí.
En mi última etapa en Córdoba me sentía como un cadáver futbolístico
P. ¿Qué imágenes se te vienen a la cabeza aquí en el pabellón o paseando por el pueblo?
R. Siempre digo que se mantiene ese niño que llevamos dentro. Aquí en el pabellón se me vienen imágenes de hace 20 años, aquí jugando, deseando que llegara la hora de jugar y demás. Y luego, cuando voy por las calles del pueblo, me encanta ver que la gente sigue con sus comercios, sus bares, sus tiendas, y van funcionando bien.
P. ¿Te sientes reconocido aquí en Montoro por tu trayectoria?
R. Me siento querido, y es verdad que en otros pueblos a los que voy también me siento querido. Soy una persona bastante cercana, que siempre que me llaman para algo siempre asisto sin ningún problema. Por lo tanto, no tengo quejas (risas).
P. Vamos a empezar por el final. Recientemente has cerrado una etapa en Ibiza. Un adiós que no ha sido fácil de digerir para ti.
R. (Se para a pensar) Se me ponen los pelos de punta.
Ibiza para mí ha sido algo único, irrepetible, y no voy a vivir nada igual. Es difícil de explicar. Es como llegar a un club pequeñito, que está empezando y te vas de allí dejando al club en el fútbol profesional. Tengo la imagen de cuando llegué al estadio, lo que era y lo que es ahora, y luego el cariño de la gente, que no lo puedo describir. No he sentido tanto cariño en mi vida. Es que me lo han mostrado fuera del campo, dentro del campo, y por eso también creo que he tenido un buen rendimiento allí y lo pongo al nivel de cuando estuve en Lucena, por ejemplo, o en Alcoy, que fueron unas temporadas preciosas a nivel individual, y en Ibiza me he encontrado muy feliz y por eso se ha visto un buen Javi Lara allí.
Mereció la pena lo que sufrí en el Córdoba solo por jugar en El Arcángel
P. Hace poco más de un año escribías un mensaje en Twitter en relación a esta etapa. Solo te voy a leer la primera parte del mensaje, y más adelante entraremos en la segunda parte. Decías entonces. “¿A Ibiza te vas a jugar? Si! Tú estás loco me decían!”.
R. Sí, es verdad que siempre, por mi trayectoria deportiva, la gente ha dicho: ¿por qué cambia tanto de equipo? Al final, todo tiene su explicación. Cuando estaba en Lucena podría haber seguido jugando en Lucena más tiempo pero busqué la evolución, en el Alcoyano tenía un año más de contrato pero tuve oferta de Segunda División, en la Ponferradina tenía un año más de contrato en Segunda pero me llaman de Primera y me voy a Primera. En Eibar tenía un año más, pero me sale una oferta del extranjero que no la podía rechazar y me fui. No cambias de equipos porque quieras o no tengas estabilidad, o seas un jugador que va cambiando así sin ton ni son.
Y cuando me llaman de Ibiza, venía de mi peor etapa en Córdoba, que me sentía como un cadáver futbolísticamente hablando, y es verdad que se presenta su presidente en Córdoba para hablar conmigo y eso lo cambia todo, porque alguien que ha sido presidente del Valencia muchos años, que quiera contar conmigo para su proyecto y venga a Córdoba para contarme cómo es todo, pues, al final pensé: ¿y si es allí donde puedo ser feliz? Y mira, encajé bien y genial. Pero es cierto que todo el mundo me decía: ¿a Ibiza te vas a jugar? Porque es verdad que cuando piensas en Ibiza, piensas en todo menos en fútbol. Es una realidad. Luego ha habido jugadores que han ido allí y los tienes que meter en la sintonía de trabajo del club, y a veces cuesta.
