Mejorar la historia: un paso por detrás de la 1998-99
Cuestión de fe, ya que por recuerdos la creencia tiende a nublarse. El Córdoba actual no está a la altura de lo que se esperaba, marchando en la actualidad por debajo de sus expectativas y de su propia historia. Está muy lejos de alcanzar los números que acumulaba a estas alturas en la campaña 2006-07, la del ascenso en Huesca, pero es que tampoco ha conseguido igualar las estadísticas que sumaba equipo en la 1998-99, aquella del famoso Cartagenazo. Ambas historias comparten un guion jefe al mando del banquillo, pues Pepe Escalante fue el encargado de conducir a los blanquiverdes hasta su regreso al fútbol profesional, dando el salto desde el puesto de segundo de a bordo en sustitución de Perico Campos. Aquel año, y cumplidas 28 jornadas de curso, el Córdoba ocupaba la cuarta plaza con 47 puntos, dos más y un puesto menos del botín que ostenta a día de hoy.
Reducir el índice de derrotas y comenzar a sumar de tres con mayor regularidad debe ser el objetivo principal de los de Juan Sabas, que está aún por estrenarse, una vez que el torneo liguero se reanude. Y es que, al igual que la actual, la plantilla de Escalante sumaba entonces las mismas doce victorias. Sin embargo, el factor diferencial residía en los puntos obtenidos tras once empates y solo cinco derrotas, un balance que se contrapone a los nueve empates y siete derrotas que marca el equipo del presente año. Una tímida diferencia, aunque determinante para impedir que el equipo se destaque entre los puestos de play off. Asimismo, ambas plantillas comparten igualmente la debilidad defensiva, con 27 y 28 goles encajados respectivamente entre el de la 1998-99 y el de la actual, por lo que el punto distintivo se encuentra en el acierto ofensivo. El Córdoba del tramo final del siglo pasado había logrado anotar hasta en 49 ocasiones, siendo de largo el más efectivo del Grupo IV, por las 33 del actual.
Por tanto, la pólvora ofensiva, sin duda una de las grandes asignaturas pendientes del Córdoba actual, parece ser la gran diferencia entre los dos equipos que, por estadísticas globales, no están demasiado alejados. Sin duda, un espejo al que mirarse, tanto en su fondo como en su forma. Así, de cara a la últimas diez jornadas, la ilusión sigue intacta. El equipo de Escalante firmó un balance de seis triunfos, dos empates y dos derrotas, para finalizar la fase regular en tercera posición 67 puntos. Una racha a la que pueden agarrarse los chicos de Juan Sabas de cara a alcanzar unos play off que se antojan muy caros en este tramo final liguero.
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