Carmen Arias: “La sanidad privada no tiene infraestructura para sustituir a la Atención Primaria”
María del Carmen Arias Blanco (Villaralto, 1962) es desde primeros de noviembre de 2021 la presidenta del Colegio de Médicos de Córdoba. Es la primera mujer en conseguirlo no sólo en la capital, sino también en Andalucía. En una profesión profundamente feminizada han hecho falta 122 años para que una mujer ocupe un cargo de esta responsabilidad.
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y lleva más de 33 años desarrollando su profesión en la provincia. Desde hace cuatro años ejerce en Villaharta, un pequeño municipio de Córdoba, prestando una Atención Primaria (AP) mucho más cercana de la que suele darse en entornos urbanos. Esta característica propia de la Medicina de Familia, unida -todo hay que decirlo- a unos recursos nada boyantes en las zonas rurales, hace que los médicos de los pueblos sean profesionales polifacéticos y no les quede más remedio que responder a la mayoría de las demandas clínicas que se les presentan.
Tan solo un día después de esta entrevista, la Junta de Andalucía rectificó una de las órdenes más polémicas que se recuerdan en la sanidad pública andaluza: concertar la Primaria. En el texto original, el Ejecutivo andaluz no introdujo ninguna matización al respecto. Las críticas no se hicieron esperar. Este jueves, el Gobierno autonómico limitó los efectos de la orden para que solo se utilicen los recursos de la sanidad concertada en los centros de salud “cuando la presión asistencial sea más elevada”. Pero, ¿qué es elevada? ¿Cuál será la ratio que llevará a la Junta a concertar la Primaria? ¿Durante cuánto tiempo? Aún sin saber que se produciría esta rectificación, Arias asegura en esta entrevista que la medida se aplicaría únicamente, y a su entender, en situaciones de colapso en los centros de salud.
Pero, ¿ese es el camino que debe seguir el sistema sanitario pública andaluz?
PREGUNTA (P). ¿Siempre le ha gustado la medicina rural?
RESPUESTA (R). Siempre. Soy persona de pueblo, de Villaralto. Allí no se va de paso, tienes que ir. Tuve que salir de mi pueblo en octavo de EGB porque si no no había otra manera de seguir estudiando. En mi decisión influyeron también esas vivencias que he tenido allí y lo dije en el pregón de las fiestas: las vivencias de infancia hay que tenerlas. He estado nueve años de profesora de facultad a tiempo completo. Ahora soy profesora asociada. Hice Medicina Nuclear y conozco cómo se trabaja en un hospital, pero en mi tiempo, las plazas de Medicina Familia y Especialidades iban separadas y había una única plaza para Familia. Fui a por ella, hasta ese punto me gusta. Además Villaharta está equidistante de Córdoba y Villaralto.
La medicina rural es de valientes
P. ¿Fue la primera médica en la familia?
R. Sí. Soy hija única pero mis padres siempre me han dado rienda suelta. Cuando estaba en el instituto salió una propuesta para viajar a Inglaterra y me fui. Yo todo lo traía hecho y se lo planteaba a ellos, además de que tenían mucha confianza en mí. Desde pequeña vieron que me gustaba la Medicina. En ningún momento ha habido cortapisas por su parte, que estudiase lo que quisiese.
P. La sanidad andaluza está siendo actualidad en estas últimas semanas a raíz de la Orden aprobada por la Junta de Andalucía de concertar la Primaria. ¿Qué le ha parecido?
R. Creo que no es así. Simplemente se deja la puerta abierta por si hubiera que concertar algo en un momento puntual y han puesto unos topes de precios por si fuera necesario. Eso se viene haciendo con otro tipo de especialidades, como las intervenciones de cataratas. Entiendo que se ha dejado abierto por si en un momento determinado hiciera falta hacer uso de ello. En la AP, ahora mismo, se está dando cobertura con el esfuerzo de los profesionales, que se adaptan a lo que hay. No veo fácil que se pueda ampliar a la AP tal y como está. Creo que lo que han hecho simplemente por si hubiera alguna necesidad. No sabemos lo que nos espera, si otra pandemia u otra cosa. También se conciertan privados para la hospitalización. Creo que es algo de previsión.
