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Jesús Ventura

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Una persona que ha pasado por todos los estamentos del fútbol hasta llegar al banquillo. La vida de un deportista es efímera si no consigues estabilizarte en la élite, cosa que muy pocos profesionales logran en su carrera. Sin embargo, cuando lo consigues en un deporte como el fútbol tienes parte del éxito asegurado, aunque todo depende del trabajo, piedra angular del resultado final. Uno de los jugadores que ha tenido que esforzarse día a día hasta llegar, por ejemplo, a jugar una Copa de la UEFA es Javi Moreno. El futbolista valenciano, salido de las categorías inferiores del FC Barcelona, llegó a Córdoba por primera vez con tan solo 22 años, pero tuvo que esperar a su segunda etapa para brillar con la elástica blanquiverde. Además, el actual entrenador ha pasado por la redacción de CORDÓPOLIS para valorar su trayectoria como jugador y ver su futuro a corto plazo como técnico después de conseguir la permanencia en Segunda RFEF con el Ejea.

Y es que Javi Moreno ha cuajado una gran temporada en el Grupo II de Segunda División B. A pesar de que empezó con problemas extradeportivos en el Pozoblanco debido a los casos de Covid-19 en su propia plantilla y que sufrió él mismo tiempo más tarde, el técnico valenciano llegó a un Ejea que había conseguido tan solo dos puntos en los primeros cinco partidos de la temporada. Aun llegando a la última jornada de la primera fase con opciones de conseguir la salvación, los chicos dirigidos por Javi Moreno pasaron a la segunda fase de la temporada jugándose una plaza en Segunda RFEF, lográndola ampliamente tras cosechar seis victorias, un empate y tan solo una derrota. Estos resultados le han valido para que muchos equipos de la cuarta categoría del fútbol español le estén echando el ojo, aunque decidirá su futuro “por el proyecto” que le propongan.

PREGUNTA. Antes de nada, por fin se acaba una temporada muy atípica por culpa de la Covid-19. Empezaste con el Pozoblanco y la has terminado al mando del Ejea. ¿Cómo la valoras?

RESPUESTA. Bueno, al final ha sido buena. Ha habido muchas dificultades. Empecé en Pozoblanco y la primera jornada no pudimos jugar por el tema de la Covid-19 y empezamos a jugar en la tercera jornada. Jugamos la tercera contra el Coria, luego fuimos a Utrera y en el viaje de vuelta para acá, me llaman del Ejea, que cabía la posibilidad de irme. Al final decidimos marchar para allí. Bueno, llegamos allí a un equipo mentalmente tocado por el tema de resultados, la gente un poquito cabizbaja y tal. Y nada, llegamos allí. Intentamos hacer un cambio radical en el aspecto mental porque físicamente yo les veía bien, pero estaban bloqueados y cambiamos un poco el estilo y la forma de jugar del equipo. Más que nada por los jugadores que tenía, yo veía que tenía que jugar de una manera y así lo hice. Les transmití eso, lo aceptaron y la verdad es que nos ha ido bien todo el año. Empezamos más o menos bien. Luego, después de las vacaciones de invierno fue cuando empieza otra vez a complicarse todo. Ocho o nueve jugadores míos cogen la Covid-19 conmigo incluido. Nos suspenden dos jornadas de liga y empezamos a entrenar. El primer partido después de aquello ganamos 1-4 fuera y luego nos meten cinco partidos en 14 días, que yo creo que ahí fue donde nosotros lo pagamos muy caro porque no tenía una plantilla larga para hacer muchos cambios y prácticamente juego los cinco partidos con casi los mismos futbolistas. Bueno, también es verdad que en el mercado invernal hubo muchos problemas de salida de jugadores porque salieron 11 y firmamos siete. La verdad es que se complicó todo un poco, pero aun así el vestuario estaba muy unido. Yo intentaba hacer comida con los chavales, aunque fuera a escondidas porque hacíamos comidas clandestinas para hacer unión de grupo y la verdad es que en ese aspecto muy bien. Los chavales respondieron fenomenal, que es lo que más me ha gustado de todo. Cada vez que entrenaban, a pesar de entrenar en unas circunstancias difíciles, porque no teníamos el campo que debería tener un equipo de Segunda B, pero aun así los chavales respondieron.

