Todo al blanco y verde
Luces, cámara y afición. La fiesta debía continuar en clave blanquiverde, y de nuevo, El Arcángel era protagonista de la acción. Tres jornadas, tres victorias. Y ahora a por la cuarta. Pleno que quería mantener el Córdoba ante un correoso Don Benito que llegaba en una situación más delicada. Eso sí, no iba eso a impedir que sus seguidores lo abandonaran en un encuentro así, por lo que no fueron pocos los aficionados rojiblancos desplazados a Córdoba, fruto del acuerdo alcanzado entre la entidad califa y el club extremeño para facilitar la entrada de aficionados. Y con esos ingredientes se dio paso al fútbol en un arranque, una vez más, intenso de los de Germán Crespo.
Es más, no tardarían mucho en avisar los locales, mediante una clarísima ocasión de Luismi al contraataque. El extremo supo desenvolverse bien para dejar atrás a uno de los centrales visitantes y al portero, aunque su remate escorado acabó siendo salvado por otro de los defensas del cuadro rojillo. Pero el susto ya estaba ahí. Sin embargo, el Don Benito también quiso dejar testigo de sus armas, y su primer acercamiento tuvo lugar en la siguiente jugada, con un pase filtrado a la perfección entre la defensa cordobesa. Sin embargo, un mal control de David Agudo le dejó sin la opción del mano a mano con Ramos.
Así, se recompuso mejor el equipo visitante del efervescente inicio, pues el primer golpe cayó en las redes cordobesas. Un fallo defensivo por la banda izquierda del Córdoba acabó con un balón muerto en el área que ningún defensa blanquiverde logró despejar, y fue David Agudo el que lo aprovechó para hacer el primero. Lamentos y volver a empezar. Más difícil, pues tocaba remontada. Con todo, aunque la efectividad, hasta el momento, era del equipo de Juan Carlos Gómez, lo cierto es que la mayor parte del fútbol caía del lado local. Así, Willy probaría de nuevo a Sebas Gil con un disparo raso que se marchó rozando el poste.
Otra más sumarían los de Crespo superada la media hora de partido. Ahora sí encontrando la banda de Luismi, que impactó un potente disparo tras una gran pared con Álex Bernal, aunque éste se estrelló con el cuerpo del meta extremeño. Y a partir de ahí llegaron los minutos más locos de lo que iba de encuentro. Tanta insistencia tuvo su recompensa, ya que un pase al hueco de Willy lo recogió Fuentes para quedarse solo ante Sebas Gil, al que dribló y puso el empate a placer. Y justo en la siguiente acción, de nuevo el ariete blanquiverde inició una jugada por banda para Luismi, quien la centró al punto de penalti donde Perdomo, tras aprovechar un fallo de la defensa, remató pegado al poste desatando definitivamente el delirio de la grada califa. Una locura que, por si fuera poco, se incentivaría minutos después, cuando el arbitro decretó pena máxima tras un empujón a Luismi en el área visitante.
El éxtasis en aquellos momentos era absoluto en el feudo ribereño. En apenas cinco minutos, el Córdoba había conseguido voltear el resultado en contra y ahora estaba a punto de aumentar aún más su ventaja. Entregados al máximo, los aficionados corearon a golpe de garganta el nombre de Willy. Y Willy no defraudó, haciendo el 3-1 a escasos minutos para el descanso. Eso sí, la lluvia de goles iba a permitir al Don Benito no desengancharse del partido, ya que un centro al área de Raly Cabral lo remató de nuevo David Agudo. Y con el 3-2 se llegó al tiempo de asueto.
La segunda mitad comenzó al ritmo de la primera. Verticalidad máxima, en concreto, por parte del Córdoba. Primero se sumaron varios intentos fallidos por posiciones antirreglamentarias, y la más franca la firmó Luismi en el 52’, aunque el uno contra uno lo resolvió mal el extremo, que no pudo acabar rematando la jugada. El gallego estaba siendo un absoluto quebradero de cabeza para la zaga rojilla, siendo conducto constante de balones colgados a la espalda de la defensa. Por ahí parecían ir en esos momentos los argumentos cordobeses.
Los mismos se reforzaron con carácter de factura obligatoria desde el punto de penalti. El árbitro volvió a pitar dicha sentencia a favor de los califas tras una mano de un jugador visitante dentro del área. Pero esta vez la fortuna no corrió del lado de Willy. Con apenas un tanto de diferencia, el choque estaba realmente abierto y quedaban aún muchos minutos por jugarse. Por eso, los de Crespo trataron en no pocas ocasiones de sentenciar la contienda. Lo pudo hacer de nuevo Luismi con un disparo de falta que atajó bien Gil con una gran estirada. Iban pasando los minutos y no llegaba el gol local, pero tampoco es que el Don Benito ofreciera mucho peligro en el otro lado del campo. Entre permutas, ocasiones falladas y un bajón de ritmo se cumplieron los minutos y el Córdoba pudo sumar su cuarto triunfo consecutivo. Doce de doce y liderato en solitario del Grupo IV.
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