P. ¿La solución no debería haber sido dotar de más recursos a la AP?
R. Sí, pero el principal recurso que falta son los profesionales médicos. Todo eso hay que andarlo. Tenemos una reunión la semana que viene. Una cosa no excluye la otra. Que tengamos ese recurso ahí por si fuera necesario no implica que no haya que seguir luchando por solucionar la falta de personal. No vamos a permitir que no sea únicamente para momentos puntuales y ya hay movilizaciones. Algo que se ha gestado con mucho esfuerzo como la AP no puede perderse y no te creas que no está muy lejos si no nos esforzamos. Seguimos batallando por los recursos y por una forma de trabajo que pueda permitir que la Primaria siga adelante. Lo que está claro es que la sanidad privada no tiene infraestructura para sustituir a todo el entramado enorme que supone la AP. No se ha planteado de esa manera porque no es fácil. La propuesta ha llamado mucho la atención, pero las reuniones que estamos teniendo no van en ese sentido.
P. No aparece así en el texto ¿Ha sido peligroso el simple hecho de haberla aprobado?
R. Puede ser, pero que haya un recurso más no es malo. No puedo decirte más. En un principio no lo veo como una amenaza conociendo la AP como la conozco, además de los recursos que tenemos. Hay unas limitaciones que hay que acatar, pero si esa opción está ahí para echar mano en un momento dado, no lo veo mal. No es una sustitución. Así no lo ves, ¿no?
En la Atención Primaria se está dando cobertura con el esfuerzo de los profesionales
P. Es un mal precedente. Hablamos del primer contacto que tiene el paciente con la sanidad pública. En ninguna comunidad autónoma existe una medida semejante.
R. Pero es para situaciones puntuales. Para operarse de cataratas, por ejemplo, hay hospitales privados que hacen esas cirugías y se conciertan al precio que se estipule. No tenemos centros de salud en la privada, por ejemplo, para que los médicos puedan ejercer. La infraestructura de la sanidad pública en Primaria no la tiene la privada.
P. Para llevar a cabo esta Orden, ¿se ha consultado a los Colegios de Médicos de Andalucía?
R. Sí. Para casi todo lo que hacemos está el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, entidad de la que soy la vicepresidenta segunda [La idea de crear este consejo surgió, precisamente, del Colegio de Córdoba, siendo presidente Eladio García]. Tenemos reuniones mensuales en las que estas cuestiones se ponen sobre la mesa. No es Córdoba la que tiene más centros privados: primero está Málaga y luego Sevilla. Es en el Consejo Andaluz donde se ponen en común tanto cuestiones de la sanidad privada como de la pública.
P. Le comentaba antes que tal vez la medida más oportuna habría sido dotar de recursos a la AP. Me hablaba de déficit de personal. ¿Cómo se está atajando esto?
R. Tenemos una Vocalía de AP que aborda estas cuestiones en Córdoba y en Andalucía. Estamos haciendo propuestas y nos hemos reunido y lo seguiremos haciendo con médicos de AP del ámbito urbano y rural. Ponemos en común las necesidades. No soy una persona de quejas y nunca lo he sido, al contrario, soy de ideas y de propuestas. La propuesta es que el trabajo del médico se rentabilice, que se dedique a lo que debe hacer. Si me paso todo el día haciendo justificantes de asistencia a consulta, que ya se puedem sacar por Salud Responde, pierdo un tiempo precioso que a lo largo de la mañana son muchos minutos. Es cierto que yo, al tener esa cercanía, hago mucha educación con la ciudadanía para que haga un uso responsable de los recursos. Por eso creo que la unidad administrativa se debe potenciar, que haya alguien detrás del teléfono que pueda ayudar al usuario. También es cierto que estos avances se están realizando, pero la persona debe tener un nivel competencial y en el medio rural hay mucha gente mayor.
Las tares administrativas ocupan mucho trabajo. Se va avanzando muy despacio y por eso no damos abasto. Los médicos rurales hacemos infiltraciones, cirugías menores, ecografías... Lo que echo en falta es tiempo para investigar porque yo también soy investigadora. Ese tiempo lo saco de mis tardes, de mis salientes, de mis fines de semana... Como lo que hacemos es vocacional, nos gusta y tenemos un compromiso elevado con la población... Pero hay momentos en los que dices: 'Ya está'.
P. ¿Esa vocación de servicio público le ha servido a la administración pública para ahogar a los sanitarios?
R. Sí, sin duda. No tenemos tiempo ni para protestar, solo para trabajar. Esta profesión es muy sacrificada. La vives con ilusión porque te gusta, pero sacrificas mucho.
