Lo que pasa con los grupos buenos es que siempre saben a poco
Pony Bravo regresaron anoche al Ambigú de la Axerquía, donde llenaron con un concierto en el que demostraron que el 'post-punk' y el 'dub' pueden tener acento andaluz
Lo que pasa con los grupos buenos es que siempre saben a poco. Y Pony Bravo es un grupo muy bueno. Y supo a poquísimo anoche en el Ambigú del Teatro de la Axerquía.
Los sevillanos, sin duda uno de los mejores directos que se pueden escuchar en Andalucía desde hace cinco años, se estiran muy poco por Córdoba. Cuando sólo eran una promesa y tenían un disco, presentaron en el cerrado Directos 37 Si bajo de espaldas no me da miedo, con el que el Pony Bravo ya pisaba fuerte. Ayer volvieron, con tres discos ya y presentando el tercero, De palmas y cacería. ¿Qué pasó con el segundo, Un gramo de fe, sin lugar a dudas el más redondo? Quizás pasó que en Córdoba se cerró el Directos 37 y que cada vez es más difícil escuchar música independiente en directo.
Por eso, y por que son muy buenos, Pony Bravo supo a poquísimo. Tan cómodos en directo como para ser capaces de rendir a un altísimo nivel a pesar de reconocer que esa misma mañana habían salido de Mallorca, donde por cierto se pasaron a ver el follón que había montado con la declaración de la Infanta Cristina (a la que dedicaron Ibitza), y por la noche ya estaban trotando por la Ribera de Córdoba (acabaron pinchando música en el Amapola). Pero no defraudaron.
Aunque tienen repertorio de sobra para cuadrar sus actuaciones, con un sonido quizás demasiado potente para un recinto tan pequeño como el Ambigú de la Axerquía, los Pony Bravo se centraron en sus dos últimos discos, esos en los que han demostrado que para hacer canción protesta no hace falta ser explícitos y, ni mucho menos, sacrificar la música a la letra. La rave de Dios, dedicada a “este Papa tan guay que escucha rap y hip hop”; Camello; Noche de setas o Eurovegas (lástima que al final este proyecto se haya ido al garete para saber eso de “lo que pasa en Eurovegas en Eurovegas se queda”) expusieron que el post-punk y el dub también pueden tener acento andaluz.
“Cultívese si quiere recoger, cultívese si quiere recoger”. Pony Bravo lo sabe. Defensores como son de la cultura libre (entren en enelrancho.com y descárgense sus discos gratis y sin remordimiento de conciencia) saben que su éxito está desde luego en el directo, en salas llenas como las de anoche en Córdoba que, oh cielos, tanto se echan de menos.
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