N&B
Fabio Alvira: “Cada día hay menos niños que quieran ser porteros”
Un portero de época, histórico. Uno de los más grandes de España. Internacional absoluto con la selección española, múltiple ganador de la Supercopa de España, de la Copa del Rey, y con varios subcampeonatos de la Liga Nacional de Fútbol Sala en su palmarés. Algunos lo llaman Súper Fabio. Otros, capitán. Llegó al Córdoba Patrimonio de la Humanidad en el verano del 2022 y, desde entonces, sus actuaciones han encandilado al Palacio Municipal de Deportes de Vista Alegre. Ha brillado con luz propia sobre el parqué blanquiverde, tal y como ha hecho a lo largo de toda su trayectoria deportiva.
Fabio Alvira (Madrid, 1990) es uno de los baluartes del Córdoba Patrimonio de la Humanidad en la actualidad. A sus 33 años, el portero ha ocupado las porterías de los equipos más importantes de la élite del fútbol sala nacional. Cartagena, ElPozo Murcia y Jaén Paraíso Interior pudieron disfrutar de sus paradas antes de que recalase, de la mano de Josan González, en el conjunto blanquiverde, donde cumple esta temporada dos campañas con la zamarra blanca y verde. Así, sus estelares intervenciones, sus paradas de superhéroe, que bien le han valido el pseudónimo de Súper Fabio, también le han servido para ganarse la afición, convertirse en el capitán del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, y asegurar su presencia en la portería blanquiverde, al menos, hasta 2025.
PREGUNTA: Renovado el pasado 9 de enero. ¿Cómo te sientes?
RESPUESTA: Bien, muy contento y sobre todo agradecido al club por la confianza y la oportunidad de haberme ampliado un año más el contrato, cuando la verdad es que no soy joven como para seguir aumentándolo. Pero bueno, la verdad es que estoy muy bien y con muchas ganas de seguir aquí. Estoy seguro de que va a ser más de un año.
En Córdoba he vuelto a encontrar la felicidad que me faltaba en los últimos años
P. El contrato se amplía hasta 2025. ¿Consideras que ya es Córdoba tu casa?
R. La verdad es que desde el primer día me he sentido como en casa. Hacía mucho que no me veía en un club con ese sentido de pertenencia. He estado en varios equipos pero en este estoy identificado tanto con la ciudad como con el club y con la afición. Estoy muy contento.
P. Junto a ti renovaron también a Víctor. ¿Cómo llevas la competencia con él?
R. Es un chico que hace nada estaba jugando en Segunda B, y que ha pegado un salto tremendo. Además, es un chico que escucha lo que yo le puedo aportar, lo absorbe rápido y lo acepta, y creo que en un futuro va a ser un portero de equipo de equipo grande, y por qué no, ojalá internacional.
P. Se ha visto también esa alternancia que propone Josan en portería durante los partidos.
R. Al final es lo que siempre decimos: el nuevo futbol sala. Hoy en día el portero puede jugar con los pies, y no es que yo sea muy malo, sino que él -Víctor- es muy bueno. Al final, bueno, creo que se está haciendo bien, que estamos sorprendiendo, y creo que es una dinámica que se está llevando de una manera sana, siguiendo obviamente lo que el equipo necesite. Cualquiera de los dos tenemos que estar preparados, ya sea para jugar yo más minutos, o para jugar él más minutos. Quién esté más tiempo en pista es lo que decida el equipo y hay que aceptarlo.
P. ¿Qué te llevo a aceptar esa propuesta de Córdoba Patrimonio, allá por 2022?
R. Un punto importante fue que Josan estaba de entrenador. Cuando tienes varias opciones y ya conoces al entrenador de una de ellas y sabes lo que quiere ti, al final eso te hace venir. Además, creo que es un club que va creciendo cada año. Es verdad que siempre decimos que el objetivo es salvarse cuanto antes, pero tenemos mimbres y materia prima para que el club siga creciendo y, por qué no, en un futuro, poder hablar de que estamos entre los ocho primeros.
P. Una vez llegaste a Córdoba, ¿qué fue lo que más te llamó la atención del club?
R. Si te digo la verdad, la profesionalización que tiene. Vengo de otros sitios donde, realmente, los clubs son más grandes, y no hay ese nivel de profesionalización. Eso me sorprendió mucho. Y bueno, por no hablar de Vista Alegre. Me encanta. Tenemos un pabellón que es bastante bonito y todo genial. Tenemos además dos utilleros que nos ayudan con todo, tenemos preparadores físicos... creo que es un gran club.
