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María Berral

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El estudio Él Nunca lo Haría publicado en 2020 por la Fundación Affinity señalaba que el porcentaje de animales abandonados en España en 2019 era de 306.000. Animales que, con suerte, se repartirían entre los más de 1.540 centros de acogida y 1.294 protectoras que existen en el país. En Córdoba, desde la Unidad de Bienestar Animal de Sadeco, cuentan con los datos de 2020, año en el que se encontraron con un 70% de animales recepcionados por abandono, “en lo que va de año llevamos un 72%”, señala la veterinaria del Centro de Control, Elena Jiménez.

A pesar de la situación, en el centro a día de hoy se encuentra en un buen momento, “llevamos un par de años en el que la situación no es límite”, explica Elena. Todo lo contrario ocurre en el refugio de El Arca de Noe, donde Carmen V. asegura que están “totalmente saturados” ya que cuentan con 161 animales y “no tenemos casas de acogida libres”. Con motivo de esto los animales para entrar en el refugio llegan a estar en lista de espera.

Elena señala que el número de adopciones en su centro ha aumentado un 25% respecto al año anterior. En El Arca de Noe se han rescatado 200 animales en los que van de año de los que 91 han sido dados en adopción. La concienciación sobre este tema ha aumentado, sin embargo, la compra sigue ahí “solo tienes que meterte en milanuncios para ver barbaridades”, expone Carmen.

Por otro lado, no todo el mundo está dispuesto a adoptar a un animal por el proceso previo que consiste en rellanar un formulario, “el cuestionario de adopción que es para que nos conozcamos un poco pero hay gente que se cree que quieres cotillear”.

Con este formulario, el centro intenta que el animal esté lo más seguro y mejor posible, en el caso de un gato, “pedimos un mínimo de seguridad, que tengan mosquiteras o que los balcones estén protegidos para que el gato no se escape o tenga un accidente”, detalla Carmen. En el caso de un perro, si va a ser adoptado para un chalet “te ayudamos y te asesoramos, porque por ejemplo si tienes hueco por el que se puede escapar te lo decimos”. En definitiva, desde el refugio señalan que “lo damos procurando que sea para siempre y para el mejor bienestar del animal, que esté mejor contigo que con nosotros”.

En cuanto a qué busca el adoptante, ambas coinciden en que el gato siempre cuesta más que se lo lleven “porque la indiosincrasia de un gato es completamente diferente, la forma de establecer relaciones entre los perros se asemeja más a la de nuestra sociedad”, explica Elena. Está extendido entre la sociedad que los felinos “son más ariscos” pero simplemente tienen “un carácter más complejo”. Así se cumple lo que recoge el estudio de Affinity, con un 60% de perros y un 39,4% de gatos.

Con esto existe un problema y es que la gente busca educar al animal “y luego vienen los problemas, sobre todo con los gatos, que son un ser libre, un espíritu indomable”. Por ello también se utiliza el formulario a través del cual “intentamos ver cómo es la persona y ver un animal u otro de acuerdo a tu personalidad. Desde el Arca de Noe cuentan también con un refugio para los felinos, aunque ”queremos meternos en la construcción de un refugio para gatos nuevo, pero necesitamos mucha ayuda, ya que solo nos valemos de lo que tenemos y de lo que la gente nos aporta buenamente“. 

La edad del animal también influye en la adopción, pero hay discrepancias en ambos centros. Elena de Sadeco narra que cuando comenzó “en 2008 la gente tendía a adoptar cachorros pero a día de hoy tenemos un 50%, e incluso creo que se decantan más por la adopción de un adulto que la de un cachorro”. En contraposición, en el caso de El Arca de Noe, Carmen expone que esto sucede “siempre, el 98% de las peticiones son de cachorros de menos de dos meses que no crezcan mucho y para educarlos ellos”.

Otro de los problemas que encuentran los animales para ser adoptados es su tamaño, los más pequeños son los más afortunados, a los grandes les cuesta más encontrar un hogar. Es el caso de Noel, un mastín perteneciente a una camada de los que fueron adoptados todos los cachorros menos él. A día de hoy lleva 10 años en la protectora, Carmen cree que por su gran tamaño sin embargo asegura que “puede vivir mejor que otros pequeños en un piso de 20 metros, porque se echa en un sitio y no se mueve”. Lo compara con su perro, de raza más pequeña “de hecho es más tranquilo que mi perro, que es un bodeguero”. Para adoptar a Noel lo único que quizás se necesitaría “es un sofá más grande porque querrá echarse contigo”.

Afortunadamente, no es esta la media de tiempo que pasa un animal en el refugio, hay animales que son adoptados casi de manera inmediata, “hay una perrita que no ha llegado a entrar aún al refugio, está en lista de espera, y prácticamente en dos semanas seguramente esté adoptada”. En Sadeco, la media de tiempo que viven en el centro es de 34 días, según ha detallado Elena.

Mientras tanto para hacerle la estancia más llevadera los voluntarios, tanto de El Arca de Noe que son todo el equipo, tanto del nuevo programa de voluntariado de Sadeco, trabajan por el bienestar del animal. Carmen agradece la labor de estos “están súper entregados y les tienen mucho cariño a los animales”.

Voluntaria

Remedios Sicilia, de 55 años, es una de las voluntarias en el Centro Sociosanitario de Sadeco, desde el pasado mes de septiembre. Remedios asegura que “siempre le han encantado los animales, sobre todo los perros” pero desconocía la posibilidad de hacer este voluntariado hasta que lo vio en redes sociales.

Tras contactar, rellenar el formulario requerido y realizar una entrevista, “quedé con la coordinadora, me enseñó las instalaciones y me explicó las actividades y cómo se hacían”, explica. El siguiente paso fue firmar un contrato y un seguro de accidente y responsabilidad civil. El contrato tiene una duración inicial de tres meses con posibilidad de renovación.

“Al principio empecé sacando a los perros más pequeños porque los grandes me daban respeto”, aclara. Sin embargo, asegura que a día de hoy saca también a los más grandes, “los llaman razas peligrosas pero no tienen peligro ninguno”. Remedios visita el centro entre dos y tres veces a la semana e indica que está desde que abren, a las 10:00, hasta que cierran, a las 13:30. “Más de una vez ya me han encerrado porque estaban recogiendo y yo estaba en la parte de atrás”, recuerda entre risas.

El voluntariado no tiene ningún tipo de asistencia obligatoria ni un horario específico, cada persona va cuando puede, “hay veces que hemos estado dos, ahora llevamos unas semanas que vienen más”, lo que ayuda también para poder sacar a un mayor número de animales al día.

La labor principal de los voluntarios es sacar a pasear a los animales que se encuentran encerrados en jaulas pero también “jugamos con ellos con las pelotas, tenemos una piscina donde se bañan o formamos grupos para que jueguen entre ellos porque en grupo se lo pasan mejor”. Además de la actividad lúdica, “también los podemos bañar, peinar y si vemos que alguno se ha hecho sus necesidades en la jaula podemos limpiarlo”. Todo esto se traduce en “paz y satisfacción” para Remedios.

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