El regreso de Els Joglars para retratar la insensatez humana

La compañía catalana trae esta noche al Gran Teatro de Córdoba una adaptación de la cervantina 'El coloquio de los perros'

Els Joglars vuelve al escenario del Gran Teatro de Córdoba este sábado para mostrar su último trabajo, El coloquio de los perros, una adaptación de la novela del mismo título de Miguel de Cervantes en la que la compañía catalana muestra de nuevo su estima escénica por el autor clásico para, en esta ocasión, retratar la insensatez del ser humano, según informa el Instituto Municipal de las Artes Escénicas a través de una nota de prensa.

En este montaje, una coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, los espectadores podrán disfrutar de las andanzas de Cipión y Berganza, dos perros callejeros encerrados en una perrera municipal que durante una noche pueden disfrutar del don del habla. Manolo, el guarda de seguridad que custodia el recinto, será su particular testigo y cómplice. Ramón Fontseré, veterano miembro de Joglars, se pone por primera vez al frente de la dirección en esta obra, además de interpretar el papel de Cipión. Él y Pilar Sáenz (Berganza) encabezan el reparto que completan Dolors Tuneu, Xavi Sais y Xavi Villà. Director de la compañía tras la marcha en 2012 de Abert Boadella de este puesto, Fontseré es junto a éste y Martina Cabama responsable también de la dramaturgia de El coloquio de los perros.

Después de El Retablo de las Maravillas (producción estrenada en 2004) y En un lugar de Manhattan (2006), Joglars vuelve a poner su atención en Cervantes y declara su admiración por los clásicos en esta adaptación de una de las novelas ejemplares del gran escritor.

Los viejos chuchos protagonistas del texto cervantino han observado a lo largo de su vida y su mudez toda la condición humana, toda la miseria, todo lo ridículo de los hombres y, ahora, antes de que les desaparezca el don del habla “cuentan -explica Fontseré- la realidad auténtica: que los lobos son los pastores, que la defensa ofende, que los centinelas duermen, que la confianza roba y que el que os libera os mata”. En definitiva, añade, “nos cuentan la realidad, pero una realidad muy distinta de la oficial”.

La perplejidad de Cipión y Berganza ante la insensatez humana no ha dejado de crecer desde que Cervantes les diera vida con su pluma hace 400 años. Los dos canes sabios, que contemplan con asombro cómo los insensatos humanos se emperran en 1ascenderlos de su cargo de simples y dignos animales y los tratan y tutean como si fuesen personas, tienen algo “épico”, según el director del montaje. Su intención ha sido, añade, trasladar a la actualidad con este montaje la mirada “realista, cruda e irónica” de Cervantes, que tiene en su obra “elementos burdos, pero también líricos y poéticos, con una visión de la realidad muy potente”.

Tras ser durante más de 30 años el actor principal de Joglars -entró en la compañía en 1983-, Fontseré reconoce que su intención nunca fue dirigir, pero que no pudo negarse cuando Boadella le cedió el año pasado las riendas de Joglars. “Como en el fondo me gustan las aventuras, no me negué y acepté el reto”, asevera.

La trayectoria teatral de la compañía abarca más de 50 años de actividad sobre los escenarios. Para Helena Pimenta, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, montajes de Joglars como La torna (1977), Teledeum (1983), El Nacional (1993), Ubú President (1995) y tantos otros, son ejemplos que avalan un camino recorrido en el que “la ironía y la fabulación consiguen siempre la suficiente distancia del presente como para que la capacidad de crítica de los montajes supere lo cotidiano, y baje de la zona de comodidad a instituciones, políticos y personalidades culturales de cualquier signo”, afirma.