El Mundial en el que todos ganan
Las instalaciones deportivas de El Fontanar acogieron una intensa jornada deportiva con la presencia de más de 250 niños que disfrutaron de la séptima edición del Mundialito de la Fundación Cajasol. Una cita cuyo principal reclamo es el excelente ambiente de compañerismo y convivencia que se respira en cada acción y en la que han participado, dentro del torneo de carácter no competitivo, integrantes de ocho escuelas: Escuela de Fútbol Isidro Reguera, Escuela de Fútbol del CD Útica Marmolejo, Escuela de Fútbol de Antequera, Escuela de Fútbol de Castro del Río, Escuela de Fútbol Parque Cruz Conde CF, Escuela de Fútbol Real Betis Balompié, Escuela de Fútbol Dani Triana Ar-Rabad y Escuela de Fútbol de Campillos, con dos equipos cada una, uno Prebenjamín (hasta 7 años) y otro Benjamín (hasta los 9).
Como viene siendo habitual desde su implantación, la actividad fue desde un primer momento una fiesta repleta de emociones para deportistas, padres, familiares y todo el público asistente, que representan los valores de integración, igualdad, salud, juego limpio, solidaridad, trabajo en equipo y diversión, culminando con la entrega de medallas, camisetas y trofeos conmemorativos para todos los participantes independientemente de los resultados y la clasificación final.
En este sentido, el acto estuvo conducido por Máximo Sierra, coordinador del torneo, y contó además con la participación de Antonio Rojas, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Córdoba y presidente del Instituto Municipal de Deportes de Córdoba, Luis Miguel Pons, subdirector de Acción Social de la Fundación Cajasol, Mili Jiménez, delegada de la Fundación Cajasol en Córdoba, y Guillermo Millán, gerente del grupo Staff de Salud, además de la organizadora del evento y representantes de cada una de las escuelas participantes, destacando al exfutbolista del Real Betis, Dani Martín, en representación de la escuela Dani Triana Ar Rabad.
Además del ambiente deportivo, se prepararon actividades socioculturales como globoflexia, pintacaras o magia para entretener y crear armonía tanto en los participantes como en sus familiares y amigos, así como una paella gigante que sirvió de convivencia entre todos los presentes. Finalmente, el acto se culminó con la entrega por parte de Luis Miguel Pons de un desfibrilador ZOLL semiautomático (DESA) a las escuelas de nueva participación, siguiendo el compromiso de esta fundación con la cardioprotección de espacios deportivos.
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