Al final llegamos a la última jornada de la primera fase con opciones de salvarnos. Lo que pasa es que sí que es verdad que no dependíamos de nosotros. Al final nosotros perdimos contra el Osasuna B y el Tarazona también ganó. En la segunda fase pues la verdad es que el equipo ha estado de diez. La primera fase más o menos ha estado bien, pero sí que es verdad que teníamos un déficit de puntos muy importante y eso, claro, no nos permitió el poder salvarnos antes de llegar a la segunda fase. Luego llegamos a la segunda fase y el equipo estaba muy bien. Empezamos ganando en Barakaldo 1-2, ganamos en casa, creo que fue al Alavés también 2-1, fuimos a jugar a Portugalete y empatamos. Bueno, en definitiva, de los ocho partidos ganamos seis, empatamos uno, perdimos uno y la verdad es que muy bien. La gente ha respondido, aunque la pena de todo esto es que han habido dos o tres lesionados porque han tenido tres lesiones graves de rodilla y esa es la única pena que me he llevado de allí. Al final las lesiones te merman y te acortan tu carrera. Eran futbolistas interesantes, que yo estaba contando mucho con ellos y al final pues se tienen que perder prácticamente todo el año y casi la temporada que viene, pues hasta mitad alguno va a ser difícil que vuelva a jugar, pero por lo demás muy bien. Sí que es verdad que yo les hablé muy claro desde mi llegada. Les dije las cosas bien claras. No me gusta mentir a nadie y menos a los futbolistas, porque yo he estado ahí y cuando tenía un entrenador que me mentía, no me gustaba. Entonces como no me gusta que me mientan, pues yo no lo voy a hacer y menos a mis futbolistas. Yo soy de los que piensan que los artistas son los jugadores. Ni el presidente, ni los directivos ni nosotros los entrenadores ni nada. El artista es el futbolista para lo bueno y para lo malo. 

P. ¿Crees que el nuevo formato de la competición os ha perjudicado?

R. A toro pasado es muy fácil. Yo creo que esto ha sido como ha sido por el tema de la Covid-19 y lo han montado de esta manera. Cualquier equipo se podía haber metido arriba y cualquier equipo se podía meter ahí abajo como ha pasado en muchos equipos que no deberían de estar donde están, pero están y están por el formato que hicieron. Cada partido era a vida o muerte, no había la posibilidad de pensar en el siguiente partido. En este formato no había esa posibilidad. Desde que llegué, el déficit de puntos con los demás es muy difícil porque muchos equipos ganan. Entonces con tan poco margen de error es muy difícil porque ningún equipo va a perder tres o cuatro partidos seguidos. Cuando te metes abajo es todo mucho más difícil. Cuando estás arriba, la gente se suelta y bueno, cuando estás abajo la gente se esconde más. Este formato nos ha perjudicado a todos, a los equipos buenos y a los equipos menos buenos. Aun así, ha habido equipos que como la Amorebieta, por ejemplo, que nadie apostaba nada por ellos, han ascendido Segunda División. 

P. ¿Cómo te llega la propuesta del Ejea? 

R. Fue todo muy peculiar porque lo recuerdo como si fuera hoy. Yo conocí a Luis Oliver de mi época aquí cuando yo entrené al División de Honor y bueno, como te comentaba, veníamos de Utrera, de jugar con el Pozoblanco. Íbamos en el autobús y me llegó un mensaje. “Llámame cuando llegues a Córdoba, que quiero hablar contigo”. Y lo que menos me imaginaba es que iba a ser eso. Yo hablo con él y me dice la posibilidad de ir y tal y claro, para mí y para José, que es mi segundo entrenador, era una oportunidad muy importante porque era la que estaba buscando. Poder tener la posibilidad de aprender mucho más a un nivel más alto, como una Segunda B porque yo siempre lo he dicho, a mí me gustan los retos fuertes. Entonces cuando me lo propuso Luis no me lo pensé. La pena de todo eso es que me tuve que despedir de Pozoblanco. Hablé con el presidente para comentarle esta posibilidad. Sí que es verdad que en Pozoblanco se portaron espectacular con nosotros. Entendieron nuestra situación y así fue como se hizo todo. Fue todo muy rápido porque todo fue entre el domingo y el lunes. El domingo me lo dijo, el lunes fui yo a decírselo al presidente del Pozoblanco y al día siguiente, martes o miércoles, nos fuimos para allá.