P. ¿Qué te llevas de Ibiza?
R. Hombre, me llevo lo más grande, que es un hijo. Fuimos como pareja, mi mujer y yo, y hemos vuelto como familia y eso es lo más grande que me llevo. Y luego, a nivel futbolístico, para mí, es lo máximo que he vivido, porque nunca he notado tanto cariño en un campo de fútbol y en una ciudad, en una isla por así decirlo. No sé, para mí, después de Ibiza es difícil que algo sea igual. Para mí va a haber un antes y después. Pero bueno, ahora mismo está muy reciente y esperemos encontrar otro sitio para volver a ilusionarme.
P. Ahora sí que vamos a dar un paso grande en el tiempo. ¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en el fútbol o mejor dicho, cómo llega el fútbol a tu vida?
R. Es difícil de explicar, porque yo vivo en el campo aquí, con mis padres y mi hermano, desde pequeño, y siempre he estado con un balón, mi hermano siempre jugaba de portero con sus amigos y yo siempre estaba lanzando tiros a mi hermano, hasta que me apunto a la escuela de fútbol de Montoro, y a partir de ahí voy creciendo. Siempre me venía con mi hermano a jugar, él jugaba con sus amigos, que eran mayores, y siempre que faltaba uno me dejaban jugar.
Luego, en Montoro, había equipo de fútbol pero no había liga ni equipos federados, entonces no jugaba partidos ni nada. Fui a jugar a Andújar al fútbol, al Betis Iliturgitano y de ahí pasé al Córdoba CF, que fui a probar a juveniles, tuve la suerte de quedarme y ya pues Córdoba y de ahí ya muchísimos equipos (risas).
De niño imaginaba que podía salir en los cromos que coleccionaba
P. Como dices, te llega la oportunidad de irte a la cantera del Córdoba CF. Ahí vas subiendo escalones e imagino que esa etapa supone un punto de inflexión en tu relación con el fútbol.
R. Sí, yo creo que años atrás no era tan fácil como ahora. Ahora, cualquier niño que destaca se ve rápido. Antes era más difícil, y creo que ahora no se le da tanto valor. En mi época, para mí era una ilusión tremenda simplemente ir a jugar al Córdoba y ponerme mi chándal cuando venía aquí a mi pueblo los fines de semana. Yo me sentía Pelé (risas). Me sentía el rey. Iba con mi chándal del Córdoba más feliz que nadie. Entonces, son momentos que son irrepetibles.
P. Te fuiste muy joven a vivir fuera, a estudiar fuera. A Córdoba, vaya. ¿Lo afrontaste bien?
R. Sí, la verdad que desde que empiezas a darle patadas al balón, te imaginas cosas. Y yo siempre me imaginaba que podría salir en los cromos que coleccionaba, y cuando me sale la opción de ir al Córdoba, para mí fue algo único. Lo disfruté mucho.
Por suerte he tenido unos padres que me han dado una buena educación y simplemente pues...En mi mente siempre estaba ser futbolista. Por suerte siempre he ido por el camino correcto, no me he desviado con cosas malas y he podido disfrutar.
P. ¿Cuándo te das cuenta que puedes llegar a profesional?
R. Si algo he tenido bueno es que siempre he confiado en mí y no he dudado de mí, y eso que he pasado por todas las categorías. No sé. Cuando estaba en el Córdoba B y entrenaba con el primer equipo, me sentía que podía ser un jugador válido. Evidentemente, cuando tienes 18 años solo piensas en crecer y mejorar pero no sé, pensaba que podía tener un futuro. Luego, claro, he pasado por Tercera División, Segunda B, pero siempre que veía jugadores de más nivel que yo decía: bueno, no me siento inferior a ellos. Yo creo que eso ha sido para mí la clave, no sentirme inferior ni cuando me ha tocado jugar en Tercera División. Decir: bueno, son circunstancias, me ha tocado estar aquí, pero no me siento inferior a los que están en divisiones más altas.
P. Llegas al filial, con el que juegas en Tercera División, y a partir de ahí comienza el engranaje de hacerte un nombre en el mundo del fútbol. Pasas por muchos equipos. Villanueva, Real Unión, Écija, Elche, Alcoyano. Prácticamente equipo por temporada. ¿Te pesaba el hecho de ir cambiando?