No tenemos tiempo ni para protestar, solo para trabajar
P. El sindicato minoritario de médicos, de nueva creación, sigue de huelga mientras que la Junta consiguió parar in extremis el parón convocado por el Sindicato Médico Andaluz. ¿Qué le parece el acuerdo?
R. Insuficiente. Se acuerdan 35 pacientes pero cuando viene algún paciente urgente, lo ves. Tú no dejas a nadie y cierras la puerta, y en el medio rural, menos aún. Allí todos tienen nombres y apellidos y así se lo digo a mis residentes. Allí no es señor o señora, sino fulanito de copas. Si no te sabes el nombre, lo miras o le preguntas. Ese vínculo debe existir. Así que, lo primero, es que eso de 35 pacientes no se queda en esa cifra. La segunda parte del acuerdo es trabajar más tiempo para ganar, ¿el qué? La cuestión no es el dinero. Si terminas a las 15:00 y quien quiera continuar por la tarde, ¿cómo lo hace? ¿Come y vuelve? En la ciudad quizás puede ser más útil porque no hacen guardia, pero es que en cinco minutos no se puede ver a un paciente. Estamos asumiendo un riesgo muy grande.
P. ¿Por qué no se han ampliado esos minutos?
R. Porque habría que reducir el número de pacientes.
P. Pero lo que piden los médicos es más tiempo para cada paciente.
R. ¿Qué menos que diez minutos por paciente? En el medio rural sí te puedes permitir dedicar incluso media hora, pero ya vas de cabeza el resto del día. ¿Cómo no lo vas a hacer? En nuestra profesión te entregas y acabas agotado.
P. ¿El acuerdo ya ha entrado en vigor?
R. Creo que no, aunque las jornadas complementarias sí están ya en marcha, pero no tengo conocimiento de que ya esté en marcha al completo.
Se siguen aumentando las prestaciones sin que lo hagan los recursos materiales y humanos
P. La semana pasada también se produjo la modificación del Plan de Ordenación de Recursos Humanos del Servicio Andaluz de Salud mediante la cual se aprobaba la jubilación voluntaria de médicos hasta los 70 años. ¿Qué le parece?
R. Es que eso ya existía. Mi compañero de Obejo se ha jubilado a los 70, que ha estado haciendo guardias hasta el último momento. Si le hubiera pillado antes, incluso hubiera seguido, pero cuando se ha jubilado ha podido desconectar. También creo que nuestra profesión genera mono porque toda tu vida la has llenado con tu trabajo. Para quien se encuentre bien, lo veo estupendamente.
P. Previo reconocimiento médico, ¿no?
R. Sí. Aunque las jubilaciones están previstas a los 65 años, ante la necesidad de médicos que hay se planteó poder prolongar por años sucesivos hasta los 70. En cada una de esas prolongaciones hay que pasar un reconocimiento médico. Algunos médicos han batallado en seguir un poco más porque están saludables y tienen ganas, que es fundamental. En la privada no hay tope, puedes trabajar hasta cuando quieras. Médicos somos hasta el final de nuestros días.
P. La semana que viene se cumplen tres años del decreto del estado de alarma que llevó a España al confinamiento debido a la pandemia. ¿Cómo recuerda aquel 14 de marzo de 2020?
R. Fatal, muy mal. Los médicos nos encontrábamos absolutamente perdidos en todos los sentidos. Primero, porque desconocíamos el problema. Lo único que habíamos tenido fue el ébola y teníamos algún equipamiento porque no se había usado. Y pregunte si teníamos más. Estuve con Illa [Salvador Illa, ministro de Sanidad hasta enero de 2021] el 21 de febrero en el Parlamento y después empezaron a salir contagios y dije: ¿Me habré contagiado? La idea que teníamos era que una gripe muy contagiosa pero leve, pero aún así pregunté si teníamos equipamientos. Era una gripe leve pero desconocida. Yo siempre tengo mucho respeto a lo nuevo. No puedes hablar de una forma contundente cuando no hay evidencia científica. También es cierto que cuando ocurrió la gripe A nos pilló mal de vacunas, se sacaron muchísimas, después no fue tanto y hubo mucha pérdida de virales y recursos. Quizás con el covid estuvimos a verlas venir y nos dieron en el hocico. No teníamos mascarillas... Yo iba con mis bolsas de basura. Cuando los pacientes llegaban al consultorio primero le decíamos por el cristal que se prepararan para poder entrar. Fue horrible. Vino una persona de Madrid y fue directamente al hospital. Durante tres días fue a peor y se murió. Lo que teníamos era muy duro y no sabíamos cómo afrontarlo. Algunos pacientes fueron atendidos en casa. Tengo una residencia adscrita y ha pasado tres brotes y no ha fallecido ningún usuario. Lo hemos pasado fatal.
