COPA DEL REY

— CIUDAD DE LUCENA - VILLARREAL (0-6)

El sueño copero del Ciudad de Lucena choca con la pegada de un Villarreal de Champions

La fiesta de la Copa del Rey en Lucena terminó con una goleada (0-6), pero el resultado final no borró la valentía de un Ciudad de Lucena que soñó despierto con el 'Lucenazo' ante un gigante. El Villarreal Club de Fútbol, un equipo puntero en LaLiga EA Sports y del más alto nivel en Champions League, no dio opción al conjunto de Antonio Jesús Cobos y demostró su abismal diferencia de pegada, castigando cada error local en una noche que, pese a todo, fue una fiesta copera histórica para la ciudad.

Y es que el Ciudad de Lucena salió sin complejos, dispuesto a tutear a un 'Submarino Amarillo' que, pese a las rotaciones, presentó un once plagado de estrellas -lo normal en un equipo de su calibre-. Los de Antonio Jesús Cobos, arropados por un estadio lleno, presionaron arriba y generaron el primer aviso con un testarazo de Hugo Fuentes, una declaración de intenciones que por momentos borró la abismal diferencia de categoría.

Sin embargo, el Villarreal no tardó en demostrar su poderío. El equipo de Marcelino tomó el control y avisó de lo que estaba por venir: en el minuto 12, Ayoze Pérez reventó el larguero con un remate en plancha. Fue el preludio de la tormenta, que descargó en apenas dos minutos fatídicos para los intereses celestes. Corría el minuto 15 cuando una pérdida local en ataque se convirtió en una contra letal que Tani Oluwaseyi no perdonó (0-1). Sin tiempo para asimilar el golpe, apenas unos segundos después, otra transición vertiginosa liderada por Solomon acabó con el pase del israelí para que el delantero canadiense, de nuevo, la mandara a la escuadra (0-2).

Pese al mazazo, los de Cobos no bajaron los brazos ni renunciaron a su identidad. De hecho, siguieron fieles a su estilo valiente, asumiendo los riesgos que ello conllevaba. El Villarreal, cómodo con espacios, a punto estuvo de sentenciar, pero Froilán Leal le ganó un mano a mano claro a Ayoze Pérez. La fe celeste, intacta, a punto estuvo de encontrar premio al filo del descanso, en su ocasión más clara: un remate de Joseliyo que se marchó lamiendo el poste tras un buen centro.

Tras el paso por vestuarios, el guion se mantuvo en una dinámica de ida y vuelta. El Villarreal rozó el tercero de inmediato, con un remate de Santi Comesaña que se estrelló, de nuevo, en la madera. Pero el Ciudad de Lucena, lejos de amilanarse, respondió con su mejor oportunidad de todo el partido: un libre directo lateral que se paseó envenenado por el área pequeña sin que nadie, por milímetros, acertara a empujarlo a la red con el portero ya batido.

Perdonó el cuadro lucentino y, como suele pasar en estas ocasiones, lo pagó caro, porque casi de inmediato, la calidad de Primera División decantó la balanza definitivamente. Fue en el minuto 59, justo antes de alcanzar la hora de juego, cuando Ilias Akhomach se inventó un golazo marca de la casa, recortando desde la derecha hacia el centro para clavar un zurdazo imparable que significaba el 0-3 y el fin a las esperanzas de un 'Lucenazo' copero.

Con el partido roto, el 'Submarino Amarillo' navegó a placer. Oluwaseyi completó su noche soñada firmando el hat-trick en el 71 de paritdo (0-4), de nuevo a la espalda de la defensa. Con más corazón que cabeza, el Ciudad de Lucena buscó con ahínco el gol del honor que la grada merecía, pero la fortuna le fue esquiva. El espectacular disparo lejano de Canti, que ya se cantaba como el golazo de la noche, se estrelló violentamente contra la cruceta, privándole así una vez más la suerte del gol del honor a los de Antonio Jesús Cobos.

Finalmente, con el equipo local ya rendido y mermado físicamente -Manu Molina tuvo que retirarse lesionado-, llegaron los dos últimos goles visitantes. Mikautadze, a la salida de un córner, y Comesaña, en una jugada protestada por los locales, cerraron la goleada (0-6). El 'Submarino Amarillo' sigue adelante, pero el Ciudad de Lucena se despide de la Copa del Rey habiendo disfrutado de una noche de Champions en su estadio y con la cabeza alta.