R. Yo pienso digo que cuando eres sub 23 y vas a un equipo senior, es difícil encontrar oportunidades y minutos. Lo vemos hoy en día también. Entonces, salir de la cantera del Córdoba cedido al Real Unión, cuando el Córdoba estaba en Segunda B por aquel entonces, igual que el Real Unión, allí no me adapté al fútbol del norte, sí que fue una experiencia mala. La primera vez que salía de casa así más lejos. Me vine a Écija, jugué bastantes partidos y tuve la opción de continuar, pero era mi último año sub 23 y me salió la opción de ir a un filial como el Almería B, que su primer equipo estaba en Primera División, y el entrenador del filial entonces era Rafa Berges, que lo había tenido aquí en el Córdoba B y lo vi una buena opción.
Luego, cuando pasa el tiempo, dices: pues quizá me equivoqué, tendría que haber seguido en Segunda B porque tenía muchas opciones al ser sub 23 y tal. Pero bueno, a veces te equivocas, otras aciertas. En el fútbol es difícil saber lo que va a pasar.
P. Voy a hacer paradas en momentos quizá un poco más significativos. Por ejemplo, Elche en la 2009-10, que fue creo tu debut en Segunda.
R. (Piensa) Sí, para mí fue muy importante, sobre todo cómo me trató Claudio Barragán, que fue el entrenador. Me metió en su vestuario y me dijo: mira, yo no te conozco de nada, te han fichado aquí, vas a hacer la pretemporada y si rindes, pues te quedarás. Y yo le dije: si me tratas como los demás, me quedaré. Y él se sorprendió un poco. Le dije: sí, sí, si en los amistosos me tratas como los demás y me das 45 minutos, me quedaré. Si me tratas como un canterano y de más 10 o 15 minutos, no me quedaré. Me trató como a los demás y las siete jornadas que duró Claudio, creo que jugué seis. La verdad que le tengo mucha estima. De hecho, luego él está entrenando en la Ponferradina y yo voy con él, pese a que tengo ofertas de otros equipos con mejores condiciones.
Estar en India te cambia la vida
P. Unos años más adelante, 2011-12, la segunda etapa en Lucena, que ya has dicho que le guardas muy buenos recuerdos. Se formó un gran grupo de cordobeses allí.
R. Sí, era un grupo muy humilde, con mucha gente de Córdoba. Con veteranos que era profesionales y un ejemplo a seguir, por como se comportaban y porque siempre te daban buenos consejos. Curro Vacas, Obregón, Sarmiento, Rubén Cuesta, Pineda. La verdad que fue un año que lo disfruté muchísimo. Siempre he sido una persona que le gusta más el fútbol de antes que el de ahora. Yo, en aquellos entonces, era más joven y me encantaba que me dijeran lo que tenía que hacer, que me aconsejaran, cosa que hoy en día es difícil. Hoy en día, cuando le dices las cosas a los jóvenes, no es como antes. Y me gustaba el fútbol de antes, y eso que yo era el joven por aquel entonces. Me gustaba que me dieran consejos y escuchar a la gente veterana. Fue un año muy bonito y que disfrutamos mucho, y estuvimos a punto de subir a Segunda División.
P. Y al año siguiente, en el Alcoyano, es anecdótico, pero seguramente fue tu pico de exposición mediática. Con aquella eliminatoria ante el Real Madrid. ¿Cómo viviste todo lo que genera alrededor un partido así?
R. La verdad que yo estaba muy tranquilo. Recuerdo que vinieron mis amigos, estaba yo en casa durmiendo la siesta y me dijeron: cómo puedes estar tranquilo, si viene ahora el Real Madrid. Y les decía: qué quieres, que esté haciendo abdominales en el salón (risas). La verdad que disfruté mucho del partido. Fue un año en que me sentí importante de principio a fin. De hecho, creo que hice 11 goles y 18 asistencias y fue un año muy rodado para mí. Luego tuve un problema de salud y me perdí el último partido del play off, pero bueno, subió el Eibar, que luego volvió a subir a Primera, y yo me encontré con el Eibar en Primera. Parece que todo tiene relación.