P. ¿Llegaba a casa con el miedo a contagiar?
R. En casa somos unos pocos sanitarios. Mis dos hijos lo son y mi marido tenía un negocio de hostelería y el 13 de marzo le dije que cerrara todo por lo que pudiera pasar. Tuvimos mucho temor ante el desconocimiento, pero ahora no es lo mismo, aunque no sabemos lo que nos vendrá. Cuando llegábamos a casa dejábamos toda la ropa fuera y hacíamos lo que podíamos. Mi hija es enfermera y estuvo un tiempo aislada porque estuvo trabajando en la planta covid del Hospital Reina Sofía y mi hijo es dermatólogo. Recuerdo que yo terminaba de ver a alguien y con un bote me echaba un poco de lejía diluida en agua.
Cuando estalló la pandemia los médicos nos encontrábamos absolutamente perdidos
P. ¿La pandemia ha sido la puntilla para la sobecarga laboral?
R. Sin duda. Además, asumiendo un riesgo enorme con la teleasistencia. La telemedicina es un riesgo enorme. No pasan más cosas porque Dios no quiere. Cuando estalló la crisis de 2008 fuimos nosotros los médicos los que asumimos esa gestión economicista y eso no es Medicina. Teníamos que gestionar porque había que ahorrar. En el medio rural no había ambulancias y los médicos íbamos en un 1500 para recoger a la gente o una furgoneta con una emisora para poder comunicarte. En algunos sitios incluso no había cobertura. Por eso, hemos ido viendo el pogreso que ha habido en ese sentido hasta que llegó la crisis, que fue el desastre absoluto.
P. ¿Esta crisis marca el declive de recursos en la sanidad pública?
R. Sí. Apareció también la Dependencia pero no se dotó, sino que salió de los recursos que ya había. Es dar muchas más prestaciones pero con los mismos recursos. La Dependencia es muy importante. Hacer una gestión pero que no se te permita porque “cuesta mucho” es horrible. Que consideres que hay que hacer un TAC y que no se haga... Es tremendo.
P. ¿En los últimos años ha empeorado la situación?
R. Sí, pero ha sido progresivamente. El problema es que se sigue aumentando el número de prestaciones sin que lo hagan los recursos materiales y humanos. La sanidad pública es de todos, no únicamente de los que trabajamos en el sistema, sino de quienes también se benefician. Hay que hacer un uso responsable de los recursos como haces en tu casa. Hay que tener una educación sanitaria porque todo no tiene por qué ir al sistema sanitario ya que hay cuestiones que se pueden solventar con conocimiento. Si hacemos este uso responsable habrá más recursos para otras cosas importantes.
P. La Junta alertaba en septiembre del elevado número de citas que se pierden en la AP porque los usuarios no acuden. Solo en el Distrito Sanitario Córdoba y Guadalquivir fueron 177.313 citas perdidas en 2022.
R. Ese es otro ejemplo.
P. ¿Y qué coste en salud mental ha tenido la pandemia sobre los sanitarios?
R. Mucho. En Andalucía tenemos el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo y no ha trabajado más y ni ha llegado a más gente. El personal ha tirado adelante como ha podido. Después de la pandemia se han visto determinados problemas en los médicos y un aumento de las jubilaciones. La administración está ahí y debe cuidar de sus profesionales. Los recursos son los que son, pero hay que gestionar estas situaciones. Estaremos ahí pidiendo, batallando y aportando para que se gestione lo mejor posible, pero sí que hay que dotar, como todo. No se pueden hacer más malabarismos. Somos magos.
La telemedicina es un riesgo enorme
P. ¿Conoce médicos que hayan decidido abandonar la profesión ante esta situación?
R. Sí. Es una pena. En muchos casos se han jubilado antes porque necesitan vivir. Aunque suene un poco egoísta, somos humanos. Hay escritos de gente que ha expresado sus motivos de renuncia.
P. ¿Las vacunas nos han permitido normalizar el virus?
R. Han sido una parte muy importante. Para cualquier enfermedad no curable buscamos vacunas porque se ha demostrado su eficacia, pero esa normalización también ha ido acompañada de las medidas que hemos adoptado para protegernos, de la evolución de la enfermedad, de las mutaciones... Como mute otra vez mal, vamos de nuevo de cabeza. No sabemos cómo puede ser la siguiente mutación. Esas sucesivas mutaciones han hecho deteriorar al virus.