P. ¿Debería de aspirar a más un club como este?
R. Bueno, hoy en día, solo son seis o siete equipos los que tienen como objetivo estar arriba. Para los demás equipos, el objetivo tiene que ser la salvación porque a partir del octavo está todo tan igualado que no puedes ponerte otras metas que no sean esa.
El objetivo principal es la salvación rápida y sin sufrir tanto como el año pasado
P. ¿Qué crees que le falta al equipo para seguir creciendo?
R. Al final, el mundo, la vida y todo funciona así. Dinero. El presidente hace un esfuerzo muy grande por tener jugadores y sueldos buenos, pero creo que en otros equipos, obviamente, hay más capital, más dinero. Eso es, al final, lo que falta.
P. Pero, incluso faltando ese dinero, calidad y experiencia hay.
R. Se ha hecho un grupo bastante bueno. Es verdad que, al principio de temporada, mirábamos los fichajes, mirábamos los nombres, decíamos, 'uf'. Pero, siempre lo diré, el primer día, en el primer entrenamiento, hablé con Josan y con su gente y les dije que teníamos potencial porque los jugadores que habían venido son muy buenos. Al principio, como es lógico, faltaba un poco de adaptación para todos porque había gente de Paraguay o de Ucrania, pero se han adaptado bien. Es un grupo muy sano y creo que el nivel es alto. Estando todos, tenemos unas capacidades bastante altas.
P. ¿Como es la convivencia con tanta nacionalidad en el vestuario?
R. Esto es así. Yo vengo de equipos en mis anteriores etapas donde había, no sé si eran, nueve brasileños y cuatro españoles. Al final es cuestión de convivir. Son culturas distintas, pero también es verdad que son culturas compatibles. Tenemos un tailandés -Muhammad- que nos habla en inglés, y desde el primer día está súper adaptado, y un ucraniano que cuando vino no sabía ni decir 'hola' en español, y el tío ya se hace entender. Al final es querer adaptarse, que eso también es importante, y la gente que ha venido ha querido adaptarse rápido y creo que se ha hecho un grupo bastante bueno.
P. ¿Dónde marcas la meta para este año?
R. Es verdad que hay que tener ambición. Habrá otro que te diga que no, pero para mí el objetivo es salvarse cuanto antes. No tengo ningún tipo de duda. A partir de ahí, ya una vez salvados, para mí, y ojalá sea así, el objetivo sería meternos en play off. Pero el objetivo principal, sin duda, es la salvación rápida y sin sufrir tanto como el año pasado.
P. El año no pudo empezar mejor, en liga, con ese 7-2 ante Noia.
R. Sobre todo porque ese partido es un enfrentamiento directo. Ya le ganamos a su casa, le ganamos ahora y tenemos el gol average y el enfrentamiento directo. Era un partido muy importante para ganar, imprescindible. Creo que si hubiésemos perdido, hoy estaríamos hablando de estar en el barro por el descenso. Ahora lo vemos lejos, aunque es verdad que con dos partidos malos te puede volver a meter. Pero fue un partidazo. La afición respondió, nosotros respondimos y la verdad es que estamos muy contentos por esa victoria, porque creo que fue bastante importante.
P. Contrasta mucho con esa derrota posterior en Copa del Rey que hace que ese sueño se esfume
R. Bueno, al final es un partido que te pones 2-0, creo que tuvimos momentos para matarlo, no lo matamos, y el futbol sala y el deporte es así. Cuando tú no aprovechas la oportunidad, habrá otro que la aproveche. Ellos la aprovecharon completamente, en un momento que no supimos controlar, y lo que más me duele a mí, personalmente, es que quizá fuimos nosotros los que no supimos matar el partido y lo acabamos perdiendo nosotros mismos.
He sentido mucha presión siendo portero
P. Entrando en un bloque más personal, ¿cómo empieza Fabio en el fútbol sala?
R. Mi familia es toda de porteros. Mi padre ha jugado desde muy pequeño en la cantera del Real Madrid, hasta que cumplió los 19 años. Mi hermano era portero de fútbol sala, y es la figura que yo más admiro. Él era portero y empecé yo entonces. Fue él el que me empezó a entrenar, y empecé a jugar en el equipo de mi pueblo allí en Madrid, y hasta hoy, que ya han pasado unos cuantos años.
