Un repaso a
El 2025 para el fútbol sala cordobés: de la estabilidad en el Córdoba Patrimonio al retorno de plata del Deportivo Córdoba
Por nivel de categoría de los equipos, no hay duda que el fútbol sala es el deporte referencia de la capital cordobesa. Y que es no hay ningún otro que tenga a sus dos principales actores en las dos máximas divisiones del país. En este sentido, la punta de lanza, desde hace ya unas cuantas temporadas, la abandera el Córdoba Patrimonio de la Humanidad, que figura completamente asentado en la Primera División masculina. El conjunto blanquiverde acumula ya un legado de siete cursos consecutivos en la élite nacional, donde la competencia sigue siendo salvaje año tras año. Eso sí, el crecimiento del proyecto, al menos a nivel popular, pide un paso adelante en la ambición competitiva. La salvación continúa siendo el objetivo prioritario, tanto por viabilidad deportiva como institucional, aunque cada vez se intenta mirar desde más cerca a retos mayores.
Hace poco más de un año se dio inicio al proyecto encabezado por Ema Santoro, quien, en cierto modo, ha logrado elevar el nivel general del equipo, aunque ha vivido un rendimiento marcado por las dinámicas contrapuestas. De hecho, el 2025 para el Córdoba Patrimonio no comenzó nada bien, con un transcurso de segunda vuelta de la campaña 2024-25 en el que se fueron acumulando resultados negativos que hicieron peligrar la permanencia de la entidad. Sin embargo, los blanquiverdes sacaron el orgullo y el talento, logrando cuatro triunfos consecutivos entre marzo y abril para hacerse con una salvación adelantada y que permitía comenzar el nuevo año desde muchas semanas antes.
Así, la entidad de José García Román mantuvo al argentino en el banquillo, pero varió de manera considerable el plantel, donde siguieron pesos pesados como Murilo, Arnaldo Báez o Fabio, aunque la línea ofensiva se modificó casi al completo, con dos nuevos pívots (Pescio y Nicolás), el regreso de Zequi y la apuesta por un futbolista llamado a ser referencia en España como es Carlos Gómez. Todo ello otorgó un cóctel que, de primeras, funcionó muy bien y consolidó al equipo en la parte alta. Tras un pequeño bache, llegaría otra dinámica positiva que no solo permitía adquirir un colchón muy destacado con respecto a la permanencia, sino que igualmente invitaba a soñar con el premio gordo: un billete para la Copa de España.
Todo estaba listo para asaltar una de las ocho primeras plazas al término de la primera vuelta. Sin embargo, los cordobeses fallaron en el momento decisivo. Disponían, sobre el papel, del calendario más asequible, midiéndose en todo caso a rivales de la parte baja de la tabla. No obstante, a diferencia de lo que había ocurrido contra los grandes, en este caso no dieron su mejor versión, lo que ha deparado en cuatro jornadas seguidas sin ganar, culminadas con la derrota de este sábado ante Alzira, que llegaba como colista, y que hicieron que el sueño de la Copa se esfumara por demérito propio. Así se cierra el 2025, por lo que el deber para el nuevo año será reconducir el rumbo para evitar sufrir.
El Deportivo Córdoba y su esperado regreso a Segunda División
Es el club más laureado de la historia del deporte cordobés en la capital. Con un pasado dorado en la máxima categoría, aunque asentado desde hace años en la división de plata. Sin embargo, el Deportivo Córdoba había desaparecido del mapa nacional en la época más reciente tras su caída a la División de Honor. Cada año se fijaba el objetivo del ascenso, dada la historia, el palmarés y el nivel de la entidad cajista. Sin embargo, aunque no se pudo obrar sobre la pista, una carambola administrativa otorgó al club la posibilidad de regresar a Segunda División. Dicho y hecho. El presidente Pablo García no se lo pensó y volvió a inscribir al club en un escalón que nunca debió perder.
Fue sin duda una de las notas más positivas del verano deportivo cordobés, aunque a su vez abría un horizonte de mayor dificultad, con la necesidad de edificar un proyecto para una categoría nacional, aunque con menos tiempo que ninguno. Un histórico como Rafa García fue elegido para el banquillo y, pese a mantener a jugadoras emblema como Inma Sojo, el grueso del plantel se construyó en forma de fichajes, lo que ha deparado en un panorama de inestabilidad marcado por las derrotas. Así es, ya que las blanquiverdes han cerrado el año en puestos de descenso, con un balance de 2 victorias y 12 derrotas, sumando una racha muy negativa ante rivales directos por la permanencia.
Una intensa rivalidad en Segunda B
Todo sigue casi igual en la Segunda B, donde el filial del Córdoba Patrimonio, eso sí, ha decidido apostar por talento joven de nivel nacional que pudiera ir nutriendo al primer equipo. Este verano ya dieron el salto definitivo hasta tres jugadores (Hugo Expósito, Javi Aranda y Enzo Báez) y la idea es que continúe esa dinámica, al tiempo que el Bujalance sigue apostando por la experiencia provincial y andaluza, con el fichaje estrella de Solano, en busca de poder mirar hacia lo alto de la tabla. De momento, ambos conjuntos se mantienen en una cómoda zona media, casi en tierra de nadie, aunque mirando más hacia arriba que hacia abajo. Además, la emoción en los derbis provinciales siempre ofrece un gran espectáculo.
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