Los cines Fuenseca y Delicias cierran temporada con una media de espectadores por debajo de las expectativas
Los cines de verano de Esplendor Cinema, que gestiona el empresario Antonio Amil, han cerrado la temporada tras contabilizar unos 20.000 espectadores y una media de unos 128 personas por sesión.
Amil ha reconocido en una entrevista con este periódico que los resultados financieros no han sido los esperados y que los desafíos a los que se enfrenta el cine tradicional en la era digital son mayores de lo previsto.
Según Amil, a lo largo de la temporada de verano, se han dado variaciones significativas a lo largo de los meses. Mientras que el inicio de la temporada fue prometedor, con buenas cifras de asistencia en los primeros días, la afluencia fue disminuyendo notablemente con el paso del verano. Para septiembre, las cifras cayeron de manera alarmante, con sesiones que apenas alcanzaban los 50 espectadores.
“El mes de septiembre ha sido muy complicado”, explica Amil, subrayando que las últimas semanas registraron algunas de las peores cifras de asistencia de la temporada, lo que pone en duda la viabilidad económica de extender la programación más allá de los meses de mayor demanda.
En cuanto al gasto medio de los asistentes en el ambigú, ha sido de 2,20 euros por persona, lo que hace difícil mantener el personal necesario y la infraestructura. La película más taquillera ha sido Del Revés 2, aunque el propietario reconoce que depender exclusivamente de los estrenos taquilleros no es sostenible a largo plazo.
Amil identifica varios factores clave que han influido en la baja afluencia de público. El calor intenso propio del verano cordobés es uno de los principales, pero no el único. El empresario señala el creciente impacto de las plataformas digitales, que ahora ofrecen un acceso casi inmediato a películas y series a tan solo un clic. “Antes de la pandemia, las plataformas no tenían tanta oferta y la gente acudía más al cine, pero ahora se pueden ver estrenos desde casa a los pocos meses de su lanzamiento en cines”, reflexiona.
Estos cambios han hecho que las cifras actuales de asistencia a los cines de verano no se acerquen a las de hace apenas tres o cuatro años, antes de la pandemia.
Una apuesta cultural para todo el año
A pesar de las dificultades económicas, Antonio Amil se muestra confiado e ilusionado por revitalizar estos espacios. “Este proyecto no es solo para el cine, sino para todo el año”, afirma, destacando que la clave para la supervivencia de los cines de verano en Córdoba pasa por diversificar su oferta y convertirlos en centros culturales que acojan eventos durante todo el año.
Uno de los primeros proyectos lanzados con este objetivo ha sido el ciclo Latidos flamencos, que arrancó el pasado viernes. Así, aunque Amil lamenta la falta de apoyo en la promoción del evento por parte de las entidades públicas, el ciclo ha arrancado con una acogida más que aceptable, logrando llenar más de la mitad en una noche en la que había muchos eventos en la ciudad.
“Lo que buscamos es experimentar con diferentes propuestas y actividades que puedan atraer a distintos tipos de público a lo largo del año”, comenta el empresario. Amil ya está trabajando en varios proyectos adicionales, entre los que destaca una programación especial en colaboración con la Federación de Cofradías y asociaciones de vecinos de Córdoba, que se centraría en eventos culturales para fechas señaladas como el Día de San Rafael
No obstante, apunta que sin el apoyo de empresas patrocinadoras la gestión de los cines de verano sería prácticamente inviable. “Si no fuera por los patrocinadores, este proyecto sería mucho más complicado, casi imposible desde el punto de vista empresarial”, afirma con sinceridad. “Queremos ofrecer una programación estable, pero no podemos hacerlo de un día para otro. Este primer año ha sido una prueba, y ahora estamos evaluando qué funciona y qué no para adaptar nuestras propuestas a lo que demanda el público”, concluye.
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