P. Por lo que has dicho anteriormente con respecto al formato, ¿crees que al Córdoba le ha venido mal la reestructuración de la competición?

R. Bueno, yo creo que sí. Yo creo que el Córdoba, por plantilla y por todo, si hubiera habido una liga normal estaría arriba seguro, pero, es que aquí es lo que te he dicho, hay tan poco margen de error que no puedes fallar. Es que si fallas uno o dos partidos seguidos, se te van seis puntos. Son muy pocos partidos. Entonces está claro que clubes como el Córdoba, Deportivo de la Coruña o el Numancia, por ejemplo, equipos que han estado en Segunda División últimamente, jugar ese formato de liga es difícil y complicado. Yo creo que al Córdoba sí que la ha perjudicado este formato, sin ninguna duda. 

P. Tu nombre ha salido en los últimos días para entrenar al Córdoba. Si te llegase la propuesta, ¿la aceptarías o la dejarías pasar?

R. Yo prácticamente vivo aquí. He jugado aquí muchos años y le tengo un cariño muy especial a la ciudad. Por supuesto que me gustaría, pero lo que me va a mover es el proyecto. No me van a mover otras cosas, está claro que me considero un cordobés más, aunque no sea de aquí, porque estoy más por Córdoba que en mi tierra. Me encantaría poder entrenar al Córdoba, pero bueno, yo pienso que la gente que ahora mismo manda en el club tendrá 200 cosas en la cabeza más importantes que estar preocupado en buscar entrenador. Si me llaman y me dicen, pues nos sentaremos, pero, si no sucede esto, pues seguiré intentando hacer mi trabajo en otro sitio y siempre le desearé todo lo bueno a Córdoba. Es que no puedo decir nada malo porque todo lo que me ha pasado aquí ha sido bueno. Entonces está claro que me gustaría, pero creo que entiendo las situaciones y entiendo todo. Y seguramente a lo mejor aquí quieren entrenadores más expertos en la categoría o más veteranos, pero son decisiones que tienen que tomar ellos. Está claro que por ilusión, por ganas, por trabajo y por todo eso no habría ninguna duda. Pero yo no estoy en la piel de la gente que trabaja en el club. No sé lo que piensan, lo que dejan de pensar, pero yo lo que sí tengo muy claro es mi forma de ser, mi carácter y lo que tendría que hacer en este club porque lo conozco perfectamente y su idiosincrasia. Conozco bien a la afición y conozco todo. Entonces, sería un sitio perfecto para mí, pero también entiendo que ellos tengan otras cosas en la mente, otros entrenadores, y que yo, a lo mejor, no les haga la ilusión que les pueda hacer otros. Eso es entendible. Entonces vamos a esperar. Mi representante está trabajando. A mí también me han llamado desde un par de sitios y yo estoy valorando, pero no, ahora mismo no hay nada claro. Vamos a esperar a ver qué pasa.

P. Tu figura podría ser protagonista por tu pasado como blanquiverde. Después de lo pasado en esta temporada, tu papel se podría acentuar. 

R. Bueno, yo no soy quién para evaluar eso o para valorar eso. Lo más importante de esto es que yo sé quién soy y sé de lo que soy capaz de hacer. Entiendo que haya gente que pueda tener dudas de mí. Yo sé que soy un tío con un carácter muy fuerte, que no me caso con nadie, que me da igual la persona que tenga delante porque no me va a dar miedo, ya sea un jugador, como si es un presidente. Si hay algo que no me gusta, lo voy a decir y la gente me conoce y sabe cómo soy. Entonces, por un lado bien, pero por otro lado hay cosas que no le gustan a la gente. No me caso con nadie. Soy así desde que tengo uso de razón, desde que he sido pequeño. Llegué a lo más alto a nivel futbolístico por mi forma de ser y mi carácter. Y como entrenador voy a seguir siendo así. Le guste a quien le guste.  