P. ¿Siempre fue fútbol sala?
R. Solo fútbol sala. Antes hacía taekwondo, y se me daba bastante bien, pero llegó una época en la que coincidía con el fútbol sala. Tuve que elegir, empecé a jugar en fútbol sala, y por suerte elegí bien.
P. Siempre dicen que la de portero es la posición más difícil.
R. Sin duda. Es la más difícil, ya no solo por estar dentro de portería. Por desgracia, yo siempre lo digo, hay muchos niños que ya no van a querer ser porteros por las críticas que se reciben cada vez que hay un fallo del portero. Al final, el portero se equivoca lo mismo que un jugador, lo que pasa que no tiene a nadie detrás. Es una posición dura. A mí, hasta hace unos años, me costaba mucho asimilar el error porque, cuando ocurre, escuchas muchas cosas. Es algo que tiene que mejorar mucho, sobre todo para los niños, porque yo creo que cada día hay menos niños que quieran ser porteros.
P. ¿Crees que el deporte es injusto?
R. Sí. A ver, muchas veces es injusto y otras veces es justo, pero es cierto que muchas veces uno trabaja y está preparado para ello y un pequeño error a lo mejor ya te condena. Pero bueno, no es solo en el deporte, sino en la vida en general. La vida es así.
P. ¿Has sentido alguna vez presión en el fútbol sala?
R. No. Por parte de mi familia no. A mi padre es verdad que le gustaba verme, pero tampoco me ha dicho nada nunca, y mi hermano simplemente me entrenaba. Pero sí he sentido mucha presión siendo portero, sobre todo en la época de ElPozo Murcia. Era una época donde jugaba por títulos, y la verdad es que hay que saber llevarla porque es complicado. Yo llevo mucho tiempo ya en Primera División y ya me acostumbrado, pero al principio me costaba un poquillo.
P. ¿Cómo de importante crees que es la salud mental, la psicología, en un deporte como el fútbol sala?
R. Creo que es imprescindible. Ya te digo, yo tuve una época en la que quizá, con un mínimo fallo, ya me venía abajo y en ese partido ya no estaba bien. Con el tiempo he aprendido que te van a criticar, que va a cometer todo el mundo errores, y ya está. Hoy en día me meten un gol en el que podía hacer más, me levanto, me sacudo y para adelante. Pero es cierto que eso se coge o con el tiempo, o trabajando con psicólogos, que también es importante. Para mí es súper, súper importante, porque la posición de portero es muy complicada.
Te tienes que equivocar en la vida para aprender
P. ¿Alguna vez has trabajado con psicólogos en el tema del deporte?
R. Sí, sí. Empecé en la época de ElPozo, en una mala racha que pasé donde no estaba acertado y me costaba levantar cabeza, y a partir de ahí empecé a crecer. Hoy en día tenemos un psicólogo en el equipo que viene todos los días, y el jueves solemos hacer una sesión todos juntos. Creo que es un trabajo que no se ve, pero que también hay que valorarlo.
P. También es importante esa figura de los entrenadores en las categorías base, sobre todo con los más jóvenes.
R. Muchas veces ves vídeos que se hacen se hacen virales por entrenadores que están gritando a niños de 10 años, de 11 años, cuando han perdido un partido. Yo siempre lo digo, hasta cierta edad, hay que aprender, hay que enseñarles a jugar para disfrutar. Luego, ya llegas, por ejemplo, a juvenil, y ahí sí que te enseñan ya a jugar de verdad y a ganar, porque ahí es donde se va a marcar el si vas a llegar a ser profesional. Pero siendo niños, lo importante es que se diviertan, que les guste, que tengan ganas de ir a jugar todos los días.
P. ¿Cómo recuerdas tú esa etapa de niño, esos primeros partidos?
R. Yo la recuerdo, sobre todo, feliz. La recuerdo feliz porque era jugando con mis amigos del pueblo, y daba igual si ganamos perdíamos. No sé. Era muy bonito porque estaba con mis amigos. Luego ya recuerdo cuando ficho siendo cadete por un equipo ya más serio, que era la mejor cantera de España por aquél entonces. Pero es lo que te digo, en cadete aún no te obligaban a ganar. Te obligaban a jugar bien, a disfrutar. Luego, a partir de juvenil, ya obviamente hay que disfrutar y divertirse, pero sobre todo ganar. Están formando jugadores para que, en un futuro, sean profesionales.
