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Córdoba CF
Un gol de redención para Willy Ledesma

Córdoba CF - Racing de Ferrol

Alejandro Jiménez

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Diez minutos de juego pueden dar para mucho. La suspensión del duelo entre el Córdoba CF y el Racing de Ferrol cuando el marcador señalaba el minuto diez de juego por el desvanecimiento de Dragisa Gudelj dejó más de ochenta minutos por disputarse en terreno califal. Sin embargo, sobre el verde de El Arcángel había dado tiempo de observar numerosas cosas. Y una de las más llamativas fue lo que ocurrió tras el gol de Willy Ledesma. El tanto inicial del Racing de Ferrol descuadraba los planes de los pupilos de Germán Crespo, que volvían a verse por debajo en el marcador cuando apenas habían pasado siete minutos de juego.

Una situación que, desgraciadamente, se ha vuelto habitual en los últimos partidos del Córdoba CF. Sin embargo, la reacción del conjunto blanquiverde fue brava, rápida y sin apelación. Apenas dos minutos después de esa diana inicial, Willy Ledesma, con un cabezazo marca de la casa, lograba volver a poner las tablas en el marcador para delirio del respetable. El centro, colgado desde la zona diestra por José Ruiz, encontró en 'el búfalo' un rematador sin dudas, en el punto de penalti, que logró picar lo justo el balón para superar a Gazzaniga y mandarlo al fondo de las mallas.

La celebración posterior fue una celebración de liberación, de rabia y de reunión. De congregar a la afición y al equipo por un objetivo común. La primera reacción del '7' blanquiverde fue golpearse el escudo y besarlo ante la grada, con ahínco y dedicación por los colores blanquiverdes. Tras ello, se recorrió más de medio campo de juego para buscar al míster, a Germán Crespo. Por el camino, gestos de ánimo, de rabia y de vigor para la hinchada. Y, al llegar al banquillo, Willy Ledesma se fundió en una piña con el propio Germán, pero también con el cuerpo técnico y con el resto de jugadores suplentes, que celebraban el gol en unión.

Fue el símbolo que necesitaba el Córdoba CF para reintroducirse en el partido y volver a ilusionarse con comenzar una buena dinámica que le llevase hasta los puestos de ascenso. No dio tiempo de ver mucho más juego sobre el verde de El Arcángel, pero fue el último símbolo que se vivió antes de todo lo acontecido con Dragisa Gudelj. Un ejemplo de que este equipo quiere seguir luchando, quiere seguir creyendo y quiere seguir ilusionando, en busca de lograr, a final de temporada, el tan ansiado ascenso. Y ahora, además, tendrán una motivación extra en la figura del central serbio-neerlandés.

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