P. Me has hablado del presente, pero ¿dónde se ve Javi Moreno en cinco años?

R. Entrenando a uno de los mejores equipos del mundo. Yo siempre lo he dicho. Cuando era pequeño, yo siempre quería jugar en uno de los mejores equipos del mundo. Yo tenía dos objetivos cuando era pequeño: uno era ser internacional absoluto. Defender a su país es lo más grande que puede conseguir un futbolista. El otro era jugar en uno de los equipos más grandes del mundo. Yo he tenido la suerte de jugar en el Atlético de Madrid, que es uno de los equipos más grande del mundo, y luego en el Milán de aquella generación, que era uno de los mejores equipos del mundo. Entonces, como entrenador aspiro a lo mismo, poder algún día entrenar a un buen equipo y por supuesto a la selección, pero sé que eso es muy difícil y muy complicado. Como jugador trabajé para llegar a eso y como entrenador voy a intentar hacer todo lo posible para llegar a eso. Lo que sí que tengo muy claro es que no quiero que nadie me regale nada porque a mí nadie me regaló nada de jugador y no quiero que nadie me regale nada ahora. Si llego algún día a este objetivo que sea porque me lo gané yo y porque estoy capacitado, no porque me quieran hacer favores. Nadie me tiene que hacer ningún favor.

P. ¿Recuerdas que estabas haciendo el 17 de mayo del año 2001? 

R. Jugando la final de la Copa de la UEFA. Junto con el día que debuté con la selección española, yo creo que ha sido el día más bonito de mi carrera deportiva y también a nivel personal. Luego he conseguido otras cosas, como ascensos con el Córdoba, con el Alavés, con el Numancia, pero yo creo que ese 17 de mayo es el máximo. Cuando yo me despierto y a las 11 de la mañana me llama la que era mi mujer y me dice que voy a ser padre. Imagínate esa emoción que ya tienes del partido y encima te llama la que era mi mujer y me dice: “Javi, que vas a ser padre”. Si estaba emocionado pues después mucho más. Y llega al partido y tenía una ilusión tremenda. Me acuerdo que dos horas antes, cuando salimos al campo, me fui a una esquina y se me caían las lágrimas. Estaba emocionado antes del partido. Y la verdad es que ese día no se me olvidará en la vida.

P. ¿Con qué te quedas de aquella final?

R. Pues mira, me quedo con una cosa que la he dicho muchas veces y fue cuando entramos en la media parte que íbamos perdiendo 3-1. Me acuerdo que el entrenador dio su charla correspondiente y nos dijo lo que teníamos que hacer y tal y cual. Y hubo dos jugadores de mi equipo, dos personas que se levantaron y se nos quedaron mirando. Uno fue Carmona, el capitán, y nos dijo: “Chavales, vamos a salir ahí, vamos a matarlos a patadas y vamos a hacer la banda que hemos sido durante el año y vamos a demostrarles quiénes somos; vamos a correr y vamos a correrlos a patadas”. Claro, un tío con 35 años, que tenía Carmona, me dice eso, cómo yo con 27 o 28 no iba a hacerlo. Y salimos en la segunda parte y a los siete minutos ya le habíamos empatado el partido a un Liverpool que tenía futbolistas de un máximo nivel. Entonces me quedo con esa anécdota porque es una cosa que siempre llevaré en mi corazón. Ver a mi capitán cómo nos trasladó lo que todos pensábamos y no nos atrevíamos a decir. Él nos lo trasladó y luego lo supimos plasmar en el campo. Luego el fútbol es muy caprichoso. Nos pasa lo que pasó en la última jugada, que la peina y te la metes tú. Y es así, es como este año en el Córdoba. Estaba viendo el partido del Betis y se palpaba que iba a pasar algo. Estaba con mi segundo entrenador viendo el partido y me decía: “Oye, el Córdoba…”. Y le digo: “José, que no, que no, que no, que se nota que va a pasar algo”. Y pasó. No sé el motivo pero se olía que iba a pasar algo. Veía como los jugadores estaban un poco bloqueados y son situaciones que pasan en el fútbol, situaciones que no puedes controlar. A nosotros nos pasó en la final de la Copa de UEFA en la última jugada. No había ningún peligro. Ves la imagen esa y está Geli donde no tiene a nadie a dos metros. Sin embargo, la toca y la mete por toda la escuadra. Es así. Y en el Córdoba pues sube el portero rival en un córner y le pega con la cabeza, que no sabe a dónde le pega, y la mete por toda la escuadra. Y eso es el fútbol. Eso es lo bonito del fútbol, pero lo que hay que intentar es que eso cambie para el otro lado. Pasa más aquí que en otros sitios. También pasó el día de Las Palmas. Son situaciones que son incontrolables, que sólo uno puede controlar.

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