Y con el Madrid, pues eso, fue muy bonito, porque estaban mis padres allí y disfrutamos mucho. Toda la ciudad de Alcoy, donde me siento querido también, que suelo ir cada vez que puedo en verano o en Navidad, pues disfrutamos mucho todos.
P. Y nos trasladamos ya a la 2014-15, esa temporada que comentas. Primera jornada de Liga, en Ipurua, derbi con la Real Sociedad. Un partido que no vas a olvidar nunca.
R. Es un derbi, primer partido del Eibar en Primera División, con la Real Sociedad, un ambiente en las calles increíble, porque el primer año del Eibar en Primera División te obligaban a vivir en Eibar, y yo vivía justo en el centro y estaba viviendo las horas previas mirando por la ventana, y fue muy emotivo y tuve la suerte de meter un gol que queda para la historia.
P. Muchos años entre Tercera, Segunda B y Segunda, y por fin te llega esa oportunidad de estar en Primera División. ¿Cuál es el mejor recuerdo que guardas de aquella temporada?
R. Mis padres en el Bernabéu. Mis padres no son una familia muy futbolera, siempre me han apoyado en todas las decisiones que he tomado. Me acuerdo que cuando firmé en el Lucena, mi padre me dijo: yo creo que ya está bien, ya has dado demasiadas vueltas, te podías quedar ya por aquí, enfocar tu vida de otra manera y demás. Y luego ves a mis padres allí en el Bernabéu, en el calentamiento, que yo los miraba y los veía como miraban a todos sitios como diciendo: ¿qué hacemos nosotros aquí? Es algo que siempre me va a quedar, no sé. Hoy en día vemos muchos padres que están encima de los niños, en todos los entrenamientos y demás. Por suerte a mis padres ahora sí que les gusta el fútbol, pero siempre han tenido esa distancia y creo que eso me ha venido bien.
P. Desde luego no les hiciste mucho caso con lo que te dijeron en Lucena. Justo al año siguiente te surge la opción de irte al extranjero, al Atlético Kolkata, en la Superliga India. Es curioso porque te marchas coincidiendo con tu mejor momento a nivel futbolístico en España.
R. Es curioso, pero si te paras a mirar la carrera que he tenido, en el Elche en Segunda División con 22-23 años creo que si hubiera tenido la continuidad, a lo mejor hubiera hecho carrera de diez años, no te voy a decir en Primera División, pero sí pienso que en Segunda. Pero bueno, llega un entrenador como Bordalás que tiene unas ideas totalmente diferentes a los que es mi juego, e incluso me llega a apartar del equipo y ahí tengo una caída a Tercera División, de estar en Segunda, y empieza todo de nuevo. Voy a Lucena, luego Alcoyano, voy a la Ponferradina con un sueldo súper bajito para meterme en Segunda División. Llego a Primera División teniendo que pagar la clausula de rescisión de la Ponferradina de mi bolsillo. Y claro, cuando estás ahí, dices: mira, con todo lo que he pasado, tengo una oferta del extranjero, pero podría seguir en Primera, sí. Pero mi agente me hace ver; ya has jugado en Primera, has visto el Bernabéu, el Calderón, ya has visto el campo del Barça. Has tenido la fortuna de jugar en los tres estadios de titular, has disfrutado. Yo creo que es hora de que recojas todo lo que has trabajado estos años.
Y mirándolo así, digo: mira, he sufrido muchísimo, y quién sabe si ahora tengo una lesión grave y esto otra vez acaba aquí. Me voy a la India, porque económicamente me compensaba mucho y luego era un club del Atlético de Madrid, que estaba bien respaldado. Y no me arrepiento. La verdad que el primer año sufrí una lesión, luego vine en la segunda vuelta a Tenerife, y luego tenía la opción de volver a India y volví. Te cambia la vida estar en India. Piensas que aquí es un problema no tener batería en el móvil, cuando ves que allí la gente se muere de hambre. Te cambia mucho.