P. Precisamente tengo aquí apuntado que fuiste doble campeón de España en la etapa de juveniles.
R. Tres. Tres seguidas fueron. Nos juntamos una generación de amigos, y muy buenos, en la UD Las Rozas Boadilla. Los tres años de juvenil fuimos campeones de España ante ElPozo, un equipo que, en aquella época, pagaba a los jugadores aunque fusen juveniles. La recuerdo como una época increíble porque éramos amigos desde cadetes hasta nuestro último año de juveniles. Conseguimos algo que creo que nadie ha hecho, a excepción del FC Barcelona, que es ganar tres títulos seguidos. Muy feliz porque esa época la recuerdo muy bien. Sergio Lozano, Carlos Ortiz, Mario Revilla... jugadores que hoy en día son internacionales y Campeones de Europa.
P. ¿Qué aprendiste de aquellos años?
R. La convivencia con los compañeros, sobre todo en los Campeonatos de España. En esa época también hay jugadores que ya empiezan a jugar menos, y ya te empiezan a enseñar la realidad de que muchas veces no vas a jugar. Eso te hace crecer.
P. Hubo varios descensos por impagos, ¿no?
R. Sí. De repente fue la crisis de la construcción, y entonces ese equipo desapareció. Yo terminé mi etapa de juvenil y ya me fui directamente a Cartagena. El último año, el tercero de juvenil, estábamos en Pinto. Ese año alternaba Pinto, que era el primer equipo, con Las Rozas Boadilla, que era mi equipo de juveniles.
Me hubiese gustado despedirme de ElPozo con una liga
P. Pinto fue, precisamente esa temporada, el equipo revelación.
R. Llegamos a semifinales. Fue un equipo que se hizo de gente que no estaba en clubes punteros, y la verdad es que se hizo un equipazo. Yo era juvenil y jugué cuatro o cinco partidos, no más, pero se hizo un equipazo, llegamos a semifinales contra Inter Movistar, y ganamos uno, perdimos otro y el tercer partido lo perdimos, pero fue increíble.
P. ¿Cómo fue aquél debut?
R. Debuté en el Palau Blaugrana contra el Barça. Lo tengo siempre en la memoria. Me acuerdo que mi entrador, Luis Fonseca, estaba sancionado y estaba el segundo entrenador, David Ramos, que es hoy en día el entrenador de Valdepeñas. Me preguntó que si me apetecía jugar, y le dije que me pusiese. Obviamente era broma, estaba previsto ya que jugase, me pusieron, y la verdad recuerdo ver el Palau, yo con 17 años, y todo increíble, la verdad. Fue un día muy bonito.
P. ¿Algo de lo que te arrepientas o quisieras olvidar de esos primeros años?
R. Bueno, quizás no le daba la importancia que debía a esto. Después de ese partido estuve dos sin jugar, y el siguiente que juego es ante ElPozo. El día de antes salió la PlayStation 3, y estuve jugando toda la noche, casi sin dormir. Me pusieron a jugar contra ElPozo, que en ese momento era el mejor equipo del mundo, me tiraron siete tiros a portería y me metieron nueve goles. Eres un chaval, al final también te tienes que equivocar en la vida para aprender.
P. ¿Cómo fue aquél salto a la élite con Cartagena?
R. En aquella época tenía muchas opciones para jugar, tanto en Primera como en Segunda. El entrenador que tenía yo desde cadete se fue a Cartagena, me llamó y no dudé ni un segundo. Recuerdo llegar a Cartagena, una ciudad muy bonita, y fueron tres años buenos. Por desgracia se descendió el último año. Se hizo un mal equipo, había muchos impagos, y lastimosamente el equipo descendió.
P. ¿Cómo se vive un descenso?
R. Es duro. Hay una cosa que tiene Cartagena, que es su afición. Es una afición que nunca nos abandonó. Nos jugábamos todo contra Lugo, en un partido en casa en el que el que perdía, descendía. Perdimos y vimos el pabellón lleno, gente llorando, y fue muy, muy duro.
P. Jaén, ElPozo, Cartagena, Palma. Has estado en los equipos más punteros de España. ¿Con qué te quedas de cada uno de ellos?