P. Con la perspectiva histórica que nos permite el paso del tiempo, ¿ha echado en falta algún medida política y de gestión?
R. Como dicen en mi pueblo, después de la libre, palos a la madriguera. Nosotros basamos nuestra atención clínica en la evidencia científica. Ahora sí hay muchas publicaciones y antes no había nada. Me pasaba la mitad de las tardes buscando qué se publicaba. Algunos decían blanco, otros, amarillo; y otros, blanco. No sabías para dónde tirar. Además, cada semana había un protocolo nuevo. Hay que sacar conclusiones para saber cómo atajar este problema en un futuro. Quizás no se vuelve a repetir y viene otro. Lo que da valor a nuestra profesión es que seamos capaces de enfrentarnos a estas cosas, pero ha costado muchas vidas, que es lo triste. Mucho peor es la guerra, de eso sí tenemos capacidad de decir no. También te digo una cosa: hay situaciones como la pandemia o enfermedades como un cáncer que vienen y no puedes hacer nada, pero fumar, por ejemplo, es electivo y mucha gente se busca la enfermedad. ¿Te preocupas por el coronavirus y no por eso? Se ha publicado en The Lancet que 350.000 muertes al año son por enfermedad cardiovascular. En un año, el covid ha tenido 40.000 fallecidos. Estamos hablando de coronavirus cuando tenemos 350.000 muertes por esta enfermedad: un 7% son por golpes de calor.
P. ¿Está siendo un año duro por la gripe?
R. No hemos tenido casos de gripe pero sí ha habido algunos brotes de gripe A, pero poca cosa. Más bronquitis agudas que neumonías y curables todas. Obviamente está habiendo más que el año pasado, que íbamos todos con mascarilla. Este año nos hemos descubierto más y hay, pero nada que no sea la normalidad de cualquier invierno. La gripe muta cada diez años y cada 20 hace una pandemia.
Como el covid mute otra vez mal, vamos de nuevo de cabeza
P. En esta semana hemos celebrado el Día Internacional de la Mujer y la suya es una profesión profundamente feminizada.
R. Así es. Somos un 70% del total de médicos y en Enfermería pasa todo lo contrario. La mayoría eran mujeres y el nomenclátor era médico y enfermera, pero ahora hay muchos más enfermeros. La Medicina es muy atractiva para las mujeres y todas lo están haciendo fenomenal.
P. El sindicato CCOO ha afirmado recientemente que el Distrito Sanitario Córdoba-Guadalquivir suspende a la hora de captar y fidelizar a los profesionales de Medicina de Familia a los que forma por la escasa duración de los contratos y las malas condiciones laborales.
R. No conozco ese estudio y no sé cómo es la zona Sur porque siempre he trabajado en la zona Norte, pero sí es verdad que en esos pueblos son mucho más complicados de trabajar. Pero a los profesionales que conozco les gusta trabajar allí y quizás se han podido mimar un poquito más porque son zonas de difícil cobertura. La zona Guadalquivir ha sido siempre más complicada y con más exigencias.
P. En 2022, solo el 7% de las agresiones a sanitarios fue denunciado. ¿Qué le diría a esos compañeros como médica y presidenta del Colegio?
R. Hay que denunciar siempre porque así no se puede trabajar. Cuando llegas a casa tan agotada, muchas veces pasas la mala hora y ya está, pero hay que denunciar porque los profesionales están entregando todo. No puede ser que porque no tengas una cita, algo que no depende del médico, tengas malas palabras, des un portazo o agredas. Tolerancia cero contra las agresiones en todos los ámbitos.
P. ¿Ha vivido situaciones así?
R. Gracias a Dios, no. Si alguna persona llega en una actitud determinada y la conozco, hablo con ella para saber por qué viene así. Le intento ayudar dentro de los recursos que tengo y volvemos al principio. Hay veces que vives situaciones gordísimas, como muertes de niño, y se entiende que el entorno puede estar muy complicado, pero la agresión no se puede justificar nunca. Tenemos quer ser persona por encima de todo. Vas a sitios y ves a gente cabreada... Por eso estamos en guerra y tenemos el mundo que tenemos.
No entiendo una atención médica sin humanización
0