Y luego el fútbol lo disfruté mucho. Salimos campeones de Liga y mejor centrocampista de la liga y, no sé, es algo también que no voy a olvidar.
Jugar en el Córdoba era mi sueño y me daba igual el dinero
P. Como dices, una cultura totalmente distinta. Cuando llegas allí, ¿qué impresión te da el país?
R. Me acuerdo que los primeros entrenamientos siempre iba en el autobús mirándolo todo por la ventana. Cuando pasaron unos días, echaba la cortina y no miraba más, porque llueve y la gente se bebe el agua de los charcos de rodillas. Como te lo estoy diciendo, no estoy exagerando. Entonces, te cambia mucho la vida. Pero bueno, allí hay clase alta y clase baja, y no se ayudan ni entre ellos, entonces, tú tampoco puedes poner mucho remedio. Pero no te sientes bien, dices: con lo mal que lo pasan aquí y yo vengo porque económicamente me compensa. Pero claro, si no se ayudan entre ellos, tú poco puedes hacer. Pero no sé, yo se lo aconsejo a todo el mundo, tanto a nivel deportivo como de hacer un viaje y ver lo que es India.
P. Hace unas semanas, hablando con Fran González, nos contaba que allí en India se levantan a las cuatro de la mañana para ver un partido de LaLiga. Están locos con el fútbol en Asia, y eso se nota en los estadios.
R. Sí, yo creo que allí el fútbol está creciendo más, tiene mucha afluencia, los niños son súper felices con el fútbol. Me acuerdo de estar los niños en la puerta del hotel, regalarles las entradas y ponerse súper felices. O sea que, es un sitio que aconsejo, tanto para jugar como para vivir la experiencia de vivir allí.
P. Permaneces allí en dos etapas distintas, con unas condiciones económicas muy buenas, además como ídolo consagrado y ganando títulos. Pero te llega la llamada del Córdoba, que en ese momento creo que era irrechazable para ti.
R. Cuando vengo de India en el mercado de enero, que me llama el Córdoba, tengo otras opciones, pero me acuerdo que por aquel entonces Emilio Vega me dice: mira, esto es lo que hay, no te puedo dar más. Y digo: vale, no te preocupes. Había otras opciones que me daban mucho más, evidentemente, pero bueno, también venía de India y no sé, era mi sueño jugar en el Córdoba y me daba igual lo que me diera. Luego sí es cierto que acaba la temporada y puedo volver a India y solo me quedo porque es el Córdoba. Si fuese otro equipo no me hubiera quedado, me hubiera ido a India otra vez, pero bueno. Me quedé con muy buen sabor de boca esa media temporada y decía: bueno, ahora me voy a ir si estoy aquí en lo mejor. Estoy donde siempre he querido estar, estoy en mi casa, estoy disfrutando. Luego, pues mira, todo se dio la vuelta.
P. Tu llegas al Córdoba en ese entonces con Carlos González al frente, y vives desde dentro y como capitán el cambio de presidente. Lo que iba a ocurrir después nadie lo esperábamos, desde dentro y desde tu experiencia, cuándo empiezas a notar que se enturbiaba la situación.
R. No sé, yo creo que la gente que estaba dentro igual se daba cuenta. Yo me acuerdo que, cuando acabé contrato la primera vez y me ofrecieron renovar, que ya Emilio no iba a seguir. Emilio me decía: Javi, esto ya no va a ser como era antes. Tuve una oferta de Segunda División, de un club muy importante, que me mejoraba muchísimo lo que me daba el Córdoba, y me acuerdo que Emilio lo sabía y bueno, son decisiones. Te quedas aquí y ya está.