R. De Cartagena, sobre todo, con la oportunidad que me dieron de jugar en Primera División y hacerme un nombre. De ahí me ficha ElPozo, que es el mayor golpe que he dado en mi vida. Yo tenía firmado un contrato con Segovia, pero ellos ya no podían pagarme, el contrato se rompe, me llaman y son siete años maravillosos: títulos, el nacimiento de mi primera hija, la ciudad... Fueron épocas bonitas, pero pudo ser mejor. Tuvimos la opción de ganar muchos títulos pero los perdimos, muchas veces justamente pero otras injustamente. Luego estoy un año en Jaén, estuve bien, pero fue el año de la pandemia y tampoco pude disfrutar mucho. Jugamos la Copa de España, la perdimos faltando 17 segundos en el primer partido... Bueno, fue un año de transición.
A partir de ahí, ya me voy a Palma, que es un equipo muy grande, donde yo tenía claro que quería ir desde el primer momento en el que contactan conmigo. La lástima es que llegamos a la final de liga y Supercopa y las perdimos las dos. Fue un sitio donde estuve muy feliz, también recuerdo el nacimiento de mi segunda hija allí, tuve que irme por circunstancias, y ya está. Luego vine aquí, a Córdoba, y aquí he vuelto a encontrar la felicidad que quizás me faltaba en los últimos años.
En la primera llamada de la selección les pregunté si me estaban vacilando
P. ¿Cuál es el recuerdo más especial que tienes?
R. Uno, obviamente, es la llamada de la selección, de Venancio. Yo pensaba que era una broma, y al final se enfadó y todo y me echó la bronca. Escuchar el himno, con la camiseta de la selección, jugar con esa camiseta, ese es uno. Y luego, la llamada de ElPozo, que fue el punto más importante de mi carrera porque fue el paso para estar entre los mejores.
P. ¿Cómo te pilló aquella llamada de Venancio para ir a la selección?
R. Justo era la convocatoria previa al Mundial. Querían dar a un descanso, creo que era a Juanjo. Cuando a mí me llaman para ir a la selección, yo les dije que era imposible, que la próxima convocatoria era la del Mundial y que no me iban a llamar a mí entonces, siendo mi primera vez además. Les dije que, si me estaban vacilando, no tenía gracia. Era Venancio, que es un tío que tiene mal genio, y me acabó echando la bronca. Lo recuerdo muy feliz.
P. 2012, primera Supercopa. ¿Cómo se siente al levantar un título?
R. Fue además nada más llegar. Llegué ese año a ElPozo, ganamos a Barça e Inter, y fue pasar de un descenso a ganar un título. Fue un paso muy grande.
P. Repetiste en 2014, en 2016. La Supercopa es un poco tu competición fetiche.
R. Siempre lo digo, mi competición favorita es la Copa de España. Creo que es donde siempre ElPozo y yo hemos sacado nuestro mejor nivel, pero nunca le hemos echado los huevos para ganarla, porque la hemos perdido de muchas maneras. En penaltis, en el último segundo, de paliza, siendo superiores... Hemos coincidido ante el mejor Barça de la historia, contra el mejor Inter, y es complicado.
P. También ganaste Copas del Rey en 2016, 2017. ¿Se te queda alguna espinita clavada?
R. Ligas es verdad que las hemos tenido más complicadas. A cinco partidos, ante Barça o Inter, eran eliminatorias muy duras. Recuerdo la última, en la que yo realmente ya ni contaba para ElPozo, en una época en la que el club decide prescindir de mí y estoy unos meses sin jugar, y recuerdo que llegamos al quinto partido y teníamos todo para ganar. Tuvimos dos oportunidades para ganar en casa la liga, las desaprovechamos, y fue muy duro porque, aunque no hubiese jugado, me hubiese gustado despedirme de ElPozo con una liga que creo que, tanto el club como yo, después de tanto tiempo, nos merecíamos.
P. ¿Cómo es para un jugador estar tantos meses sin jugar?
R. Fue duro. Tenía un año más de contrato incluso, pero llegó un entrenador al que no le gustaba, y decidió que no iba a continuar en el club. Fue duro porque para rescindir el contrato, tenían que pagarme, ellos querían que me fuese gratis, y fue duro. Es una situación en la que no sabes qué has hecho mal para no jugar. Empecé jugando todo de titular, hasta que un día hubo problemas, y fueron cinco o seis meses en los que no conté para nada para el entrenador, solo para entrenar. Si se lesionaba el portero, creo que ponía un jugador de portero. Fue bastante duro. De ahí me fui a Jaén, quería un año jugar sí o sí, Jaén me daba la opción, y creo que decidí bien, y a partir de ahí mi carrera subió para arriba.
