Sufrir para reinar
El partido más esperado y seguramente el más importante en liga de lo que va de curso para los blanquvierdes. El Córdoba CF visitaba el Príncipe Felipe con la intención de poner una tierra de por medio prácticamente definitiva ante un CP Cacereño que, por su parte, iba con la idea de prolongar sus opciones matemáticas de alcanzar la primera posición, como mínimo, un par de semanas más. Y es que se veían las caras el primero contra el segundo de la clasificación en un encuentro cargado de alicientes y donde una amplia delegación de aficionados cordobeses se congregaron en busca de contribuir al primero de los dos últimos pasos que restan para el ascenso. De este modo, el duelo estuvo a la altura de lo que se esperaba, con dos conjuntos que ofrecieron todas sus armas sobre el verde y el resultado fue, quizá, el que menos contentaba a ambos planteles pero el más justo tras lo visto sobre el terreno de juego.
Así, apenas 30 segundos tardó Simo en demostrar su verticalidad, con una contra en solitario en la que ya sumó el primer disparo a portería para los blanquiverdes. Sin embargo, los locales, contando con el factor campo a su favor, también salieron dispuestos a proponer y lo hicieron, además, con más mordiente si cabe que los visitantes, ya que un gran balón en largo en banda derecha propició un centro raso dirigido al área pequeña de Carlos Marín y donde apareció Solano para picarla al primer toque y sorprender al guardameta califa con el 1-0. Un tanto que dejó estupefactos a todos los presentes en clave califa. Era quizá el día más importante y la situación se ponía cuesta arriba desde el minuto uno. Y es que el partido arrancó con un ritmo frenético. De área a área, pues el acierto defensivo, en esos momentos, brillaba por su ausencia. De hecho, la siguiente más clara la firmó el Córdoba, con una internada de De las Cuevas que fue conduciendo de manera magnífica hasta plantarse a pocos metros de Fran Martínez. Sin embargo, no conectó bien con el remate, que se marchó muy desviado.
En ese intercambio continuo de fuerzas, era a través del carril diestro por donde, otra vez, consiguió generar peligro el conjunto extremeño, ahora con una buena triangulación que finalizó con un disparo escorado de Colau. Eso sí, los nervios reales para la afición blanquiverde desplazada llegaron tras el rechace de Marín, pues el balón muerto se lo encontró Solano, aunque éste no acertó bien con el remate en el mano a mano. No había tregua en unos primeros compases que, sin duda, estaban produciéndose a la altura de lo mucho que había en juego.
Todo se jugaba en los últimos metros de cada una de las porterías. De uno a otro lado. Sin medias tintas y sin guardarse prácticamente ningún as bajo la maga. Al menos, de momento. Así, De las Cuevas pedía penalti en una caída dentro del área que el colegiado decretó como no punible, mientras Colau volvía a poner a prueba a Marín con un disparo tenso y lejano. Y más difícil la tuvo el aquero cordobés superado el minuto 20 de partido, con otro balón centrado a ras de césped y que remató al primer toque Solano, obligando a Marín a estirarse al máximo para evitar el 2-0. En aquellos momentos, De las Cuevas era prácticamente el único argumento inspirado en el ataque del Córdoba, y de las botas del alicantino salió un nuevo disparo peligroso de los de Germán Crespo, pero otra vez se encontró con las manoplas de Martínez. Eso sí, la insistencia y la calidad acabó dando recompensa a los blanquiverdes. Fue Simo el que recogió un centro largo de Fuentes, y el extremo logró impactar un potente golpeo desde fuera del área que se coló de forma ajustada pegado a uno de los postes, siendo imposible para el arquero local.
Otra vez tablas en el electrónico, pero el guion seguía escribiéndose del mismo modo. No obstante, el cuarto de hora final del primer acto trajo consigo una esperada y lógica relajación. Era imposible mantener en todo momento ese ritmo tan alto, lo que se evidenció en una fatiga importante por parte de ambos planteles. La idea seguía siendo buscar al área de manera constante, aunque ahora con menos fuerza y ahínco, pues también pesaba la necesidad de evitar cometer más errores atrás.
El pulso del partido bajó notablemente tras el paso por vestuarios, ahora con ambos conjuntos en un escenario más sereno y de más control de balón. Eso sí, este lo manejaba en esos minutos más el Córdoba, que buscaba seguir dando pasos hacia delante en busca de terminar de voltear el electrónico. Esto lo pudo hacer, al fin, desde el punto de penalti, pues fue eso lo que decretó el colegiado tras una acción de De las Cuevas que acabó siendo derribado por el guardameta local. Y el propio futbolista alicantino no falló, acertando con el 1-2. La renta favorable para el Córdoba propició otro cambio de contexto, puesto el Cacereño fue el que otra vez quiso hacerse dominador. Se hizo con la posesión y logró encerrar a los califas dentro de su mitad de campo. No obstante, el caudal ofensivo ya no era tan propicio, pues los dos equipos trataban de atacar, pero con la mente puesta en no dejar demasiados huecos atrás.
El marcador a favor, lejos de incentivar a los califas, hizo que los locales fuesen los encargados de poner una marcha más. Era lo esperado por las necesidades del partido, aunque los de Crespo pecaron de exceso de miedo en los últimos compases, cediendo completamente la posesión a los de Julio Cobos, que estaban consiguiendo enviar cada vez más atrás al plantel califa, el cual, pese a las rotaciones, seguía teniendo muchas dificultades para encontrar el camino a portería. No salían las cosas y el Cacereño empujaba cada vez con más atino. Hasta que encontró su ocasión. Una internada en la que José Ramón la cedió atrás para que impactara a placer uno de sus compañeros. Sin embargo, en ese trayecto, el balón golpeo con el brazo estirado de José Cruz y, pese a que la jugada acabó en gol, estaba invalidada por un penalti en contra del Córdoba y expulsión incluida para el central por doble amarilla. El propio José Ramón no falló desde la pena máxima. 2-2 y el Córdoba obligado a defender con diez. Situación realmente delicada para los últimos compases, en los que el Cacereño apretó pero no volvió a moverse el electrónico. Sin duda, habrá que sufrir hasta el final para acabar reinando en la categoría.
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