Luego, si pudiera volver hacia atrás, pues igual dices: hubiera jugado esos seis meses, buen sabor de boca y ya está. Pero no lo sé, yo el trato que tuve con Carlos González siempre fue bueno. Soy una persona que siempre digo lo que pienso y me acuerdo de tener conversaciones con él, y me parecía una buena persona que con sus trabajadores se portaba bien. De hecho, sus trabajadores siempre estaban contentos porque estaban al día y demás. Luego lo que pasó, no sé tampoco él interiormente cómo veía al Córdoba o qué quería del Córdoba. De eso no tengo ni idea. Luego vino el cambio, que parecía que iba a ser para bien y, al final, el tiempo va poniendo a cada uno en su sitio y fue un verdadero engaño para todos.
Cuanto más te acercas a alguien, más grande puede ser la decepción
P. En tu caso personal, y teniendo en cuenta todo lo que has contado desde que saliste del club. ¿Por qué crees que se te puso en la diana? Al menos con ese conflicto tan fuerte con Jesús León.
R. Yo pienso que cuanto más te acercas a alguien, más grande puede ser la decepción, pero si tú no tienes mucho roce con alguien, pues si te decepciona no te duele. Pero cuanto más te acercas a alguien, y dadas las circunstancias de que era de mi pueblo y tal, pues más grande puede ser la decepción. Cuando en su día se hizo cargo del club, a mí todo el mundo me preguntaba y yo hablaba bien y tal por lo que conocía, pero claro, luego te vas sintiendo mal porque ves todo lo que estaba pasando y de mí no dependía, a lo mejor por eso se me puso un poco más en la diana. Yo, ya te digo, lo pasé muy mal y luego ya sí que he intentado, a partir de esa experiencia, mantener distancia, porque no tengo buen recuerdo. Entonces, sigo al Córdoba en lo que es solo los partidos y ya está.
P. Recupero la segunda parte del tweet que hacía referencia al principio. Lo siguiente que escribiste fue: “venía de sufrir mucho, de odiar hasta el fútbol y doy las gracias una vez más a Ibiza por recuperarme como futbolista y persona”, ¿pensaste en la retirada?
R. Sí, sí, porque, bueno, siempre he tenido, desde pequeño, jaquecas con migrañas a un nivel de controlarlas y demás, pero el último año en Córdoba, la ambulancia vino a casa tres veces porque se me fue la voz. Mis compañeros lo sabían, mis padres también, mi mujer. Mis padres me dijeron: te vas de aquí si quieres seguir jugando, pero lo primero es la salud y no te queremos ver más así. Yo lo pasé muy mal, porque, al final, has salido de la cantera, conocía a los trabajadores, a muchos de los que estaban allí los veía pasarlo muy mal, no podía hacer prácticamente nada y para mí ha sido lo peor que he vivido en el fútbol.
Sé que hay que gente que dice: madre mía, qué odio le tiene al Córdoba y siempre repite la misma historia. Yo no le tengo odio al Córdoba, al revés, yo estoy encantado de que el Córdoba gane y le vaya genial, pero cuando te hacen daño, joder, eso duele. Y más en tu casa. Entonces, lo he pasado muy mal y ya está. Es una etapa que no se la deseo a nadie, porque el fútbol es lo que más me gusta. Este año podría haber seguido en Ibiza trabajando en el club, que me ofrecieron la oportunidad, pero me gusta jugar y para mí es lo más bonito. Respeto todas las parcelas del fútbol, pero para mí la más bonita es jugar y en aquellos entonces dudé si irme a la Inda y seguir jugando o no jugar más... Al final vino el Ibiza y encontré allí la felicidad, pero lo que yo he pasado en Córdoba no se lo deseo a nadie. Y no le tengo ningún rencor al Córdoba, porque el escudo no tiene culpa de eso.
P. Bueno, me gusta pensar que no todo fue negativo. Al final, el Córdoba CF es mucho más que eso, y te he llegado a escuchar decir que mereció la pena esa etapa por el hecho de poder jugar en El Arcángel.