El fútbol sala está evolucionando mal
P. Jaén, pandemia, entrenamientos en casa, pabellones vacíos... ¿Cómo vive un futbolista esta situación?
R. Yo recuerdo que se jugó la Copa de España en el Martín Carpena, que perdemos quedando 17 segundos. Fue llegar a Jaén y, a partir de ahí, se confinó todo el mundo. Fue duro porque dejas de cobrar, eso lo primero. Sé que aquí, en Córdoba, por ejemplo, no dejaron de cobrar, pero nosotros allí en Jaén sí. Lo hicieron bastante mal y la verdad es que lo recuerdas mal por todo lo que pasó. Luego ya me fui a Palma, y era triste. Ibas a cualquier pabellón, y no era competición. Recuerdo ir a Valdepeñas, no haber nadie, y en un Palma-Valdepeñas quedar 0-0. Pero bueno, era lo que se necesitaba.
P. ¿Qué diferencias has notado entre todos los clubes que has estado?
R. Quitando ElPozo, que por todo lo que tiene y todo lo que es, es superior, la única diferencia que hay entre, por ejemplo, Córdoba y otros equipos es el tema económico. Lo demás es igual. Aquí tenemos dos utilleros increíbles, tenemos preparador de porteros, preparador físico, ropa que está bien. Es lo mismo todo. La única diferencia que puede haber con otros clubes es el tema económico, que es donde ellos tienen más dinero y te van a pagar más.
P. ¿Cómo ha evolucionado el fútbol sala en estos años desde tu punto de vista?
R. Yo lo llevo viendo y jugando muchos años, y yo creo que para mal. Creo que el fútbol sala está evolucionando para mal. No puede ser que un partido de fútbol sala termine 2-1. Cuando veo los resultados, me sangran los ojos. Antiguamente el fútbol sala era un 5-8, un 9-4. Ahora ves que es más defensivo, que se prioriza más lo físico que jugar al fútbol sala realmente. No critico que lo hagan, las normas que hay hoy en día son así. Hemos quedado primeros de liga empatados con el Barça porque jugábamos muy bien, pero lo importante era la defensa. Es lo que no me gusta del fútbol sala. Obviamente, el tema del portero de hoy en día no me gusta. Entiendo que hay que hacerlo, porque sino te quedas cojo, pero yo cambiaría muchas normas. No me gusta que el portero salga del área, no me gusta que se saque con el pie. Son cosas que van perdiendo espectáculo y, a mí, no me gusta.
P. ¿Qué normas cambiarías?
R. Hay muchas. Antes había una norma que cuando el portero sacaba, el balón no podía pasar de campo si no botaba antes. Recuerdo ver a los mejores porteros del mundo que su saque era increíble, botaba y les caía directamente a los jugadores. Es algo que a mí no me gusta tal y como está ahora. Se van cambiando las normas y llegará un día en el que se carguen el fútbol sala de verdad. Se ha perdido mucho espectáculo.
P. ¿Cómo ha sido tu adaptación a estos cambios? ¿Ha sido difícil?
R. No porque me pilló joven. Este del pie sí que me está costando más. He mejorado mucho, puedo subir y jugar el balón, pero no es mi especialidad. No quiero que, realmente, se me reconozca por ser un portero que juega con los pies. Me gusta más un portero tradicional. Muchísimo más. Para mí el mejor portero de la historia es Luis Amado. El otro es Paco Sedano. Y son porteros que, con los pies, no eran malos, pero que aún así son los mejores de la historia. Prefiero un portero al uso.
P. De nuevo en Córdoba, ¿hay algún torneo que eches de menos?
R. Lo hablaba el otro día. Llevaba 12 años seguidos jugando la Copa de España. No jugar la Copa es algo que me da un poco de pena, pero sabía también dónde venía y que iba a ser muy complicado poder jugarla. Pero estoy seguro de que antes de que me vaya de aquí, una Copa de España voy a jugar con Córdoba seguro.
Antes de que yo me vaya, Córdoba va a jugar una Copa de España
P. ¿Cómo es el vestuario?
R. Es un grupo peculiar. Tenemos siete brasileños, dos paraguayos, un ucraniano, un tailandés. Se ha formado un grupo increíble desde el primer día, siempre estamos de broma y haciendo el tonto, y creo que el equipo, aunque podría haber sido incluso mejor, ha crecido mucho y ha hecho que estemos donde estamos. Tenemos gente graciosa como Lucas -Perin- o Muhammad, que parece que no habla pero engaña. Todos, todos. Estoy muy contento con cómo se ha formado y se ha adaptado la gente.
