Córdoba Futsal - Alzira FS
—
Crónica
Un amargo final de año para el Córdoba Patrimonio
Mientras las matemáticas dijeran sí, había algo de esperanza. O al menos eso se pretendía avivar. El rugir de una llama que no se quería apagar tan pronto. Pero no se pudo. Como mínimo, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad quería despedir el 2025 con buenas sensaciones. Llegar a su mejor versión. Eso se palpó desde el mismo arranque de la contienda ante el Alzira FS, que se selló, a los pocos segundos, con un disparo de Carlos Gómez que detuvo el guardameta con algo de problemas. Era el primer aviso y eso alentó a la afición. Y más aún con el siguiente intento de Zequi que, en una jugada individua, logró driblar al meta y acarició el primero para su equipo, aunque la madera lo impidió.
Sea como sea, con el paso de los minutos también quiso alzar la voz el combinado valenciano, que sumó su primer acercamiento gracias a un disparo de Ivi que detuvo Fabio con el pie. Estaban siendo minutos de mucha intensidad, y de escasas rotaciones, puesto que, cuando llegaban, era en forma de bloques. Así, fue el Córdoba Patrimonio el que siguió rondando el área, como un acercamiento de Murilo que precedió, al fin, al tanto local, que llegaría en una acción ensayada de saque de esquina, que terminó en una combinación entre Arnaldo Báez y Pescio y que culminó el paraguayo con un disparo raso.
Hay que decir que Báez regresaba a una convocatoria tras cumplir su sanción. En esas, además, se produjo el debut del joven David Fernández. Sin embargo, el cuadro de Braulio Correal, en gran medida gracias a la verticalidad de Ivi, estaba contando cada vez con mejores sensaciones. Tanto que consiguió empatar en el ecuador del primer tiempo, tras un robo en la presión y que derivó en un remate franco en el segundo palo.
Desde ahí, los blanquiverdes comenzaron a acumular problemas, sobre todo en la salida de balón. Eso se tradujo a su vez en más intentos de Alzira, que se encontró con el larguero hasta dos ocasiones. Por su parte, los califas lo seguían intentando, pero a base de chispazos individuales. Como uno que tuvo Zequi tras interceptar un balón y plantearse solo frente a Pereira, aunque no estuvo atinado en el mano a mano.
Alzira parecía mucho más cómodo sobre el parque de Vista Alegre, y esa sensación la refrendó logrando voltear el resultado, en una jugada en la que primero Fabio detuvo un disparo lejano. No obstante, poco pudo a hacer en el rechace que recogió Yuni para hacer el segundo. Con la inercia en contra, el Córdoba Patrimonio tendrá el empate en los pies de Hugo Expósito, que no pudo aceptar con su disparo escorado. El primer acto murió con una mínima ventaja de los visitantes.
El reinicio tras el descanso sería mucho más frío que el arranque del partido. De hecho, la primera ocasión de gol llegó a los cuatro minutos con un golpeo seco de Murilo. Y es que no serían momentos muy efusivos en ataque, puesto que la siguiente ocasión, también blanquiverde, tendría lugar dos minutos después. Eso sí, acabó en un golazo de Víctor desde el medio campo. Ese tanto sí que puso más calor en el bando local, que se lanzó ahora con todo al ataque y tendría oportunidades claras en los pies de Nico -por dos veces- o Carlos Gómez. Fue un tramo, ahora sí, de absoluto vendaval en el Córdoba Patrimonio, y que obligó al técnico local a pedir tiempo muerto.
La pausa sentó bien a los visitantes, que lograron cambiar la inercia y comenzar a asediar la meta cordobesa. Así, en una contra bien hilvanada, Alzira logró de nuevo deshacer el empate. Un gol que dejó noqueado al conjunto cordobés, que solo un minuto después, y también al contragolpe, encajaba el cuarto.
Tocaba sacar el portero-jugador con casi siete minutos por delante. Y el plan salió perfecto, ya que casi en el primer ataque, Murilo, en una acción muy trabajaba, recortó la diferencia. Siguió atacando el Córdoba Patrimonio en superioridad siempre que pudo, hasta que Nico puso otra vez las tablas con un certero remate al segundo palo. El partido estaba en un puño. Nervios a flor de piel, y eso castigó a los locales, que tras otro error recibieron una contra detenida con mano dentro del área de Arnaldo Báez. Yuni no falló desde el punto de penalti y tocaba remontar de nuevo. Los de Santoro se mantuvieron insistentes en ese juego de cinco, generando mucho, pero ya sin lograr acertar de cara a puerta. Un 4-5 que alarga la mala racha de los blanquiverdes y deja un sabor amargo para despedir el 2026.
0