R. Pues supuesto, yo por jugar un minuto en El Arcángel, por escuchar el himno del Córdoba, que cuando he venido de rival lo escuchaba y se me ponía el vello de punta. Yo por jugar un minuto en El Arcángel hubiera sufrido otra vez lo que he sufrido veinte mil veces. Yo me he criado allí en la Ciudad Deportiva, en los campos de tierra y cogiendo el autobús para ir a entrenar y demás. Para mí eso era un sueño, o sea que volvería a pasar por todo solamente por jugar un minuto. Por debutar y ya está.
P. Dejando a un lado todo lo extradeportivo, en lo futbolístico es de sobra conocido que cada año fue a peor hasta el descenso de categoría. No sé si tienes esa espina clavada o sientes que le debes algo al Córdoba.
R. Yo di todo lo que tenía. Me quedaban partidos por jugar, y hay mucha gente que dice: bajó el equipo y abandonaste. Yo no abandoné. Yo tenía una clausula para renovar por partidos y no se me puso para que no la cumpliera. De hecho, si bajaba a Segunda B, se me bajaban las cantidades, o sea que si hubiera jugado los partidos que estaba claro que el equipo iba a descender, hubiera seguido en Segunda B. Es más, luego voy a un Segunda B, o sea que no es que...
Pero bueno, espina no sé. Está claro que cuando desciendes por primera vez en tu carrera, eso no se olvida. Y más en tu casa. Pero bueno, ya está, surgió así. Yo tengo la conciencia tranquila de que di todo lo que me dejaron dar.
En mi último año en el Córdoba la ambulancia vino tres veces a mi casa
P. ¿Cómo has visto la evolución del equipo desde entonces?
R. Lo he seguido bastante, porque el año pasado, como estaba en Segunda B y demás, bueno no, el año anterior, que pensaba si nos podíamos cruzar en play off, pero al final no hicieron play off. Creo que fue el año más difícil de toda la Segunda B, que podías bajar dos categorías de un plumazo. Ahora parece que han encontrado la estabilidad con gente seria trabajando, y por suerte van pasito a pasito creciendo, y este año creo que se han paseado. Me quedo más con cómo lo han logrado que lo que han logrado.
P. Todo lo que pasó ya es agua pasada y sin duda estos tres años en Ibiza han permitido olvidar todo eso. A día de hoy, ¿en qué momento te encuentras?
R. Bien, con muchas ganas de seguir jugando. Si es que cuando acabas una temporada que juegas 25 partidos, tienes buenas sensaciones. Es verdad que pasé el virus dos veces y luego tuve una lesión muscular producida por un golpe, que al final es una anécdota, y bueno, con ganas de imaginar ya otro estadio y otra afición a la que le guste Javi Lara. Esa es mi idea.
P. ¿Tienes ya nuevo desafío marcado?
R. No, escuchar a todo lo que vaya llegando, ya sea aquí o fuera y ver si hay algo que me despierte la ilusión y no pueda decir que no.
P. La última. Por supuesto, no voy a ser yo quien ponga fecha limite a tu carrera. Pero no se si has llegado ya a valorarlo, en tu vida, después del fútbol como jugador, habrá más fútbol o te marcas un camino distinto.
R. Yo creo que sí. Este año, ya te digo, tuve la oportunidad de seguir en Ibiza allí en la dirección deportiva. Y pienso que sí porque mi vida es el fútbol. Todo el mundo sabe que me encanta, veo todas las divisiones. Tercera División, Segunda B, el extranjero. Estoy siempre viendo partidos, viendo jugadores y pienso que sí. No sé a qué parcela me dedicaré, pero pienso que sí estaré vinculado al mundo del fútbol. Y luego, no sé tampoco dónde voy a vivir, si hay aquí o en otro sitio, depende. Yo siempre digo que mientras la pelota vaya rodando, seguimos detrás de ella.
No tengo rencor al club, pero lo que pasé en el Córdoba no se lo deseo a nadie
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