P. ¿Cómo llevas el dar tantas despedidas año tras año? Suena mucho una posible salida de Perin.
R. Al final, es deporte de alto rendimiento, profesional. Hay que saber que hoy estás aquí y mañana estás allí, esa es la vida de un deportista y de un jugador de fútbol sala. En el fútbol sí que, quizás, hay contratos más largos, pero aquí, en fútbol sala, son contratos de dos o tres años. Y ya está, es ley de vida. No sé si Lucas seguirá o se irá, ahora hemos visto que Joaquín se va, que es un chico excepcional, un ejemplo de compañerismo y de todo, pero bueno, al final no ha salido bien la cosa y ya está. Te tienes que ir y no pasa nada. Yo estuve en un sitio siete años, como es ElPozo, y llega el momento en el que te tienes que ir.
P. Con el peso que tienes por ser capitán, ¿realmente puedes influir en algo en esto?
R. No, no. Al final yo soy más tipo padre para ellos que otra cosa. No tengo esa potestad. Soy más, bueno, gestor de grupo, capitán, un tío que tiene mucha experiencia, que ha convivido con muchos tipos de persona, buenas, malas, más o menos graciosas, y al final mi experiencia creo que puede aportar mucho al grupo.
P. ¿Qué supone para ti ser capitán del Córdoba Patrimonio?
R. Para mí es, primero, un orgullo, porque hay gente en el vestuario que lleva más tiempo que yo y, que se haya apostado por mí, es un orgullo. Tengo que estar agradecido. La verdad es que muchas veces es cansado porque tienes que estar pendiente de muchas cosas, pero eso, creo que mi experiencia puede ser buena para el grupo y, aunque muchas veces parezca el padre de algunos, estoy muy contento. Llevar un escudo como el del Córdoba aquí, en el brazalete de capitán -se señala el brazo-, para mí es una de las mejores cosas que me han pasado en mi carrera.
P. Y Josan, ¿cómo es dentro del vestuario?
R. Depende, va por días -ríe-. Josan es un tío bastante amable y simpático. Como entrenador tiene que poner las cosas en su sitio, pero llevo muchos años con él y es un tío con el que pocas veces vas a tener un problema grave.
P. ¿Crees que este equipo tiene algún límite?
R. A ver, obviamente no te voy a decir que tenemos mimbres para terminar primeros, segundos o terceros. Pero estar entre los ocho o seis primeros creo que se podría conseguir, pero, siempre lo digo, primero la salvación, sin ningún tipo de duda.
Ser capitán del Córdoba Patrimonio es una de las mejores cosas de mi carrera
P. 33 años para 34, ¿hasta cuando se ve Fabio jugando a fútbol sala?
R. El otro día lo hablaba con mi mujer, justamente. Hasta los 42 años espero no retirarme. Me siento perfecto. Obviamente, la edad hace que la recuperación me cueste un poco más. Pero me siento mejor portero que cuando tenía 25 años, y me siento mejor que en aquél entonces. Mi objetivo es llegar hasta los 41, 42 o incluso 43 si pudiese ser. Todavía veo la retirada muy lejos. Creo que todavía tengo nivel y cosas para seguir jugando mucho tiempo.
P. A ese Fabio que estaba empezando, aparte de que no jugase tanto a la Play, ¿qué le dirías?
R. Muchas cosas -ríe-, muchas cosas. Primero, que se cuidase un poco más, sobre todo en el tema de alimentación, que es algo que en esa época no le das importancia y ahora le tienes que dar más. Y luego, que pasase de la gente cuando lo criticasen y fallase, y que mirase siempre hacia arriba.
P. Y, después, ¿qué?
R. Es una pregunta que te sueles hacer. El año que viene quiero estudiar, sacarme algún ciclo formativo, y como todo hijo de vecino, a trabajar.
P. No te gustaría entonces seguir ligado al fútbol sala, como entrenador o preparador de porteros.
R. A ver, eso es como todo. Si yo me retiro y me viene un equipo y me ofrece equis para vivir y tal, pues sí. Pero mi idea es que son muchos años ya, y realmente yo no tengo ese alma de entrenador. Quizás sí que me gustaría más el tema de entrenador de porteros, pero yo no tengo eso dentro, como tienen otros jugadores, que son realmente como mini-entrenadores dentro de la pista. Sinceramente, no me llama mucho el tema de entrenar.
P. El fútbol sala profesional, ¿quema?
R. Sí, suena mal, pero sí. Hay momentos en los que sí. Sobre todo, yo ya me he dado cuenta de que, con la edad, lo que más me pesa es el tema de los viajes, el tema de pegarte diez horas en el autobús para hacer el mismo viaje. Llevo catorce años ya. Pero cuando estás así, piensas en estar trabajando así, cuarenta años, en una obra, y te das cuenta de que somos unos privilegiados. Al final no es que queme, es que como somos muchas veces egoístas, no sabemos lo que tenemos. Por suerte, hacemos lo que más nos gusta, que es jugar al fútbol sala, y somos unos privilegiados.
P. Y a nivel personal, ¿qué objetivos te marcas a corto plazo?
R. Yo creo que todavía tengo nivel y cualidades para volver a estar entre los mejores y, por qué no, estar otra vez jugando por cosas importantes.
Espero no retirarme hasta los 42 años
P. Un quinteto de tus mejores compañeros.
R. A ver, en la portería, tengo dos: Rafa, el portero que estaba conmigo en ElPozo, y Carlos Barrón, cordobés, que son dos compañeros excepcionales de portería con los que he competido y aprendido mucho. Luego, en el cierre, te pondría a Kike Boned, porque fue la primera imagen que tuve yo de un jugador top en mi vida. Es un tío increíble como jugador. En el ala derecha pondría a Miguelín, con el que he estado siete años más otro año aquí en Córdoba y he visto cosas increíbles. En el ala derecha te pondría a Pito o a Perin. Son dos jugadores increíbles, con una calidad suprema. Y, por último, de pívot pondría a Álex Yepes, que es un tío con el que discutía mucho cuando estábamos juntos en ElPozo, pero como jugador era increíble.
P. ¿Y de rivales?
R. Como portero, no he jugado mucho contra él, diría que Luis Amado, que para mí es el mejor portero de la historia con diferencia, o Paco Sedano. De cierre pondría a Rafael, que es un tío que en la época de Ricardinho, era igual de importante que él. Luego, en el ala, el propio Ricardinho, que es el mejor jugador que yo he visto y que he jugado contra él. En el otro ala me decidiría por Diego, porque lleva diez u once años en el Barça siendo el mejor. Y luego, de pívot, es evidente que es Ferrao. Cuando he jugado contra él tenías que estar pendiente de todo porque te sacaba tiro en un milímetro. No he visto nada parecido, algo tan peligroso como él sin tener espacio.
P. ¿Y cómo era defender a Ricardinho? Tenía que ser frustrante.
R. Recuerdo partidos que, a lo mejor, se ponían perdiendo, y él decía que le diesen la bola a él. Me acuerdo de una final de liga, que yo me lesioné el partido anterior, pero que habíamos ganado 7-2. Les empezamos ganando, metimos gol, y Ricardinho dijo: 'tranquilos, dadme el balón a mí'. Nada más sacar de centro, gol. Dos jugadas después, gol. El partido empatado y para casa. Se ponía los hacks, estaba 'chetado'. Era demasiado bueno, la verdad.
P. Para ir terminando, las dos últimas. ¿Algún deseo que te quede por cumplir?
R. Sí, claro. A nivel deportivo, ganar un título más. Me gustaría ganar un título más, pero siendo realistas, hoy, sería jugar una Copa de España o unos play offs con el Córdoba.
P. ¿Y un último mensaje, ahora que has renovado, para la afición del Córdoba?
R. Está demostrado. Este año el pabellón está claro que no está como quisiéramos todos, pero se ha demostrado que, cuanto más gente venga a apoyarnos, mejor resultado damos. Solo hemos perdido un partido aquí en casa, contra Inter. Lo demás, obviamente hemos tenido partidos que no hemos estado bien, pero solo hemos perdido un partido. Entonces yo solo pido que, para la segunda vuelta, ya lo dije al principio de temporada, si estamos juntos, nosotros no vamos a defraudar. Habrá partidos que sí, eso es como todo, pero quiero que haya más gente en el pabellón, y nosotros nos dejaremos el alma por este escudo y por ellos, sobre todo, que son el principal activo de este club.
Todavía tengo cualidades para volver a estar entre los mejores
0